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Gabriel González (@Gabochini)
Nicolás Tagliafico representa, en todo su esplendor, la purificada raza de futbolista. Su pulcra y consciente compostura a la hora de expresarse y relacionarse, junto a la eficiencia de sus acciones dentro del rectángulo verde, subrayan su condición de jugador pensante y responsable. Esa conducta exhibida tanto dentro como fuera del campo lo ha llevado a portar, con apenas 24 años de edad, el brazalete de capitán de un cuadro enorme como el Club Atlético Independiente de Avellaneda.

El mismo ser que lo compone es influyente en su toma de decisiones, y así lo deja ver en la razón de elegir al Ajax holandés como su próximo escudo de defensa: "Tenía dos propuestas firmes para elegir. Una era la del Real Betis, un equipo muy bueno, de una liga muy competitiva y más vista que la holandesa, pero preferí elegir al Ajax, un equipo histórico del fútbol europeo. El país y todo va con mi forma de ser: estructurado, disciplinado... Eso me tiró un poco hacia este lado". Se autodenomina y demuestra ser así.

En el apartado futbolístico, las virtudes que trae incorporadas este lateral izquierdo argentino son variadas y resaltantes: técnico, efectivo en toma de decisiones, buen timing para la marca, obsecuente tácticamente hablando, gran despliegue para transitar la banda, peligroso en ataque... Toda una lista de tareas a las que puede responder muy bien, sin renegar sus diferentes posibilidades.

¿Qué puede aportar al Ajax?
Para contestar a esta incógnita, es ineludible conocer al equipo por el cual Tagliafico firmó por cuatro años; partiendo desde allí, podremos comenzar a vislumbrar cuál podría ser su contribución en el nuevo escenario que lo acoge.

Ajax, leal a lo que demanda su historia, se clasifica como un colectivo de carácter posicional. Roles precisos. Porciones espaciales bien fijadas, siempre variables según el momento o la situación que se manifieste -como reclama este deporte-. Mediocentro de base, interiores, extremos bien pegados a la línea de cal y delantero móvil en la punta central del ataque. 4-3-3 marcado cual contacto telefónico.




La amplitud en el modelo de juego propuesto por Marcel Keizer es ofertada por los extremos (a diferencia de otros conjuntos donde los jugadores responsables de ensanchar son los laterales). También puede variar según cómo se exprese el ataque en determinado momento -extremos pueden cerrarse y buscar pasillos internos para lastimar-, pero lo común es que los wings se mantengan sobre el límite de la banda para estirar el bloque contrario.

Este detalle abre las puertas para que los laterales no se despeguen en gran medida de su pareja de centrales -por ocasiones-. La proximidad para apoyarse con o sin pelota es un beneficio de gran valor, más al tener presente que la mayoría de propuestas antagónicas al Ajax se presentan en forma de contragolpes.


Los movimientos de los jugadores que superan la línea de la pelota son reiterativos, sobre todo de parte de Dolberg, uno de los centrodelanteros más móviles del fútbol europeo; junto al interior y el extremo de su costado, Nicolás deberá poner a rodar su creatividad para inyectar mayor fluidez a los ataques.

La dinámica que surge desde las bandas es vital en el juego del Ajax. Allí, en posesión, es donde Tagliafico puede explotar sus capacidades ofensivas. Podrá desdoblar, llegar a línea de fondo, encarar hacia dentro y buscar sociedades que produzcan buenos resultados en zonas avanzadas. Cargado de velocidad para los desplazamientos, efectividad en el pase y buena pegada, las intromisiones del zurdo sureño para gestar y atacar seguramente harán levantar a más de uno de su asiento.


Dentro de las posibilidades anteriormente mencionadas, se encuentra una que ha desarrollado de gran forma con la ayuda de su ex entrenador Ariel Holan: también puede posicionarse como defensor central. Ejerce con significativa solvencia el rol de marcador central por las grandes cualidades defensivas que posee -condimentadas con su característica agresividad- y por su claridad para sacar la pelota a ras de césped, manteniendo la intención de ser el puntapié inicial en la construcción del juego de su equipo.

Si se le asigna esta posición, el ex capitán del rojo de Avellaneda estará comprometido en la iniciación del juego. Desde los cabecillas de la retaguardia empieza a moldearse la jugada de ataque, por lo que la capacidad de manejo del balón y reconocimiento para decidir el instante para conducir o filtrar pases hacia los adelantados será muy importante. 

Al igual que en Independiente, tendrá la responsabilidad de defender casi en mitad de cancha; deberá estar muy atento en los cruces, relevos y duelos personales -en caso de respuestas en forma de contraataque-, donde también puede cumplir de gran manera. 


El estilo de juego de los dirigidos por Keizer comparte varios rasgos distintivos del Independiente campeón de la Copa Sudamericana 2016; Tagliafico, siendo pieza indispensable en la estructura futbolística, interpretó al pie de la letra el libreto de Holan. Cuesta imaginarse que el argentino consiga inconvenientes en adaptar su juego a los nuevos requerimientos que le esperan, algo similares a los anteriores. Un jugador que, de brillar en un ecosistema tan enriquecedor como este, tendrá todas las fichas para ser colaborador de la causa albiceleste en Rusia 2018. No debe perderse de vista el rendimiento de este futbolista, quien seguramente seguirá inflándose de capacidad abrigado con una idea de juego cimentada con convicción y sustentada con historia.

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