Y finalmente debutó.
Sebastián Pérez se puso la camiseta de Boca y jugó (con todo lo que eso
implica). Si bien el rival no puso demasiadas complicaciones, el colombiano
supo que las miradas iban a estar puestas sobre él y no se achicó.
Por: Agustín Vigo (@Agusvigo) y Matías Sabini (@SabiniMaty)
Tardó cinco segundos
en recuperar su primera pelota, quince más para pasarla con un toque sutil de pecho
a Pablo Pérez y, luego, transmitirle tranquilidad gestualmente a Fernando Tobio
-con las palmas hacía abajo- para que juegue corto y no lance un pelotazo que
divida la pelota. En consecuencia, bajaron los primeros aplausos desde los
escalones de la Bombonera.
El ex Atlético
Nacional le aporta menos marca que Andrés Cubas, pero en la balanza de su
estudio tal vez pesa más que el juego de su equipo pase casi obligatoriamente
por él. Frente a Quilmes tocó la pelota 110 veces, el jugador que más lo hizo
durante el partido. Repasamos su debut y nos encontramos que realizó 89 pases
con una efectividad del 90%. Ahora bien, si nos ponemos a hacer un análisis más
exhaustivo, hallamos en su rendimiento que en las entregas en el campo adversario
tuvo una efectividad del 80% en 35 pases. Nada mal, ¿no?
Cuando Boca estaba en posición de ataque, se
ocupó de cubrir cada espacio libre, relevando a los laterales que pasaban al
campo rival o en las pelotas paradas a favor, acompañando en el retroceso. La
ubicación sin la pelota en sus pies le brinda al equipo la posibilidad de
recuperar rápido y en campo contrario la posesión, ya que se situó cerca de los
delanteros y en la puerta del área rival.
Guillermo tiene una sobrepoblación en la
mitad de cancha. Una enorme cantidad de apellidos para solo dos puestos (aunque
parece ser solo uno, por la consolidación de Pablo Pérez). Se viene el partido
ante Lanús y la duda pasa por el acompañante del ex Newell’s. ¿Será el juvenil
salido de la cantera Xeneize o mantendrá la titularidad de oriundo de Antioquia?
El flamante mediocampista campeón de la
última edición de la Copa Libertadores de América resignó viajar al Mundial de
Clubes e hipotéticamente enfrentar a Real Madrid para cumplir el sueño de
vestir la camiseta de Boca. “Lo que sentí el domingo en la Bombonera fue
único”, afirmó.
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