A
sus 22 años, Miguel Gianpierre Araujo Blanco podría ser considerado en la
nómina de convocados por Ricardo Gareca como un juvenil más. Pero no lo es. Su
carrera futbolística inició –y trascurre- sin mirar de reojo el pasar de los
calendarios. El sacrificio, los retos y las exigencias de este deporte no le
dieron tiempo para eso.
CONVICCIÓN Y DECISIÓN, SUS
PILARES
Con
15 años de edad, para muchos, el futuro es una aventura lejana que parece
avanzar lentamente. Como si el momento de tomarse la vida en serio estuviera a
años luz del presente. Sin embargo, Miguel Araujo ya había dibujado en los
deseos de su mente lo que quería para su futuro. Para él y su familia.
Mientras
que por esos días un tal Carles Puyol levantaba en manos la gloriosa Copa del
Mundo en Johannesburgo, un admirador suyo ponía todo de su parte para que sus
entrenamientos en las divisiones de menores de Cobresol sean igual de
satisfactorios que su aprendizaje en el colegio.
Miguel
quería ser como su ídolo. Quería ser un líder aguerrido que enfrentase cada
reto con la audacia de un guerrero de mil batallas. Faltaba dar un paso
importante. Mirar más allá de lo que la realidad le ponía delante; aunque eso
significase dejar su hogar y el calor de su familia.
COBRESOL, EL COMIENZO
Tras
culminar el colegio, con 16 años, Miguel Araujo tomó la decisión de dejar Lima
para enrumbarse a Moquegua. Quería llegar al primer equipo de Cobresol y para
lograrlo tenía que sacrificar muchas cosas.
Su
temple y sacrificio dieron frutos más temprano de lo esperado. Primero con la
convocatoria para la selección peruana Sub-17 que disputó en marzo del 2011 el
Campeonato Sudamericano de la categoría en Ecuador – torneo donde Perú no
clasificó al hexagonal final-.
Tras
ello Teddy Cardana, por aquel entonces director técnico del cuadro dorado, lo
ascendió al primer equipo al ver en sus 17 años el caudillaje juvenil que su
equipo necesitaba.
Su
debut fue el 5 de noviembre del 2011 ante la Universidad César Vallejo. Pese a
la derrota, el primer paso ya estaba dado. El gramado sintético del estadio
Mansiche sintió las pisadas de una ‘Fiera’
que empezaba a nacer.
Esa
temporada cerró el año como titular. Además de la derrota ante ‘Los Poetas’, también estuvo en el
empate ante Universitario de Deportes (1-1), la derrota ante Juan Aurich (2-1)
y el triunfo sobre CNI (3-1). En esos cuatro partidos, Teddy Cardama lo utilizó
de central y de marcador por derecha.
DEL DORADO A LA
INCONTRASTABLE
La
buena imagen que dejó en los cuatro partidos que jugó en el 2011 lo llevó a recorrer
más de mil kilómetros hacía sureste. Sport Huancayo lo recibió en la temporada
2012.
Durante
el casi año y medio que estuvo en el ‘Rojo
Matador’ convivió en la zaga central
con futbolistas de mucho recorrido – Anier Figueroa y Rafael Farfán, entre
otros –, lo que, sin lugar a dudas, hizo que su juventud no sea un impedimento
para asentarse en el equipo titular.
Habiendo
disputado 21 partidos en el Descentralizado 2012, Miguel Araujo convenció al
comando técnico de Daniel Ahmed y fue
convocado para disputar, entre enero y febrero del 2013, el Campeonato
Sudamericano Sub-20 en Argentina. Pese al sinsabor de quedar a un paso del
Mundial de Turquía, Miguel tuvo un gran campeonato, cosa que no pasó
desapercibida para los ojeadores que llegaron al sudamericano.
PRIMERA AVENTURA: ESTRELLA
ROJA
Con
18 años, dos sudamericanos (Sub-17 y Sub-20), una Copa Libertadores encima y
casi 50 partidos entre Cobresol y Sport Huancayo, ya se sentía preparado para
tomar un avión y dejar su país.
En
julio del 2013 firmó un contrato por cuatro temporadas con el Estrella Roja de
Belgrado de la primera división de Serbia. Llegar fue todo un reto para él. Su
adaptación no solo dependió del tema futbolístico, sino también a las
dificultades que tuvo para comunicarse y acoplarse a una sociedad con un estilo
de vida muy distinto al que estaba acostumbrado. Aun así, no se achicó. No se
dejó llevar por la corriente.
Luego
de pasar por las categorías juveniles del club, el 10 de octubre del 2013,
debutó ante el Novi Pazar. Con el dorsal 20 en la espalda, Miguel Araujo
participó de los noventa minutos como defensa central. La goleada de 5-1 solo
fue un dato estadístico para él. Logró debutar afuera, lejos de su país, con 19
años y por méritos propios.
Durante toda la campaña
disputó doce encuentros, ocho por la Superliga de Serbia y cuatro por la Liga
Nacional. Esos partidos jugados no fueron parte de una simple anécdota: Miguel
Araujo salió campeón al finalizar la temporada. Su primer título.
EL
RETORNO: AL EQUIPO DE SUS AMORES
La satisfacción de haber
obtenido su primer título fue muy efímera y fugaz. Miguel Araujo pasó de
disfrutar la gloria en Serbia a coger una incómoda mochila llena de deudas por
los problemas económicos que empezó a sufrir Estrella Roja de Belgrado.
Los impagos y el
incumplimiento de las normas del ‘fair
play’ financiero que exige la UEFA,
motivaron a Miguel Araujo a rescindir su contrato.
Y aunque tras despedirse
de Serbia participó como invitado en la pretemporada del Granada de España, el
apuro por el cierre de pases lo obligó a elegir con rapidez la mejor opción
para él y su futuro futbolístico. Su destino supuso un retorno. Un regreso
inesperado, pero obligado. Pero llegó al equipo de sus amores. Alianza Lima.
En un principio sonó como
un retroceso, pero dadas las circunstancias por las que se fue de Estrella
Roja, llegar a la entidad blanquiazul significó para él un respiro y un nuevo
reto: volver para regresar.
DE
BLANQUIAZUL: ENTRE AMARGURAS Y SATISFACCIONES
Llegó por pedido explícito
de Guillermo Sanguinetti, director técnico de Alianza Lima en 2014. Su
adaptación no fue un problema. Rápidamente afianzó una sólida pareja de
centrales con Walter Ibáñez, emblema y capitán del equipo. Ese mismo año salió
campeón del Torneo del Inca.
La temporada 2015, con un
irregular Torneo Apertura y un pobre Torneo Clausura, Alianza Lima no alcanzó
en la tabla acumulada los puntos suficientes para clasificar a un torneo
internacional.
El año siguiente tuvo que
pasar una temporada aún más turbulenta. Pese a que los dos primeros torneos
cortos fueron fugaces decepciones, la ronda de Liguillas apareció como una
última opción para estar en las semifinales del campeonato. Sin embargo, los
malos resultados y el adiós del técnico de aquel entonces desestabilizaron aún
más las aspiraciones del equipo.
DE
SELECCIÓN
Errores
garrafales en defensa y partidos irregulares durante gran parte del año fueron
las primeras incógnitas que cayeron encima de él cuando fue llamado por Ricardo
Gareca a la Selección Peruana. El momento en su club no era el de los mejores,
pero para el ‘Tigre’ ese era lo de
menos.
Todas
las dudas quedaron en el tacho cuando, en un partido clave ante Ecuador, donde
demostró que con la blanquiroja puesta es una verdadera ‘Fiera’. Felipe Caicedo quedó retratado como un minúsculo delantero
bajo la sombra del defensor peruano.
Ingresando
desde el banco, tuvo nota aprobatoria en su debut oficial con la selección
absoluta – anteriormente Pablo Bengoechea lo hizo debutar en un partido amistoso
ante Paraguay en Lima –.
A POR LA GLORIA
Esta
temporada, ahora con Pablo Bengoechea como técnico, el camino parece haberse
despejado de los fantasmas del pasado. Y Miguel Araujo ha sido parte
fundamental.
Con
el Torneo de Verano como prueba y el Torneo Apertura en el bolsillo, la final
del campeonato es un hecho. Sin embargo, el gran momento en el Clausura lleva a
pensar que dicha final solo quedará en lo hipotético del ahora. Al igual que
todo el plantel Miguel Araujo quiere que sea así.
Hasta
ahora ha pasado por tantas cosas, ha sabido sortear tantos obstáculos, que la
mejor manera de regresar a Europa sería con un título pintado de azul y blanco.
Pintado con los colores que tanto ama. Él que siempre ha sido dueño de su
destino y sus decisiones, es el único que tiene la certeza de lo que pueda
pasar en diciembre. Él quiere la gloria.
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