Por: Juan Manuel Baena (@JuanManuelBaena)
Sin Peñaranda para atacar la banda izquierda, la mejor opción para no desentonar en las pretensiones era el desequilibrante Otero. Con la inclusión de Seijas en el 11, surgieron más dudas que respuestas, y es que el ex Santa Fe, no había tenido una buena Copa y el argumento para su titularidad, jamás fue fundamentado y el resto de la historia así lo confirmo. Venezuela salió con nervios y la nula respuesta de sus volantes Guerra y Seijas facilitó la proyección argentina. Alexander, quien venía en gran momento, tampoco fue muy estable, y es que de hecho fue por el costado derecho donde más incursiones gauchas surgían. El 1er gol tras un magistral pase largo de Messi, llega porque Higuaín recibe muy cómodo, Wilker lo acompaña, le mira pero nunca le achica. Con el 1-0, transcurren los minutos y Guerra y Seijas jamás responden; crecen los nervios y en una infantil desconcentración de Figuera, cae el 2do. Con el 2-0 a cuestas, Venezuela se levanta en actitud y vive sus mejores minutos, suben líneas y Argentina sufre, Salomón, tras un córner la estrella en el palo ante un ya batido Romero. Salo se echa el equipo al hombro, y entre él, Tomas y Rolf surgía el empuje, Venezuela arrinconaba a Argentina, llegando a tener tres claras oportunidades. La presión criolla tiene sus frutos y es premiada con un penal por derribo de Josef, quien el mismo se dispone a cobrarlo; Seijas le pide el balón y en uno de los mayores actos de irresponsabilidad y egocentrismo que he visto en el fútbol, con un 2-0 en contra, intenta marcar de "Panenka", tirando un dócil globito a las manos de Romero, quien se queda quieto ante tal regalo.
Al
inicio del complemento, se esperaba una rápida respuesta del DT para intentar revertir el golpe. Pasaron 10 largos minutos para que Dudamel hiciera la
primera sustitución, para luego esperar por el tardío MINUTO 80, para un
segundo e inútil cambio, cuando ya el juego estaba más que liquidado.
Sencillamente no es posible que finalizada la primera parte perdiendo por dos
goles el técnico no haga cambios en el mismo entretiempo. Se puede perder ante
un élite pero la idea no es facilitarle las cosas. Sus volantes creativos
abridores (Guerra/Seijas) no funcionaron, y con ello se produjo el
desequilibrio y descomposición del ecosistema defensa/ataque que tanto agradó en
la fase de grupo. ¿Qué esperar? Un doble cambio con Juanpi y Otero sin
importar el resultado final siempre hubiese sido más que aplaudido.
De ahí el
asterisco del cual me alarma y
espero sea corregido, porque en los 4 juegos de Venezuela, cuando la selección
más lo requirió, por la exigencia del partido, conjugado con el menoscabo en
rendimiento de uno o más jugadores, Dudamel tardo en demasía para esos cambios,
y la historia de los anteriores DT nacionales ha demostrado que, las veces que
la selección criolla se cae en juegos importantes es principalmente por la
pasividad para realizar sustituciones en el momento requerido y mala lectura del
juego a la hora de escoger al jugador para dicho cambio. Disculpen si no los
acompañe de lleno en la euforia ciega, con mi eufemismo, pero son derrotas ante
potencias como Argentina donde se ven las costuras de estos detalles que son
ocultados en partidos donde se ha ganado con un innecesario sufrimiento. Pero cuando
la ilusión y las frustraciones chocan ante una pared, siempre son obviados con
un simple “perdimos, porque nos enfrentamos a un grande”. Todo por no
distinguir el fondo más allá del resultado. Recuerden el 2T ante Jamaica, y el
excesivo desgaste sufrido por Peñaranda ante México cuando debió haber sido sustituido
en el 2T y que a la postre muy tenga que ver con la lesión que le impidió jugar
ante la albiceleste. Las reacciones ante un juego adverso es con cambios, no
hay otra forma.
Sin minimizar los logros, también hay que destacar lo
bueno y positivo de la mejor actuación en una primera fase de grupos en Copa América
alguna, y es por ello que no debe de hacerse sombra a los fallos que evitaron pudiesen
alcanzar mayores cosas. En líneas generales, Dudamel está forjando un gran trabajo,
recupero la armonía, espíritu, garra y competitividad en la selección, hay una
actitud ganadora, como se le vio ante una potencia, con un resultado en contra,
se levantó en busca del empate y que errores propios de sus jugadores
incluyendo a su portero, evitaron un mejor resultado. Se ha sentado una base de
donde partir, hay una Vinotinto que cuando sus jugadores no desentonan, juegan
en bloque compacto, demostró que se pueden asociar y elaborar jugadas al toque
corto; materia pendiente: la definición. Y algo que me agrado mucho fue que Dudamel
no se “enamora” de un jugador contra viento y marea. Como se apreció en sus
pruebas de distintos jugadores en específicas posiciones.
De las individualidades, Dani Hernández en su retorno ratifica por qué es de lejos el mejor guardameta
de Venezuela. Ante México tuvo un juego de élite, realizando una doble tapada
de antología. Es un portero de jerarquía que con presencia impone respeto,
sobriedad, difícil de batir. Y si bien ante Argentina tuvo sus fallos, para ello
está el joven José Contreras para
recordarle que tiene competencia en el puesto.
Rolf Feltscher fue quizás
el mayor acierto de Dudamel, mantuvo un alto performance durante toda la Copa. Solido defensivamente, de
constante proyección a campo contrario, Es al amo y señor del lateral
izquierdo. Su actuación debería llevarle a un equipo de primera división en
Europa.
Peñaranda llegó para quedarse, su aporte, desequilibrio y velocidad no tiene límites. Sobre Otero habrá que preguntarse ¿por qué siendo
tan necesario, fue tan marginado de la Copa?, es junto a Adalberto el más
desequilibrante y talentoso de la selección. Misma pregunta por Juanpi.
Para que Arquímedes
Figuera se termine de consolidar
internacionalmente, debe dejar de confundir intensidad con agresividad.
Debe controlarse para crecer,
porque garra y calidad tiene de sobra, y es otro titular indiscutible, el socio
ideal de Rincón.
Gran trabajo de Alexander
González, en un nivel superlativo, suplió a cabalidad a Rosales, sube y
baja, de constante verticalidad. Será un pilar en este nuevo proceso.
Sobre los centrales, Wilker Ángel viene en ascenso, está creciendo y consolidándose, se
aprecia más consistencia; está corrigiendo rápidamente de sus propios errores,
falló en la marca del primer gol argentino. El torneo venezolano le quedo
pequeño, en una liga de mayor categoría le fortalecerá.
Del mismo modo Sema
Velázquez con su crecimiento le pide a gritos el puesto sobre Vizcarrondo, quien volvió a tener
lagunas, y sufrió cada vez que los rivales imprimían velocidad; la colectividad
defensiva de sus compañeros le ayudó a verse mejor de lo que en verdad estuvo
las veces que fue exigido. Considero que Vizca debe dar un paso al costado, su
titularidad produce más dudas que
garantías. Por ello, Dudamel no puede darse el lujo de descartar a Túñez.
Con Dudamel, Salomón
está viendo más balones, es más participativo que en los dos ciclos anteriores
de la selección. Se siente muy cómodo con el sistema del estratega.
Sobre Josef
Martínez, no me convence como a la mayoría así lo ve como el fijo para
acompañar a Rondón. Por una sencilla razón. Es innegable que posee muchos
aspectos positivos, es un batallador que suda la camiseta, ágil para el juego
asociado y el toque en corto pero le falta lo más importante que se le exige a
un delantero y es su falta de
definición, que concrete los goles. Quizás sea muy exigente, pero jamás
conformista, y es ahí donde espero que otros referentes del área como Miku, Santos y Gelmin Rivas, sea puestos a prueba. Y no nos olvidemos que existe Jhon Murillo, Machís y Mario Rondón. Tres volantes ofensivos de confirmada calidad. El
ciclo de Dudamel apenas comienza, hay los elementos para competir ante
cualquier selección, solo debe ser administrados con la mejor lectura para que
juntos formen un todo.
Publicar un comentario