LA CRISIS
La
selección nacional ha atravesado el último año una crisis que provocó división
en la parcialidad boliviana que se sumó a los ya existentes problemas dirigenciales
y futbolísticos. Realizando una retroalimentación, en Junio de 2015 se logró un
único éxito de significancia deportiva en muchos años: cuando en la Copa
América de Chile, se logró ganar
un partido y avanzar a cuartos de final luego de 5 ediciones. Pero esto fue sólo un destello en
medio de un oscuro panorama del fútbol boliviano pues la crisis continuó y se
agravó con la renuncia de jugadores referentes de la selección y la exclusión
de otros de manera definitiva, todo desatado por un común denominador, la mala relación
con Julio César Baldivieso y su mal manejo del grupo. El “emperador” asumió la
conducción de la verde luego de la destitución de Mauricio Soria en Agosto de
2015 y desde entonces los resultados hablaron por sí mismos:

Sumado
a los malos resultados, como habíamos mencionado antes, renunciaron a la
selección nacional jugadores de alto calibre argumentando no estar de acuerdo
con la manera en que el DT manejaba el grupo y el trato para con los jugadores,
hablamos del capitán y mejor defensor en vigencia del país, Ronald Raldes, el
delantero más importante que el futbol boliviano ha producido, Marcelo Martins
Moreno. Seguidamente y de manera sorpresiva, el paraguayo naturalizado
boliviano y capitán de The Strongest, Pablo Escobar, toma las palabras de
Baldivieso en rueda de prensa donde afirmó que “algunos jugadores habían
cumplido su ciclo en la selección y que había que dar paso a los jóvenes”, el
volante atigrado prácticamente se automargina de la selección y en la posterior
lista de convocados por “Baldi”, Escobar ya no figuró con sus 37 años.
La
primer lista de convocados para iniciar el camino de eliminatorias tuvo un
promedio de edad de 24,7 años con respecto a los 28 años de promedio de
anteriores nóminas. Varias caras nuevas y tres jugadores con 19 años de edad,
pero la duda empezó a plantearse acerca de este nuevo proceso de “juventud y
renovación” de futbolistas cuando a medida que se desarrollaron los partidos,
los jóvenes tuvieron poco rodaje a pesar que eran llamados en cada convocatoria
y era notoria la falta de liderazgo dentro del grupo, pues se pasó el cintillo
de capitán a cinco jugadores, todos elegidos por Baldivieso, quien se robaba
todas las atenciones y elevaba su protagonismo por encima de cualquier futbolista,
aspecto que lograba haciendo declaraciones polémicas a la prensa siempre que
podía y se le lanzaban cuestionamientos por el rendimiento futbolístico.
Dentro
de todas las actuaciones del seleccionado nacional, era por demás preocupante
la falta de identidad en cuanto a propuesta futbolística, donde parecía estar
bien parada los primeros minutos pero cuando se encontraba con marcador adverso
no había un plan B y jugando en condición de local no había la claridad ni una
estrategia visible para sacar ventaja en el reducto del Hernando Siles.
La
eliminación de la Copa América Centenario fue la gota que rebalsó el vaso para
los directivos de la FBF que también empezaron a ser cuestionados por la
desorganización e improvisación que evidenciaron para preparar la participación
de Bolivia en esta copa continental. Es así que pocos días después del retorno
de la delegación boliviana Baldivieso es cesado de su cargo y se elige al
argentino Ángel Guillermo Hoyos como nuevo entrenador.
LOS CAMBIOS
La
elección de Hoyos pasó por el proyecto que presentó a los directivos de la FBF
quienes quedaron convencidos de su plan, que a diferencia de otras elecciones
de entrenadores, el plan de Hoyos incluía hacerse cargo y hacer el seguimiento
de las selecciones de categorías menores.
El
DT argentino, conocido por su paso por el club Bolívar de La Paz y Oriente
Petrolero de Santa Cruz, se caracterizó por darles una identidad futbolística a
sus equipos y de potenciar a los futbolistas que él considera importantes,
además de tener dura voz de mando y a su vez calidez para alentar a sus
jugadores anímicamente.
A
sabiendas que lo primero que se debía restaurar era el vestuario, vuelve a la
llamar a la selección a Ronald Raldes, Marcelo Martins, que habían renunciado,
es tomado en cuenta nuevamente Pablo Escobar y hace revertir su decisión de
retiro de la verde a Walter Flores, el actual capitán de Bolívar, que decidió
de manera voluntaria dar paso a jugadores nuevos en la selección el 2012.
Todos
estos jugadores fueron recuperados y muchos otros nuevos llamados en una
insólita lista preliminar de 93 futbolistas convocados pocos días antes del
arranque las fechas 7 y 8 de las eliminatorias. La extensa nómina contenía los
nombres de los futbolistas que el DT Hoyos consideraba “convocables” en el
período de seguimiento que realizo previamente. Posteriormente, la planilla se
redujo a 25 futbolistas que encararon las fechas de clasificatorias con
energías renovadas y con un ambiente claramente mejorado.
La
propuesta para el primer partido contra Perú en La Paz, siguió la lógica que se
esperaba, pues paró un equipo con la base de futbolistas aclimatados a la
altura y potenciados con jugadores de jerarquía y buen pie como Ronald Raldes,
quien volvió a ser el capitán, Pedro Azogue, Jhasmani Campos y Marcelo Martins.
Además de la elección de los jugadores correctos, se impuso el ritmo e
intensidad que amerita cuando se juega en condición de local y en la ciudad de
La Paz, a pesar que no fue un dominio constante y se cayó en pozos en pequeños
lapsos del partido, el rendimiento fue parejo en líneas generales y los cambios
acertados para mantener el equilibrio y que la parte física no juegue en
contra.
El
arco estuvo bien defendido por el golero Romel Quiñonez, de los registros de
Bolívar, quien tuvo providenciales intervenciones en esos pozos de rendimiento
en los que se sumió la selección.
En
la línea defensiva se logró hacer relevos de manera correcta casi siempre,
salvo en dos ocasiones cuando a la contra Perú encontró espacios desprotegidos
en la zaga central, después el trabajo de Ronald Raldes y Zenteno fue correcto.
La marca por los laterales fue dura, Edemir Rodríguez, que no venía siendo
titular en su club pero tiene la confianza de Hoyos porque lo conoce cuando lo
dirigió en Bolívar, tuvo un regreso bastante aceptable y al igual que Marvin
Bejarano por el lateral izquierdo contuvieron el avance peruano por las bandas,
pero eso sí, sacrificando la proyección en ataque de estos dos un porcentaje
importante del partido.
La
mitad de la cancha encontró en Pedro Azogue el eje de recuperación y
colaboración en defensa contra Perú, el buen momento del futbolista de Oriente
Petrolero aportó en gran medida a la selección que tuvo de compañeros en el
medio sector a Walter Flores quien a pesar de sus 37 años se comió toda la
cancha del medio hacia abajo, respondiendo así a la confianza que le dio el DT,
Jhasmani Campos era clave para los balones parados y su zurda con clase pero un
golpe propinado por un jugador peruano lo sacó en ambulancia del estadio Hernando
Siles, siendo reemplazado por Diego Wayar quien no desentonó pero se dedicó más
a la labor de salida que de creación para la cual estaba destinado Jhasmani,
pero con Pablo Escobar en cancha estas funciones de “10” fueron asumidas por
él, quien anotó de tiro libre el 1-0.

La
importancia de Marcelo Martins en la delantera no tiene discusión, si bien
Yasmani Duk lo reemplazó todo el tiempo que estuvo y lo hizo de buena manera,
Martins provoca esa atención y preocupación extra a los defensores rivales para
contenerlo por su trayectoria y jerarquía en el exterior. Martins tuvo un par
de ocasiones para abrir el marcador de cabeza y con remate de fuera del área,
pero no logró concretar, pese a eso, su retorno potencia el ataque nacional.
Mientras tanto, el jugador más regular que tiene el futbol boliviano como lo es
Juan Carlos Arce, se mostró sacrificado en arrancar desde el medio, pegándose a
la banda y pisar el área de ataque, reafirmando su vital aporte en la
selección, sin dudas en Arce se encuentra un delantero completo.
La
victoria boliviana al mando de Hoyos ante Perú fue sellada, como por obra del
destino, por Ronald Raldes con un frentazo después de un tiro de esquina. Así y
con mucha emoción en los ojos de los futbolistas, especialmente de aquellos que
retornaban, se recuperó la alegría perdida hace mucho tiempo.
Pero
la segunda parada en Chile, contra el bicampeón de América, era una prueba muy
distinta, se tenía que demostrar que hay una propuesta también para jugar de
visitante. Con una selección chilena ampliamente dominadora, se puso a prueba
la marca y defensa boliviana, la cual respondió bien, aunque la loable
actuación de Pedro Azogue en La Paz esta vez se vio reducida, pero fue debido
al calibre del rival y la facilidad con la que juegan. Sin embargo, la última
línea que fue la misma que contra Perú (E. Rodriguez, R. Raldes, E. Zenteno, M.
Bejarano), estuvo atenta especialmente a los balones por arriba y en mantener
compacto el fondo defensivo nacional.
Se
vio también la sorpresiva inclusión de Yasmani Duk acompañando a Martins en la
delantera, sí, dos “9” alineó Bolivia y trabajaron bastante para pelear los
balones que normalmente salían reventados desde el fondo hacia la zona ofensiva
donde se encontraban ellos dos. Con movimientos alternados, poniéndose uno de
ellos más adelantado que el otro, vimos una variante en ataque que es muy
posible que funcione en condición de local también.
Pero
sin dudas, la actuación del arquero del club Huachipato chileno, fue más que
vital para ahogar el gol chileno en seis oportunidades, consagrándose como
figura.
LAS CONCLUSIONES Y PANORAMA A FUTURO
Vimos
la labor de Ángel Guillermo Hoyos en un partido de local y uno de visitante, es
difícil sacar conclusiones que alimenten el sueño de clasificación al mundial,
pero si podemos sacar conclusiones acerca del cambio de chip en el futbolista
boliviano después de estar bajo las órdenes de Hoyos en dos fechas de
eliminatorias.
Las
pruebas de este “efecto Hoyos” se vieron reflejadas inmediatamente en campo de
juego y posteriormente de en los partidos que los jugadores disputaron con sus
clubes, muchos de ellos volvieron con más energías y actuaciones bastante
buenas. Definitivamente, el entrenador argentino sabe sacar lo mejor de un
jugador y potencia sus facultades positivas, algo que se logra con un trabajo
de cerca con el jugador.
La
nueva lista para encarar los dos partidos que se vienen por eliminatorias,
contra Brasil (de visitante) y Ecuador (de local) incluyó al veterano y capitán
de Blooming de 34 años, Joselito Vaca, quien viene siendo el más destacado de
su equipo hace mucho tiempo. Otra prueba que el técnico comparte la idea que se
juega con el nivel futbolístico que el jugador tiene y no con el certificado
del año de nacimiento.
El
entrenador argentino ha trabajado ya con las divisiones menores en Barcelona,
en la mismísima “Masía” donde tuvo a un joven Leonel Messi entre sus dirigidos.
Por esa experiencia en la labor con jóvenes promesas y con la ya mencionada
facultad de potenciar las cualidades de los futbolistas, se tiene fe en el
proceso que está bajo su mando. En este aspecto Hoyos llamó a dos grupos de
futbolistas Sub-20, con los cuales sostuvo microciclos para que vayan
familiarizándose con la filosofía del entrenador y lo que quiere de ellos para
cuando lleguen a jugar en primera.
El
plan es innovador e integral, al hacerse cargo de todas las categorías del
futbol boliviano, como se hace en otros países. Sin embargo, este cambio de
chip debe hacerse también a nivel dirigencial, pues está en sus manos darle las
condiciones de trabajo al cuerpo técnico y jugadores, también está en su poder
organizar el campeonato de manera que los días de trabajo que requiera el DT de
la selección sean concedidos en la medida de las posibilidades porque es muy
claro que nosotros debemos trabajar al triple que el resto de las selecciones
de Sudamérica para afrontar a los rivales de esta eliminatoria que es la más
difícil del mundo.
El
proceso, en primera instancia, es alentador en cuanto a la actitud y predisposición
de los jugadores para responderle al DT. La labor futbolística dependerá mucho
que la idea de juego se vaya grabando en los actores dentro del campo de juego.
El tiempo nos irá dando argumentos para sostener este plan de trabajo. Sería
muy triste que esto solo sea una solución “parche” de la dirigencia para salvar
sus cabezas y se corte la continuidad del proceso cuando se cambie de mando o
no se clasifique al mundial.
Desde
acá sabemos que la clasificación a una copa del mundo es un objetivo que se
logra de manera progresiva, con paciencia, con trabajo y con confianza. El
trabajo tiene que cubrir todos los estratos del futbol boliviano, desde primera
división hasta el futbol en las asociaciones, desde los mayores hasta los
juveniles y lo más importante, que no se corte sino que se pase la posta hacia
el bien común del balompié nacional.
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