Matías Navarro (@Mati_Navarro)
Como cualquier ser
humano, pierde más de lo que gana, pero Marcelo Bielsa genera algo muy extraño
en el mundo del fútbol: provoca admiración, pasión e idolatría a pesar de situaciones
que con extrema liviandad se califican como fracasos.
¿Qué tiene el
rosarino que genera amores y odios en los amantes del fútbol? Los que lo apoyan
destacan su trabajo, su pasión y lo que enseña (tanto a futbolistas como
público) independientemente de los resultados. Los que se paran en la vereda de
enfrente sacan a relucir su vapuleado palmarés (4 títulos en 25 años de carrera
en 9 equipos) y lo minimizan diciendo que “sólo es un personaje”.
En un ambiente
donde lo único que interesa es ganar, Bielsa propone algo diferente: no sólo el
resultado, sino también la forma. Y eso tiene sus consecuencias, positivas y
negativas. Los más capacitados para explicarlas son los propios protagonistas,
los futbolistas que lo disfrutaron y padecieron.
_ Más allá del personaje
Javier Zanetti lo
tuvo en la Selección argentina y siempre destacó no sólo su forma de ser, sino
también de trabajar: “Es el mejor entrenador que tuve en mi carrera. ¿Por qué? ¿Cuál
es su secreto? Sus trabajos de campo son increíbles, prácticamente replican lo
que luego ocurrirá en los partidos. Y no mecaniza ni te transforma en un robot,
sino que te ofrece un abanico de opciones para que después resuelvas en la
cancha”, reconocía hace un tiempo a Canchallena.
_ La honestidad
"No te da
vueltas, ni te manda a nadie, te lo dice él. Crudo, pero de frente. En el
fútbol no es fácil encontrar gente así. Me ha pasado de ejemplos que fueron
todo lo contrario. Con Bielsa no había grises, era blanco o negro",
destacó Juan Sebastián Verón en su autobiografía.
_ La mejora personal
Antes de debutar en
la Primera de River, Javier Mascherano había jugado sus primeros minutos en la
Selección mayor de la mano de Bielsa.
En una charla con
El País (2012), a horas de enfrentarlo en la final de la Copa del Rey, analizó:
“Desde el sentimiento, uno quiere ver a Marcelo ganando títulos porque el
fútbol con él ha sido demasiado injusto, porque mereció muchísimo más de lo que
ganó. Pero quizás su mayor triunfo fue dejar su impronta en cada equipo y a
cada jugador que entrenó".
_ Prioridades
“Ganar, ganar y
volver a ganar”, solía decir el entrenador español Luis Aragonés. El triunfo no
es despreciado por Bielsa, más bien todo lo contrario: es su principal
objetivo.
El tema es el cómo
y el qué se le deja al jugador y al club: en Atlas (1992 – 1994) forjó a la
futura generación de oro mexicana, con jugadores como Rafael Márquez y Jared
Borgetti como máximos exponentes; en Chile (2007 – 2011) reformó el complejo
Pinto Durán a nivel europeo y le cambió la cabeza al fútbol chileno; hizo
volver a soñar y potenció a niveles inesperados a jugadores del Athletic de
Bilbao (2011 – 2013) como Llorente, Muniain y Javi Martínez.
Quedó en la puerta
de títulos, se cayó en rectas finales y se volvió en primera ronda en el
Mundial 2002, pero hay cosas que son superadoras, elementos que son invisibles
a la desesperación desproporcionada que genera un título. Cosas que son más
complicadas de analizar y ver cuando la valoración de un trabajo depende de si
la pelota entra o pega en el palo.
Por suerte está
Bielsa para hacérnoslas ver.
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