Hovannes Marsuain (@HMarsuian)
Vicente Suanno es de los pocos futbolistas venezolanos que tiene un título universitario. El buen periodismo siempre va a agradecer que hombres con cierta formación académica, porque saben expresarse. Sobre todo siendo futbolista, una actividad que demanda mucho tiempo fuera de las aulas de estudio.
Hoy es mediocentro del Deportivo La Guaira, dirigido por Eduardo Saragó. Ha sido un jugador fetiche del técnico capitalino, ganando torneos semestrales en Deportivo Italia y Deportivo Lara bajo su tutela. En esta entrevista exclusiva para La Pizarra del DT, nos habló, entre otras cosas, del juego.
¿Cómo
iniciaste en el fútbol?
En el colegio, en el Instituto Cumbres de
Caracas, a los 4 años de edad. Desde ahí me enamoré del fútbol. Siempre hice
fútbol escolar, hasta los 12 años ingresé a la Academia Venezolana de Fútbol
con Pedro Castro, en una liga algo más competitiva como la Cesar del Vecchio.
Cuatro o cinco años después fui a jugar en Estados Unidos, donde tenía una beca
universitaria; pero por una lesión me tuve que regresar a Venezuela. Y gracias
a Dios, por cosas del destino, cuando empecé a estudiar en la UCAB, el Deportivo
Italchacao, en ese momento, entrenaba en la Católica y, por coincidencia, fui a
entrenar un día, me quedé entrenando con el equipo y así llegué a debutar
profesionalmente.
¿Empezó
jugando en el medio?
Siempre fui volante ofensivo, jugaba de
enganche. En el Deportivo Italchacao, donde me hago volante “5”.
¿Cómo
se caracteriza Vicente Suanno como futbolista? ¿Qué tipo de mediocentro te
consideras?
Trato siempre de jugar simple, de que el
equipo, por intermedio de mí, pueda ser más fluido. Me gusta tener bastante
entrega en el campo, poder proteger a mis compañeros, jugar a dos toques. En el
medio campo siempre es muy difícil transitar y siempre que puedas jugar simple,
mejor te va a ir. Ser apoyo a todos, a los laterales, a los volantes ofensivos,
a los delanteros. Siempre tratar de que encuentren en uno, un apoyo para
descargar, hacer paredes o para desahogar la jugada.
¿El
mediocentro siente la presión de la lupa de la crítica futbolista porque ahí
los fallos se multiplican? ¿O lo encuentras más sencillo?
Es más difícil. Es una zona que siempre
pasa desapercibida porque destaca mucho menos que otras posiciones, por el
simple hecho de que uno tiene que jugar rápido y no se ve tanta vistosidad, y
se debe tener más sencillez. Siempre en el mediocampo es donde los equipos más
gente acumula, los rebotes, las segundas jugadas, siempre son por el medio, por
eso uno, como le decían de pequeño, uno tiene que jugar con los ojos en la
nuca, de saber que siempre te van a caer. Debes saber cómo estar ubicado y cómo
anticipar la jugada.
¿Cómo
manejas la situación de que al recibir el balón los rivales te vienen desde los
360°? ¿Cómo se domina el ángulo muerto de tu visión?
Primero, tienes que estar muy concentrado
durante el partido. Segundo, antes que la jugada ocurra, tienes que ver hacia
los lados, ver cómo estás y ver dónde te viene la jugada, anticiparla. Cuando
prevés que vas a recibir un pase de uno de tus compañeros, tienes que mirar a
los lados para tener ya pensado qué hacer. Eso es fundamental. No decidir una vez
que recibas la pelota.
¿Cómo
haces para conseguir la concentración máxima en un partido de fútbol?
Durante el juego ocurren muchísimas cosas,
lo principal es no caer en provocaciones o no estar pendiente de otros factores
que ocurren en el juego. O si erraste un pase, no quedarte en el pase errado.
Superar adversidades rápidamente en el partido. En el ahogo y en el cansancio
estar claro y estar sereno, ahí es cuando mejor ubicación hay que tener.
Siempre tener presente la estrategia del equipo, cómo se están dando las
situaciones del partido, ya que todos los juegos son distintos, los rivales te
propone distintas circunstancias, entonces hay que saber leer esas
circunstancias, dónde recibir el balón más fácil, cuáles son los puntos débiles
y fuertes del rival. Todo eso es concentración.
¿Qué
prefieres: jugar más con o sin la pelota?
Con el balón. Obviamente el que tiene el
balón corre menos. Sin embargo, jugar sin balón también es muy importante,
durante el partido hay uno que tiene el balón y veintiuno que no lo tienen;
entonces la función que hagan los otros jugadores de tu equipo para recibir el
balón es fundamental.
¿Cómo
defines tu manera de pasar? ¿Para ti eso fue un don o una adquisición?
Siempre me han costado las cosas, nunca he
sido un virtuoso o alguien que fue tocado por la varita mágica. He tenido que
trabajar. Toda mi vida he sido un trabajador. El trabajo duro siempre le gana
al talento, porque cuando el talento se duerme, el trabajo duro le pasa por
encima. Todos los días hay que perfeccionar. Yo tengo 34 años y aún trato de
encontrar el pase perfecto.
¿Qué
le pasa por la mente cuando da un pase que logra dejar solo a un compañero?
Satisfacción; ya que estás colaborando para
que tu equipo tenga fluidez de juego. Y en medio de la satisfacción llega la
confianza, que es importante. Un jugador normal con confianza puede ser un
jugador extraordinario. En cambio, un jugador extraordinario sin confianza
puede ser un jugador normal. Entonces, no es solo la confianza que uno pueda
ganar, sino darle también al compañero, y que la fluidez del juego haga que se
encaje una satisfacción porque el equipo está haciendo las cosas bien.
¿En
el fútbol lo más importante es el sentido común?
Por supuesto, también en la vida. El
sentido común te da muchas cosas, hacer lo correcto en el momento correcto,
aunque nadie éste viendo. Eso en un partido o en un entrenamiento es
fundamental.
¿En
qué fútbol cree Vicente Suanno?
En el fútbol dinámico, en el fútbol de
presión. Me gustaba mucho el Barcelona de Guardiola, obviamente tenían
superestrellas en cada posición; pero era algo que sentía perfecto, algo
imbatible, no solamente porque tenían siempre el balón y un criterio para
atacar, me parecía de los mejor. También me gustaba el Milan de Arrigo Sacchi.
Me gusta eso, la dinámica y la fluidez. Un fútbol de tenencia de la pelota, si
no se puede jugar por un espacio, se busque por otro, con paciencia. Y que
cuando se pierda la pelota, la recuperación sea activa.
¿Qué
le falta al fútbol venezolano?
Siendo humilde, nos falta todo. Obviamente,
somos un fútbol en crecimiento y estamos creciendo a pasos agigantados. Y desde
que yo debuté, hace casi 16 años, hasta la actualidad, el fútbol venezolano ha
crecido de una manera vertiginosa. Evidentemente en infraestructura, nos falta
muchísimo. Tú vas a los países extranjeros y los clubes cuentan con una
infraestructura de primerísimo nivel, que aquí aún no lo tenemos; pero la
mayoría son equipos con más de cien años de historia, por ejemplo, el Deportivo
La Guaira tiene nueve años de historia. Entonces, lo que los clubes en
extranjero lo han hecho en cien años, aquí se está haciendo en muchísimo menos.
Han tenido demasiada experiencia, ensayo y error. Es una de las distancias que
hay que mejorar. Pero el fútbol acá ha crecido muchísimo y te das cuenta con la
clasificación a los mundiales juveniles; ya que los jugadores van con varios
partidos acumulados en primera cuando llegan a selecciones inferiores, tienen
mejores herramientas. Estamos creciendo.
¿El
crecimiento de los técnicos venezolanos?
Igual, sostenido. Los técnicos venezolanos
han crecido muchísimo. Hoy por hoy, se preparan más, estudian, traen nuevas
formaciones que aprendieron en el extranjero. Son técnicos fanáticos, que están
continuadamente innovando, preparándose y viendo cómo mejorar a sus equipos.
Todo el fútbol venezolano ha sido un crecimiento como dominó, se está creciendo
sostenidamente.
¿Cómo
visualiza su futuro?
Me gustaría estar ligada al fútbol
venezolano, no sé de qué manera; pero es algo que me gustaría, en un rol que
todavía no he decidido. Lo que sí creo que no voy a ser. Hoy por hoy, no lo
sería. Ser analista en los medios, puede ser una faceta que ocupe y
complementarla con otras cosas; pero de que voy a estar ligado al fútbol es
segurísimo, para contribuir al crecimiento.
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