Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
"Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio", Immanuel Kant
Noel Sanvicente no pudo ser competitivo con la selección nacional.
Por primera vez en su carrera, los resultados no acompañaron su trabajo y se
fue por la puerta de atrás. Rafael Dudamel llega como el estratega encargado de
mejorar el rumbo. Su apellido, que en Venezuela es sinónimo de director de
orquesta, tiene peso en el fútbol nacional y sudamericano.
Que Dudamel sea el nuevo timonel nacional deja un dato
interesante: fue seleccionado para la Vinotinto por Richard Páez, hace ya una
década. Los protagonistas del boom vinotinto
están empezando a encaminarse a la dirección técnica. Las masas ya reconocen a
los nuevos nombres que ocupan los banquillos. De esa generación ya Ruberth
Morán, Ricardo David Páez, "Pájaro" Vera y otros han dado sus
primeros pasos. Los veteranos de guerra empiezan a reclutar nuevos soldados.
Cancerbero de carrera destacada, quizás sea el venezolano
con el pasado más lleno de anécdotas de logros. Estuvo muchos años defendiendo
las porterías colombianas, fútbol donde ganó el mote de “libertador”. Llegó a
jugar una final de Copa Libertadores con el Deportivo Cali en la edición de
1999. Fue el héroe de varias noches con la selección, incluso le anotó un gol de tiro libre a Argentina en el
pre mundial de Francia 98. Fue el primer portero criollo en llegar hasta la
otra red.
Las innovaciones no acabaron una vez colgados los botines.
Fue el primer entrenador en clasificar a la selección sub 17 a un Mundial. Tuvo
su pasantía en el fútbol profesional ocupando el banquillo del Deportivo Lara,
con el que estuvo cerca de conseguir el título de Copa Venezuela en el 2015.
Ambas experiencias con una notable gestión y cercanía vocacional con su
plantilla, cualidades que lo hacen propicio para el cargo de seleccionador
mayor, dado el presente de la selección. El currículo deportivo del incipiente
estratega nacional impone respeto.
Una vez asumido el cargo, Dudamel no esperó al primer
entrenamiento para conocer a sus jugadores; viajó a Europa para dialogar
personalmente con ellos. En las redes sociales circularon imágenes de varios
seleccionados reunidos con su nuevo jefe. Tenía apuro en avanzar y difundir su línea de trabajo trazada
en miras de los próximos meses. El problema de su nuevo empleo es la falta de
tiempo con el equipo. Se busca erradicar la improvisación.
En aquella gira fue predicando un discurso, su doctrina ya
está en la mente de los futuros intérpretes. El pasado le da margen al ser
figura reconocida por los elegidos, de manera que su ejemplo puede servir para
arengar a los demás. Tiene la carga moral para negociar en buenos términos y
domina la jerga futbolera para hacer llegar el mensaje sin muchas vueltas.
El ex futbolista en sí es la representación de un pasado
glorioso. Muchos de los que hoy visten la camiseta vinotinto recuerdan, por
ejemplo, aquel partido en Pueblo Nuevo en el que se le ganó a Ecuador por 3 a
1. Aquella vez la actuación del “Libertador” fue admirable. Este grado de
estima es nuevo: antes de Dudamel, el fútbol nacional era casi clandestino a
nivel mediático. Trayectorias insignes como las de Sanvicente y Páez no
llegaron a dimensionarse lo suficiente en la opinión pública de su tiempo.
En un país en el que parece haber más caciques que indios,
las riendas de Venezuela están en manos de uno de los que usaba guantes para
atajar flechazos. Su jerarquía puede servir como imperativo categórico para
reencauzar las aguas de una selección que, durante la gestión anterior, remaba
contracorriente.
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