Ariel Holan está caracterizado por construir una puesta en escena ligada
al juego de posición, en donde el criterio y la paciencia con el balón, la
inteligencia para atacar espacios, la movilidad para no tener posiciones fijas,
la verticalidad, la creatividad, la disciplina, son algunos de los detalles
claves para que su equipo avance todo junto en el campo, con la intención de
defenderse con el esférico. Y uno de los conceptos básicos y fundamentales para
el Independiente del técnico argentino son las triangulaciones holandesas.
En un resumen sencillo, la triangulación holandesa consiste en una acción
de tres pases, donde el jugador 1 quiere jugar con el 3, pero toca con el
hombre 2 para que consiga al futbolista 3. Es un concepto clave para eliminar
rivales, acelerar el juego y ganar un espacio.
Una corriente que equipos como Independiente saben cómo utilizarla por la
ocupación de sus futbolistas a distintas alturas, la intención de jugar a uno o
dos toques. Además poseen hombres arriesgados con capacidades técnicas e interpretativas.
Holan consigue con este concepto que sus jugadores atraigan y eliminen rivales
para acelerar y avanzar. O también para jugar en el “lado débil” del campo.
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