Por: Hernán Laurino
(@cholito82)
De chico, en Laguna Larga,
miraba siempre a Riquelme y también a Ronaldinho. Eran jugadores que le
gustaban. Hasta que un tal Lionel Messi apareció para romper el fútbol y
quebrarlo en dos. Entonces, Paulo Dybala lo tomó como ídolo, como ejemplo y
referente.
Ahora, que son “colegas”,
era cuestión de tiempo que se cruzaran. Y la última convocatoria a la Selección
Nacional, para los partidos ante Chile y Bolivia, fue la oportunidad.
Antes había estado
lesionado el propio Messi y no coincidieron en la lista de Martino.
Pero el destino es así y
ahora el que se lesionó fue Paulo, igual viajó al país para que lo vieran los
médicos de la Selección. Y allí, en el predio de Ezeiza y en la sala médica, se
dio el encuentro con Leo.
“Tuve la suerte de
conocerlo... Fue cuando llegué para hacerme unos estudios, y entré al predio de
Ezeiza. Era temprano y me encontré con él en la sala de médicos... Fue una
sensación rara, encontrar a tu ídolo te toca. A todos les debe pasar, debe ser
algo anormal conocerlo. Me pasó a mi también. Fue un gusto conocerlo, lo
saludé, no tuve mucho por hablar porque yo tenía que hacer mis cosas de la
lesión. Ojalá más adelante se de poder compartir unos minutos en la cancha”,
contó Paulo.
–A Córdoba le volvieron a
dar una fecha (ante Paraguay, en Octubre). Vas a tener revancha...
–Seguramente, si no se dio
ahora fue por algo. Ojalá llegue ya esa fecha y poder seguir con este
rendimiento para ser convocado. Sería hermoso jugar en mi provincia,
encontrarme con toda mi gente, ahora con la camiseta de la Selección. Ojalá
pueda darse.
–¿Te hace mucha ilusión
poder jugar la Copa América o los Juegos Olímpicos?
–Sí, sería la primera vez
en un campeonato de este estilo con la Selección, más allá de las
Eliminatorias. Estar un mes con los compañeros, concentrar en un hotel,
compartir muchas cosas con la Selección, sería de gran aprendizaje. Vamos a ver
si me toca la Copa o los Juegos, en uno de los dos me gustaría estar. Hay que
esperar que dice el entrenador y que dice la Juventus también.
A la gente de Alta Córdoba
se le infla el pecho. Verlo a Dybala triunfar en Europa y ver a Ramón Ábila
romperla en Primera del fútbol argentino es motivo de orgullo. Ambos se
formaron en La Agustina y, además, tienen una gran relación.
“El Negro no sé cómo hace
para hacer tantas piruetas, grandote como es, hace chilenas, tijeras. Yo si
llego a tirar una de esas me quiebro toda la espalda. Estaba con mis amigos en
casa y vimos el gol que hizo en la Libertadores. Un golazo. Wanchope me
escribió los otros días, me pone contento su presente. Hace tiempo que viene
demostrando. Estaría bueno que tenga la posibilidad en un club más grande,
porque en Huracán no lo valoran tanto como debería ser. El Negro está para
cosas grandes, ojalá que siga ganando cosas. La gente de Instituto debe estar
orgullosa de él”, dijo Paulo sobre Ramón.
"Tanto para Wanchope como para mi Instituto está siempre presente y deseando que las cosas puedan estar mejor. Siempre estoy pendiente del club", contó.
Paulo debutó con 17 años
en la temporada 2011/12 y fue el goleador del equipo que condujo Darío Franco.
Dybala supera varios
récords institucionales: es el único jugador del club en anotar dos tripletes
en la misma temporada por torneos de AFA, siendo también el goleador más joven
de la institución en torneos oficiales.
Con 17 años, superó la
marca que ostentaba Mario Kempes desde 1972, con 18– además de anotar
consecutivamente por seis partidos, (frente a Atlético Tucumán, Rosario
Central, Patronato, Chacarita, Desamparados de San Juan y Defensa y Justicia)
un registro sin antecedentes por Alta Córdoba, ya que la máxima serie goleadora
era de cuatro al hilo. Además, se hizo acreedor del milésimo gol de Instituto
en la categoría (precisamente, ante Desamparados de San Juan).
Extraído de Diaadia.com.ar
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