Víctor Grao (@VictorGrao)
Para diciembre, según una
investigación de la AUFPV, 119 venezolanos se encontraban jugando fuera de
Venezuela, de los cuales 55 de ellos lo hacían en Europa. Parece una alta
cifra, a sabiendas que el primer vinotinto que jugó en el viejo continente lo
hizo en 1987 (Heberth Márquez con Marítimo de Funchal) y el primero en salir de las
fronteras fue Freddy Ellie, recién en 1973 con Alianza Lima.
Cuando Márquez viajaba a Portugal, ya los argentinos Valdano y Wolff habían jugado en el Real Madrid, el
chileno Zamorano haría goles en el cuadro merengue a los pocos años, así como los brasileños daban
cátedra en las primeras divisiones del mundo.
En otro contexto, cuando
Ellie desempacó sus maletas en Perú, el peruano Hugo Sotil ingresaba a jugar
con Johan Cruyff en el Barcelona… Comparado con el plano sudamericano,
Venezuela siempre estuvo por debajo.
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En el último Sudamericano
Sub 20, Yangel Herrera fichó con el Manchester City, Williams Velázquez lo hizo
con el Watford, Heber García con el Sud América de Uruguay y Yeferson Soteldo
con el Huachipato en Chile.
Pero,
¿Por qué el interés en el talento venezolano?
Más allá de la evolución
del fútbol en Venezuela, los resultados de la era de Richard Páez en 2002 con
la vinotinto, la incursión de Juan Arango en el mercado europeo para la
apertura del mercado y los factores “ya conocidos”, existen algunos eventos –quizás–
no tan notorios que han hecho que el atleta venezolano sea producto de exportación.
Desde hace 2-3 años, la
salida del futbolista criollo se ha acrecentado de manera notoria. Destinos
atípicos como República Dominicana, Panamá o Nicaragua han cobrado parte del
destino final de los mismos.
El representante de
jugadores de la Agencia de Fútbol de Venezuela, Daniel Yamín, comenta una de
las razones: “El futbolista venezolano es más barato no por la calidad, sino
por los otros valores que se ponen en la ecuación, que son los derechos televisivos, la infraestructura de los clubes…”
Hay que detenerse un
momento en el término de los derechos televisivos. Desde la temporada pasada,
Venezuela cuenta con Gol TV como acreedor de la TV en el fútbol. Con ello, la
exposición del talento criollo ha aumentado.
Si bien no se transmiten
todos los partidos de la jornada, como si se hace en Chile, Argentina, Ecuador o
Brasil; se cuenta con alta definición en su señal por internet: “Esta gente de
TLT tienen un streaming en HD muy bueno. Uno como vendedor le dice a los clubes
que miren el partido y lo pueden ver en HD. En Gol TV también se pueden ver los
partidos”, comenta Yamin.
Aunado a esto, los
partidos televisados por la cadena uruguaya, logran ingresar a programas pagos
altamente cotizados, como Wyscout, donde se pueden ver a los diferentes
jugadores mediante recortes. Al contar con televisión, también se cuenta con los
partidos en el software, el cual es utilizado por equipos como Manchester
United, Liverpool, Inter, Real Madrid, Paris Saint-Germain, Juventus, Bayern de
Múnich, Oporto, Atlético de Madrid, Milan, Ajax, Zenit, Mónaco…
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Los derechos de TV han
influido, claro que sí, pero también la situación del país afecta. El talento
venezolano (ingenieros, periodistas, diseñadores, etc) ha buscado emigrar de Venezuela,
así como los futbolistas. Más allá del tema de escasez de productos básicos,
inseguridad y demás que se vive, el pago del jugador criollo –en general– suele
ser bajo para el plano internacional.
Algunos futbolistas del
primer equipo del Deportivo Táchira o Caracas FC (principales equipos en
Venezuela) cobran 200.000Bs mensuales, lo equivalente a unos 50$ en el mercado
negro venezolano, al cual tienen acceso todos los ciudadanos.
Apartado:
en Venezuela existen diferentes tasas de cambio. Es propicio para un artículo
completo de varias páginas, pero sin entrar en demasiados detalles, el más
utilizado por el “venezolano común” amaneció para mediados de febrero en
4000bs por cada dólar.
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El salario mínimo en
Venezuela es de 40.000Bs + bono alimenticio, por lo que 200.000Bs es 5 veces lo
que cobra el asalariado más bajo. En el contexto país, no es mala remuneración,
pero al salir, al futbolista con que le ofrezcan 1000$ mensuales, equivale a 20
veces lo que ganaba anteriormente.
Aunado a ello, el costo del
traspaso del jugador venezolano es más bajo que el de otros países en la
región. Para poner en contexto: el Zamora FC vendió a Pedro Ramírez en 450.000$
(máximo asistidor del fútbol venezolano en 2014) al Sion en Suiza, así también
lo hizo con Juan Falcón en 800.000$ (goleador de la temporada 2013/14) al Metz
de Francia.
Juan Falcón en Metz |
Recientemente se dio uno de los fichajes más costosos en la historia para un futbolista salido desde el fútbol
venezolano. Se habla de Yangel Herrera y de los 1.5 millones de euros pagados
por el City Group por su traspaso. Anteriormente, ese segundo puesto lo tenía Gelmín
Rivas, por su traspaso al Al-Ittihad de Arabia Saudita en 1.4 millones de
dólares. El más costoso sigue en manos de Ronald Vargas por los 2 MM de dólares en su transacción del Caracas al Brujas.
Para Venezuela, son montos
buenos, pero que en el mercado internacional no representan un gasto realmente
notorio, como mencionó Yamín: “Tú no puedes vender a un jugador como se vendió
a David Neres al Ajax por 12 millones de euros porque te compran el club
completo o tres clubes del fútbol venezolano”, haciendo referencia al
futbolista de 19 años que salió desde Sao Paulo.
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El mercado ha cambiado
para Venezuela. Los jugadores han comenzado a tener mayor peso en sus ventas.
Por ejemplo, en Perú el último fichaje rimbombante desde la primera división al
exterior fue el de Carlos Ascues en 2015 por el Wolfsburgo en 1.5 millones de
euros.
En contraparte, la
adquisición de jugadores como compra del fútbol criollo no es tan pesado. Ariel
Nahuelpán llegó a Liga de Quito en 2012 por 2.5 millones de dólares, cifra
excesivamente alta a pagar por un club venezolano.
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Obviando la situación de
Venezuela económica y otros factores mencionados anteriormente, el futbolista
venezolano goza de ciertas ventajas que no tienen otros de la región. La
incursión de la regla del juvenil (tiene que haber un sub 18 en cancha por
equipo en cada partido de primera división), ha ayudado a que los jugadores
venezolanos cuenten con gran cantidad de minutos en el máximo nivel, dándole
una experiencia diferente y siendo factor determinante a la hora de competir
internacionalmente.
Para el Sudamericano Sub
20 de 2017, en el cual Venezuela clasificó, todos sus jugadores del XI titular
habían debutado en primera división, algunos con roce en Sudamericana o en
Libertadores, situación que fue un plus.
Internacionalmente, un
club puede ver a un jugador venezolano por los derechos de TV, entrar en
consideración por los minutos que ha tenido en el máximo nivel y a un bajo
costo. El riesgo vale la pena correrlo.
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