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Víctor Grao (@VictorGrao


Al parecer hay una ley no escrita en el mundo del fútbol que los mejores jugadores del mundo comienzan a dar sus primeros pasos en una cancha de tierra. A veces pateando un balón, o lo que queda de él. Otras, tocará un pote de jugo haciendo las veces de pelota, un par de piedras para simular la portería y mucha imaginación propia de un niño para hacerse sentir que se está en el Santiago Bernabéu, cuando en realidad se está en un chiquero. Así, como todos los grandes, comenzó a dar sus primeros pasos Edder Farías.

Un pequeño niño como cualquier otro de su edad, que prefería jugar donde lo pusiera el entrenador a sentarse en una banca, así fuese a pierna cambiada “comencé como lateral izquierdo, luego pasé como volante cinco, después jugué de carrilero y al final me decidí por ser delantero”. Edder es derecho, pero jugar por la izquierda para disfrutar más de la cancha no era un inconveniente, al menos no para él, que después de iniciar su carrera futbolística a los seis años y pasar por todas las posiciones decidió la correcta: nueve de área, el que hace la felicidad en la cancha y la verdad que lo hace muy bien.

La escuela de fútbol menor “Antonio Mejía” lo acogió en esos extraños cambios de posiciones, pero siempre inculcando en su norte la llegada a ser profesional “siempre quise ser futbolista, a los seis años llegue a la escuela (Antonio) Mejía y estuve allí hasta la sub-17” donde después pasaría a la sub 20 del Monagas SC y luego no se detendría.

La frustración

Como la cancha de tierra y el cambio de posiciones, también en todo jugador hay un momento de la carrera en la que piensa dejar todo, ese momento de desmotivación y sufrimiento; donde no se está seguro de cual decisión tomar y finalmente es como una moneda al aire que casi siempre cae en la parte de la verdadera pasión, esa de darle una segunda oportunidad al fútbol.
Edder Farías lo vivió: “entrenaba con la primera del Monagas SC y no estaba cobrando, estaba estudiando y pensé en dejar el fútbol por los estudios”, además se le unía que “el costo del pasaje para ir a entrenar era un gasto extra y a veces me iba caminando para ahorrar”. Se comió “las verdes”, pero después siempre llegan “las maduras”. El compromiso y el esfuerzo finalmente le dieron frutos.

La segunda oportunidad

Tal cual relación de adolescentes, es el deporte con el deportista. Se pelean, pero se reconcilian. Después de su segunda oportunidad, el monaguense vio como se hacía un arcoíris en medio de la tormenta; el Monagas SC le haría un contrato fijo para 2007 con el apoyo de Alí Cañas quien siempre apoyo su estadía en el equipo. Pero antes de esa oportunidad, “dejé de entrenar con el equipo los últimos partidos y luego me informaron el fichaje, gracias a Dios”.

A partir de ese fichaje, Edder debutó con el primer equipo en un partido contra Aragua a los 19 años en el Monumental de Maturín en el Clausura 2007. Y vaya que el conjunto blaugrana le debe la insistencia a Alí Cañas, el delantero se convertiría, después de cinco temporadas en el goleador histórico del club, con 44 anotaciones y llevándolos entre otras cosas a la Copa Sudamericana 2012.

La complicación

Seis meses. Una maldición: ligamento cruzado. La lesión más odiada para todo futbolista la vivió Farías. Todo estaba listo para hacer sus maletas para venirse a la capital, tan solo faltaba superar la prueba médica del Caracas FC para firmar el contrato, pero fracasó. Una rotura de ligamentos cruzados le impidió a Edder fichar con los “rojos del Ávila” en junio de 2012.

“Fue el momento más complicado de mi carrera (…) decidí operarme y luego con una recuperación adecuada logré superar la lesión”. Seis largos meses le duraron este retorno al ex lateral izquierdo “hacía rehabilitación en Maturín y en Caracas, estaba un tiempo en cada ciudad”.

El delantero conjunto a su agente, Eligio Restifo, lograron negociar con el “rojo” y fue fichado para después debutar en un amistoso contra el Goyang HI de Corea. Ya tiene más de 20 partidos con el Caracas FC y más de 10 goles.

Sus mejores goles

“De los goles que más recuerdo fue uno que le marqué al Club Deportivo Lara en el Monumental y ese día ganamos dos a uno en el Apertura 2008, era el segundo del partido el cual sellaba el resultado final del partido, también recuerdo una visita al Zulia esta temporada donde pude marcar dos goles en la victoria de tres a dos. Esos goles me han llenado muchísimo como profesional”, así se refirió Edder Farías.


Pero ninguno pudo ser más importante que su doblete en la final contra el Deportivo Táchira, que hace par de años lo hacía ser la figura, goleador y campeón de la Copa Venezuela 2013 con el Caracas FC. Primer título para él y de qué manera, vistiéndose de héroe y siendo amado por toda la hinchada roja. 

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