Rómulo Otero es un jugador diferente, rompe esquemas, abre la cancha. Puede jugar como armador, pero también como extremo. Logra largas transiciones con el esférico, pareciendo una gacela, la cual solo es detenida por una zancadilla o jalón de camiseta. Pocos, muy pocos, logran plantarse frente a él y quitarle el balón de manera limpia.
Luego de no concretarse su
fichaje a Gremio, en 2013, a Rómulo le tocó quedarse en el país. Un torneo Venezolano que le queda pequeño y pide dar
un salto al exterior a gritos.
Acá una recopilación de jugadas del “Escorpión”:
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