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Diego Bragaña (@DiegoBragana

Vélez Sarsfield nos tiene acostumbrados a privilegiar el buen manejo del balón, ofreciendo un fútbol vistoso y dinámico, pero sobre todo con llegada los volantes camino al gol.

Así ocurrió en la exitosa etapa de Ricardo Gareca, en donde se obtuvieron cinco títulos a nivel nacional y donde el Fortín alcanzó un reconocimiento mundial al ocupar el tercer puesto del ranking de la IFFHS en 2012, nada menos que detrás del Real Madrid y el Barcelona.

Lejos quedaron éstos recuerdos en donde todo era alegría y festejos en Liniers, y en la actualidad se vive una profunda crisis de identidad futbolística, tras la necesidad económica que llevó al club a deshacerse de varias de sus figuras.

En la tarde de ayer vimos nuevamente un Vélez superado por la presión de Unión en el primer tiempo e impotente en el complemento después de la expulsión de Triverio, que obligó al local a refugiarse cera de su valla.

En el sector defensivo, los centrales sufrieron con la velocidad del tridente Malcorra, Triverio y Gamba  prácticamente incontrolables para la última línea.

Algunos referentes como Somoza, lucieron imprecisos y perdidos en el campo de juego. Los extremos Villalba - Rolón, no generaron mucho en el mediocampo.

En el sector ofensivo, tras la expulsión de Trivero, Russo acumuló tres nueves de área (Pavone, Caraglio y Nanni), y con el local atrincherado en los metros finales, no sobraron los espacios.
Solamente el ingreso de Cáceres como extremo izquierdo, cambió las cosas, y con su gambeta endiablada construyó la situación más clara para el visitante.


Lo cierto es que el conjunto dirigido por Miguel Russo no encuentra el camino. Surgen dudas sobre si serán los jugadores o el técnico que se equivoca en los planteos tácticos, la causa de la pérdida de esa forma de juego que tanto gusta por Liniers y que hizo tan grande a la institución.

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