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En la vida de los seres humanos, todo lo calificado como importante gira en torno a un factor irremplazable y reacio a las modificaciones. Esa variable, llamada tiempo, condiciona aspectos del fútbol. Los contratos, las gestiones presidenciales y los campeonatos caducan; el cuerpo humano también. 

Por: Luis Suárez (@Luije77)

La definición de tiempo depende de la sugestión de quien trata de encuadrarla. Para algunos, es una mera invención cognitiva para controlar el día a día. Cuando se extrapola el concepto al fútbol, inmediatamente pensamos en la longevidad del jugador y la curva descendente que significa su carrera. 

Immanuel Kant, filósofo prusiano, decía que el tiempo no existe, sino que es una categoría del entendimiento. Él comentaba que nosotros somos quienes inventamos ese “tiempo”. Los animales, para Kant, no viven lo que conocemos como segundos, minutos, horas y días. Nosotros los vemos vivir por períodos, pero ellos no tienen conciencia temporal para entenderlo. En esta lista comentaremos el caso de 10 futbolistas-animales del fútbol sudamericano que no tienen consciencia de eso que significa decadencia física, pero sí son cognoscentes de la capacidad de convertir la veteranía en sapiencia: 

Argentina: Andrés D’Alessandro 



Años fuera de cautiverio: 35 años. 
Hábitat natural: Estadio Monumental de Núñez, Buenos Aires. 
Piel: Blanca, con manchas rojas. 

Volante “10” que con el tiempo ha aprendido que es más fácil sacarse un rival con una pared que llevárselo a base de cambio de ritmo. Para cualquier argentino, convertirse en ídolo de la torcida brasileña es una tarea estoica. D’Alessandro, adonde fue, dejó calidad y pinceladas excelsas de pierna zurda. Dejó al Inter de Porto Alegre por River Plate, pero no para retirarse, sino para ayudar a buscar otra Copa Libertadores. 

Bolivia: Pablo Escobar



Años fuera de cautiverio: 37 años. 
Hábitat natural: Estadio Hernando Siles, La Paz. 
Piel: Aurinegra. 

La manera en que un jugador recorre el terreno, a veces, determina si está en condiciones de seguir jugando al primer nivel. Pablo Escobar, paraguayo de nacimiento y boliviano de elección, aporta a The Strongest lo que un juvenil puede darle en cuanto a sacrificio, pero con el plus de la sapiencia que genera ser internacional en cualquier Selección. Nadie discute su lugar en el campo hoy día. 

Brasil: Zé Roberto

 


Años fuera de cautiverio: 41 años. 
Hábitat natural: Estadio Allianz Parque, Sao Paulo. 
Piel: Verde. 

La generación de los 90 de aficionados al fútbol sudamericano creció viendo la pierna zurda de un volante del Bayern Munich con una clase desfigurada y un desparpajo para jugar que hacía creer que desde el vientre de su madre llevaba a cuestas la responsabilidad de ser un “5” con alma de todero. Zé Roberto es un hombre que se ha ganado el reconocimiento del continente. Hoy, Palmeiras lo disfruta como lateral izquierdo. 

Chile: Esteban Paredes



Años fuera de cautiverio: 36 años. 
Hábitat natural: Estadio Monumental David Arellano, Santiago. 
Piel: Alba. 

La base de la columna vetebral de un equipo se concluye con con un delantero inteligente, astuto e imponente. Los actuales aspirantes a atacantes de Colo Colo han venido crecieron viendo a un tipo que alternaba las participaciones locales con los llamados de la Roja. Sigue marcando goles para no dejar de ser importante en una liga donde siempre termina entre los líderes de anotaciones, a pesar de no ser habitual ya en la convocatoria de Pizzi.

Colombia: Andrés Pérez



Años fuera de cautiverio: 35 años. 
Hábitat natural: Estadio Monumental de Palmaseca, Cali. 
Piel: Verde.

Por temas psicológicos y de salud mental, todos necesitamos ser reconocidos en lo que hacemos. Lo que significa el capitán del Deportivo Cali para su afición es tan grande como las pancartas y trapos que partido a partido le dedican en la grada. Dejó Millonarios para asumir un nuevo reto; vaya que lo supo asimilar y conseguir. La entrega de Andrés Pérez es digna de aquellos que se disputan el puesto de titular. Para ser uno de los mejores de la Liga Águila, eso debes aplicar. 

Ecuador: Jorge Guagua



Años fuera de cautiverio: 34 años. 
Hábitat natural: Estadio George Capwell. 
Piel: Azul eléctrica. 

Ecuador, desde que comenzó el siglo XXI, se pasó el breaker hacia el lado de la competitividad. Con un plan de formación ejecutado a la perfección, consiguieron tener éxito al darle la oportunidad a chicos de bajo perfil. Jorge Guagua es sinónimo de colocación y jerarquía. La experiencia en Mundiales, Copas América y Eliminatorias le ha dado la capacidad de estar un paso por encima del rival en lo mental. Hoy Emelec lo dsfruta. 

Paraguay: Carlos Bonet



Años fuera de cautiverio: 38 años. 
Hábitat natural: Estadio Defensores del Chaco, Asunción. 
Piel: Azulgrana. 

Ser defensor en Paraguay funciona, casi, como un honor familiar. Además de lo que significa en cuanto a prestigio, es un peso sobre los hombros, tanto como comandar los 17 departamentos guaraníes. Carlos Bonet ha cumplido un ciclo exitoso en Eliminatorias, Mundiales y Copas América. Hoy, recorre los costados del Defensores del Chaco con la misma soltura de otrora, haciendo olvidar que su juventud pasó hace mucho, pero que nadie lo percibió aún. 

Perú: Carlos Lobatón



Años fuera de cautiverio: 36 años. 
Hábitat natural: Estadio Alberto Gallardo. 
Piel: Azul celeste. 

El mediocampo actual exige jugadores que sepan cumplir labores mixtas al mismo nivel y sin desentonar. Toque, visión, presencia y quite son necesidades de la mitad de la cancha que son difíciles de conseguir en un solo jugador. Carlos Lobatón, el de la prestigiosa familia que se ha ganado un lugar en la historia del fútbol peruano, deleita a los aficionados de Sporting Cristal partido a partido. Nadie discute el requerimiento de tenerlo en cancha, con la azul o con la inca. 

Uruguay: Diego Forlán



Años fuera de cautiverio: 36 años. 
Hábitat natural: Estadio Campeón del Siglo, Montevideo. 
Piel: Atigrada. 

Pocos delanteros en el fútbol moderno ayudaron tanto a sus equipos como él. Apto para volantear cuando le viniera en gana para generar espacios y asociarse con el resto de la Selección uruguaya, Atlético de Madrid o Villarreal. Aquel Mundial 2010 marcó su punto más alto, pero hoy no desentona cuando tiene la pelota, a pesar de que batalla en contra de jugadores con más piernas y menos km. Volvió para ser campeón y los campeones no caen fácil. 

Venezuela: Jorge Rojas



Años fuera de cautiverio: 38 años. 
Hábitat natural: Estadio Pueblo Nuevo, San Cristóbal. 
Piel: Aurinegra. 

El Deportivo Táchira atraviesa su mejor temporada internacional desde la salida de César Farías. Gran parte de ese éxito se debe a la posibilidad de tener en cancha a un jugador que marca diferencia cuando tiene la pelota, todo gracias a haber jugado de forma permanente en América y con la Vinotinto. Los años lo han hecho más inteligente de lo que es jugador promedio. Lo creían de ida y nunca estuvo tan de vuelta.

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