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 Víctor Grao (@VictorGrao)

River Plate se consagró campeón de la Copa Sudamericana al derrotar 2-0 a Atlético Nacional en la vuelta de la final. A pesar de que ambos goles fueron producto de balones parados, los “millonarios” realizaron un buen partido de presión y salida limpia que complicó en más de una oportunidad a Nacional.
Por su parte, los verdolagas hicieron daño cuando ejercieron presión sobre la mediacancha de River y lanzaron balones largos o realizaron ataques verticales, dejando 3 contra 3 a sus delanteros.

La salida de River Plate
Nacional, por la cantidad de hombres que tenía en la media, prefería que el partido se jugara por el medio, en cambio River, buscaba hacerlo por las bandas. Balones verticales de Funes Mori o Pezzella a Pisculichi, quien se abría o a Mora, hacían que los millonarios pudiesen saltar las líneas de presión claramente ejercidas por Nacional. Por su parte, los laterales se abrían, para salir por debajo.



La salida de Atlético Nacional
El conjunto colombiano intentaba salir por el piso. Evitar el “pelotazo” era la principal premisa de los verdolagas, a pesar de ello, cuando Cardona o Berrío bajaban a mediacancha a pedir balones Nacional realizaba ataques en vertical que complicaban a la defensa de River por la igualdad numérica que generaban.



Presión en salida
River y Nacional buscaban ejercer una presión similar en la salida del rival cuando se encontraban en zona ofensiva. Ambos cerraban los espacios para evitar un posible contragolpe que podía evitarse con una falta. ¿La diferencia? River dejaba un hombre fuera del área para poder darle salida.





Después de los goles
Nacional cambió. Lo psicológico pegó en los jugadores y los cambios no resultaron. Cárdenas estuvo marcado siempre y River marcaba de manera estructurada. Si había algún jugador libre de los colombianos, no había movilidad.




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