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Víctor Grao (@VictorGrao

Veintidós mujeres sobre un terreno irregular, cubierto de un porcentaje de grama y otro de tierra. Baches, huecos y algunas piedras forman parte de este recinto. Algunas personas yacen detrás de una mal dibujada línea de cal, gritando consignas a las atletas, las cuales pasaron sus últimas horas sentadas en un autobús. Cuatro hombres (o mujeres) con un uniforme de otra tonalidad, son aquellos que ejercen la ley sobre el terreno de juego. Un panorama que logra enmarcar, bajo un fiel reflejo, la realidad del fútbol femenino en Venezuela.

El deporte rey para las féminas, en el país “vinotinto”, ha tenido un constante crecimiento en los últimos años, en cuanto a logros y resultados se refiere. Un cuarto lugar en la Copa Mundial Femenina en 2014, disputada por la categoría Sub-17, luego de haber quedado campeonas del Sudamericano, y un sub campeonato para el Caracas FC, en la Copa Libertadores de América de 2014, son los dos mayores resultados en la historia de este sub valorado fútbol.

La jugadora de Ucab Spirit, Carla Carvalho, a pesar de los logros recientes, comenta sobre cómo funcionaba anteriormente el torneo de la primera división femenina: “Antes la Liga Nacional me parecía mucho más profesional que ahora, antes se jugaba un “todos contra todos”. En aquella época nosotras nos quedábamos en hoteles, viajábamos una noche antes y luego jugábamos los partidos”. Hoy en día eso ha cambiado, tal como comenta el entrenador del Caracas FC, Enzo Tropiano: “Nosotros viajamos y jugamos el mismo día. Es humilde, pero tratamos de ahorrar y más ahorita, en una situación tan difícil”.

Además del tema transporte, la jugadora de Cachimbos, Claudia Rodríguez, menciona: “Ninguna selección de fútbol masculino se ha quedado en una Villa, mientras que una femenina sí y, personalmente, creo que no están adecuadas para las atletas”.  Esta última afirmación, refiriéndose al tema selección, ya que los clubes viajan ida por vuelta, como fue mencionado anteriormente.

Todas estas faltas de beneficios para las jugadoras, inciden de manera directa en el bolsillo de las mismas. No solo queda en las condiciones de los viajes o en las estadías, sino que también repercute en su cobro –si es que lo hacen–. Carvalho cuenta: “Tú le puedes preguntar a cualquier jugadora, de cualquier equipo, y esa jugadora te dirá que tiene que pagar mensualidad para poder jugar en ese equipo”. Así apoya también el redactor del fútbol femenino en el Diario Líder, Carlos Celis: “De lo que ganan jugando no pueden vivir, eso es una realidad latente del fútbol femenino. Hay equipos que les cobran a las jugadoras por jugar. No todas tienen esa ventaja que ofrecen algunos equipos que le ofrecen sueldo fijo a las jugadoras”.

Esta falta de ganancia monetaria hace que muchas jugadoras deban dejar el fútbol o tener una doble vida: fútbol, por pasión, y trabajo (o estudios). Rodríguez habla sobre este punto: “Desde que entré a la universidad, el fútbol no ha podido ser al mismo ritmo que antes, porque la universidad requiere un tiempo, además de que no te apoyan mucho en eso del deporte y de estar viajando. Uno tiene que definir sus prioridades y mi prioridad ahora es estudiar”. Carvalho, quien comenzó su carrera futbolística a los 13 años, complementa con su experiencia: “Nunca he pensado en dejar el fútbol, pero si llega el momento que debo elegir entre lo laboral y el fútbol, elegiré lo laboral porque es lo que me va a mantener”.

Esta falta económica es delicada, tan es así, que una de las mejores jugadoras (a vox populi) del fútbol venezolano, Lisbeth Bandres, no se unió a la “vinotinto” en la Copa América por tener otras responsabilidades: “Bandres no pudo estar en la selección por estar con su familia, porque ella es la que los mantiene económicamente”, contó Carvalho.

Esta misma falta de manutención para las jugadoras, hace que el promedio de edad en la selección mayor sea muy baja, según Carlos Celis, oscila los 22 años. Carvalho, comenta sobre el tema: “Considero que las niñas en esa época (Sub-17 y Sub-20) lo único que les motiva es el fútbol, las ganas de hacer el deporte, pero cuando ya llegas a cierta edad, a cierta madurez tú quieres que tu trabajo se vea retribuido de otra manera. Haces logros personales, pero tu trabajo como futbolista nunca será tomado en cuenta como antes”.

Las condiciones en las que se desempeña la futbolista venezolana son defectuosas. Más allá de los logros, es el amor a la vocación es lo que allí las mantiene. En buena parte, estas restricciones para desempeñarse de manera apta vienen dadas por la falta de apoyo económico, el cual tiene que ver de manera directa con la falta de interés social y falta de promoción de los medios. Celis comenta de esto: “La poca cobertura que se le da al fútbol femenino venezolano se debe a que no es un producto atractivo, desde el punto de vista económico para los medios de comunicación. Una televisión, un programa de radio o un periódico necesitan dinero para que puedan sobrevivir o mantenerse al aire”. Situación que complementa el periodista encargado del fútbol femenino del Diario Meridiano, Manuel Todea: “Yo mismo le he planteado a la gente de Meridiano TV que por qué no transmiten los partidos finales de la competición, pero me preguntan a qué hora se va a jugar, dónde se va a jugar, en qué cancha se va a jugar, y es muy difícil darle la información que requieren”.



“Todo está contaminado, una cosa va con la otra”, menciona Todea en relación a como se entrelaza el bajo patrocinio, con la baja promoción y la baja información de los medios. A pesar de ello, las cinco personas antes entrevistadas coinciden en el punto de que la Federación Venezolana de Fútbol es uno de los principales responsables de la falta de funcionamiento en el femenino.

“Ni siquiera la Federación tiene las estadísticas al día. A diferencia del masculino, la tabla de goleadoras y los resultados del femenino no te la dan de inmediato. Pueden pasar tres semanas para que te llegue una jornada. Normalmente lo hacemos conversando con las jugadoras, llamando a los delegados de los equipos”, comenta Celis en relación a la falta de cobertura por parte del máximo ente del fútbol en Venezuela. Todea, por su parte, agrega: “La comisión del fútbol femenino que está precedida por la Federación Venezolana de Fútbol no da la información a tiempo y muchas veces es desajustado, inclusive en horarios de partidos”.

Para cualquier periodista, medio de comunicación o público en general le resulta casi imposible el seguimiento del balompié femenino, pero no es algo que viene de ahora, sino que lleva tiempo detenido: “La evolución a nivel federativo yo creo que está estancada desde hace bastante tiempo”, comenta Carvalho. El entrenador del Caracas FC, mencionó también su descontento con el ente: “Es fácil estar desde una oficina dando órdenes, sin ir a ver la realidad de los equipos. Hacen campeonatos con equipos que ni siquiera supervisan. Tienen que enseriarse”.

La Liga Nacional femenina tiene un calendario inicial, el cual es modificado. Tan es así que Tropiano menciona que no todos los equipos comienzan en la misma fecha: “Ya el solo hecho de que el campeonato comenzó en noviembre y para algunos equipos comenzó en enero, te podrás imaginar el desorden”. Así mismo, Todea complementa que a la hora de buscar las fechas de los partidos, directamente en la Federación, entregan los compromisos con algunas sedes y horarios los cuales no son los mismos a la hora de los hechos, haciendo que la búsqueda de la noticia sea realmente complicada: “Conseguir la información sobre el fútbol femenino es una odisea, son muy pocos los equipos que dan la información sobre cuando juegan los equipos o donde entrenan”.

Como una cosa lleva a la otra, la falta de cobertura reincide en la falta de patrocinio, esta en la falta cobro y a su vez, todo ello en poca cultura que se le puede “vender” al fanático. Más allá del incremento en popularidad que ha logrado el fútbol femenino, para Carvalho, el tema cultural va más allá: “Yo creo que la cultura venezolana no está preparada para que una mujer sea atleta como un hombre”, apoyando esta idea está Rodríguez, quién piensa similar: “Estamos culturalmente atrasados. Las mujeres han logrado resultados que demuestran que tienen con qué y, a pesar de ello, no las toman en cuenta. Es la cultura sumada al machismo”.

A pesar de las mil y un falencias que tiene el fútbol femenino en Venezuela, en cuanto a rating televisivo ha mejorado. Meridiano televisión transmitió el Mundial Femenino Sub 17, en el cual las muchachas venezolanas obtuvieron un cuarto lugar. A partir de ese mismo logro las cosas cambiaron, según Celis: “El diario Líder le dio una página semanal, una eventual nota en la semana, el diario Meridiano, con Manuel Todea, también.”

El fútbol femenino va a pasos cortos, quizás de a ratos estático y en otros momentos da alguno para atrás. En la selección ha sido diferente, en buena medida, gracias a Kenneth Zseremeta, el entrenador que ha triunfado con estas jóvenes y que ha realizado módulos, partidos, viajes y giras con ellas, para lograr su máximo rendimiento.


Venezuela necesita la vocación de un ente superior con esta disciplina, equipos comprometidos a la difusión de información y esto repercutirá, de manera notoria, en el fomento del fútbol femenino, que traerá a su vez patrocinio, dinero, cobro y mejora en la cultura. Porque como dijo Enzo Tropiano: “Nuestro fútbol femenino no es profesional”, pero hay que luchar por mejorarlo. 

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