El fútbol tiene
distintos destinos deparados para quienes lo practican. Buenos y muy buenos,
pero también muy infames. A Junior, la delincuencia le robó el balón.
FOTO: Andina
Luis Gonzales (@Luchvr)
Rueda la pelota en La Victoria. Se juega la final del Mundialito del
Porvenir, en el complejo habitacional del mismo nombre. La cancha, pintada por
los vecinos un día antes, está rodeada por el público que, de pie, espera
expectante que su equipo favorito gane el partido. En los techos y ventanas de los
edificios que abrazan la cuadra 6 del jirón Parinacochas, policías, y demás
habitantes y visitantes advierten cualquier incidente que ocurra en el campo de
juego. Entre la gente, está la familia y amigos de Junior Cock, quien dicen, es
el más rápido y talentoso de su equipo.
El Mundialito del Porvenir es uno de los torneos más antiguos y
populares de Perú. Inspirado en el Mundial de 1950, un primero de mayo, los
habitantes decidieron recrear el torneo en Parinacochas con dos piedras de
arco, ocho equipos, un árbitro ex futbolista y un balón de jebe. Por supuesto,
la cerveza post campeonato era el cierre feliz. “Aquí la gente se divierte y viene a tomarse su chelitas. Vemos jugar a
nuestros equipos y a que ganen. Lo justo”, cuenta un vendedor de comida al
paso. Desde hace poco más de sesenta años, en el Día del Trabajador, se disputa
la competición que tuvo en sus pistas a Hugo Sotil y Teófilo Cubillas. Con el
tiempo, la competición se tornó violenta y bastante disputada por sus jugadores
e hinchas. Es la ley de calle. Es la ley del más fuerte.
FOTO:
Rolly Reyna
Cock jugó uno de los partidos. Cock es el segundo apellido de Junior
Toscano, el autor del gol más rápido del Mundialito del Porvenir y que hoy está
en prisión por robo, ‘cogoteo’ y resistencia a la autoridad con 28 años.
Junior disputó el Mundialito y era la figura de su equipo. Es rápido,
delgado, alto y resistente, características aprobadas para jugar el fútbol en
la senda. El resaltar en esta competición te da popularidad y es por eso que
tuvo la oportunidad de jugar en Segunda con un equipo de provincia. Poca
fortuna tuvo. La calle era su segunda opción.
Hasta hace unas semanas, era seguido por las cámaras de vigilancia del
distrito. Ha sido captado en más de una ocasión, robando a mujeres que caminan
solas y con el bolso colgando a su suerte.
Su principal estación es el Mercado Victoria. Por las mañanas, se
recuesta en su fachada esperando la oportunidad para hacer su movimiento.
El tráfico es su cómplice. Espera que los vehículos se detengan y busca
a los más indefensos, con pasajeros y, que tengan poca movilidad y reacción.
Les arranca las carteras y corre para pasar desapercibido. En más de una
ocasión tiene que forcejear con su víctima y, en su mayoría de veces, gana. En
su carrera se nota que ha practicado fútbol. Luego se refugia en el mercado.
Hace dos días, Junior fue capturado antes de interceptar a un
transeúnte. Tuvieron que desestabilizarlo entre tres policías y cargarlo hacia
la comisaria entre cuatro. Ya había escapado en ocasiones anteriores, pero esta
vez no pondría más resistencia. Saben lo rápido que es.
“¿Eres el gol más rápido,
no? ¿Eres el gol más rápido de El Porvenir?”, lo interroga una periodista mientras iba cabizbajo
y avergonzado hacia la camioneta de serenazgo.
“Tengo una hija que estudia
y tengo que mantenerla”¸
excusa Toscano cuando le preguntan el por qué de ser partidario del robo. La
necesidad frente al poder afrontar una situación social vista desde el lado
deportivo. Junior siempre y solo será el gol más rápido de El Porvenir.
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