Darío
Lezcano llegó a Suiza cuando apenas tenía 17 años. A aquella edad aún no había
debutado en el fútbol profesional pese a que en su país estuvo buscando con
ahínco una oportunidad. De hecho, el delantero de origen campesino que sembraba
verduras en la parcela de su padre en Caaguazú ya llevaba entonces varias
mudanzas en busca del éxito deportivo. Antes de marcharse a Europa ya Lezcano
había probado suerte, sin fortuna, tanto en Ciudad del Este como en Asunción.
A poco de
cumplir los 20 años, y luego de haber pasado dos temporadas y media en la
segunda división suiza, Lezcano llegó al fútbol de máximo nivel fichado por el
FC Thun, donde en muy poco tiempo despertó el interés del poderoso club local
FC Luzern.
La mano alemana
Allí, guiado
por la mano del entrenador alemán Markus Babbel, exjugador del Bayern,
Stuttgart y Liverpool; el delantero paraguayo empezó a ser figura de primer
plano. Babbel, quien habla perfectamente español, se convirtió en su mentor y
le brindó una confianza que el atacante sudamericano retribuyó con 9 goles en
12 partidos en la última temporada.
De hecho Lezcano estuvo a poco de sumarse a la
selección suiza, país cuya nacionalidad también posee y donde transcurrió
gran parte de su carrera deportiva, antes de sumarse al Ingolstadt de Alemania.
El delantero, sin embargo, declinó las primeras invitaciones en espera de una
oportunidad en el equipo nacional del Paraguay, la que llegó en el segundo
semestre del 2015.
El
seleccionador Ramón Díaz, quien venía haciéndole seguimiento a su desarrollo,
lo convocó para el partido de la eliminatoria al Mundial Rusia 2018 contra el
rival más temido de la Conmebol: Argentina, el subcampeón del mundo. En
Paraguay muy pocos conocían el nombre de Darío Lezcano, pero después del juego
en el estadio Defensores del Chaco en Asunción en octubre pasado, éste se ha
quedado grabado en la memoria de la afición local.
El empate a
cero goles, el debut Lezcano con el uniforme de la selección, estuvo acompañado
por elogios. Desde entonces el delantero, que ya anotó su primer gol para
Paraguay (contra Bolivia), y se vistió de héroe en el compromiso contra
Ecuador. Ha sido titular bajo las órdenes del entrenador Díaz por encima de
nombres conocidos por la Bundesliga como Nelson Haedo Valdez o Raúl Bobadilla,
actual estrella del Augsburgo.
A la Bundesliga
Desde que
Marcus Babbel entrena al FC Luzern, cada una de sus visitas a Alemania estuvo
acompañada por la mención de Lezcano como un jugador que podría adaptarse muy
bien a la Bundesliga. Su excompañero en el Bayern, hoy director deportivo del
Ingolstadt, Thomas Linke, lo escuchó con atención.
Cuando el
club alemán patrocinado por la firma automotriz Audi decidió el pasado invierno
buscar refuerzos para el ataque, Linke se acordó de Lezcano y preguntó por él
en Luzern. La transacción se constituyó en un récord para el equipo que recién
esta temporada se estrenó en la primera división del fútbol alemán. Por el
delantero paraguayo, a quien sus amigos apodan “Motochorro”, se pagaron 2,5 millones de euros, lo que lo convierte
en la contratación más alta en la corta historia del Ingolstadt.
Dario Lezcano
ya ha dado sus primeros pasos como paraguayo. Tanto en la selección como en la
Bundesliga está intentando dejar un legado.
Daniel Martínez en DW
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