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La Argentina ha sabido, desde principios del siglo XX, proveer de futbolistas a todo el mundo. Los jóvenes argentinos se han desempeñado no solo en las ligas más poderosas del planeta, sino también en sitios tan exóticos como Nicaragua, Martinica, Gabón, Maldivas, Vanuatu o Islas Feroe. No en vano se decía que allí donde se oiga un grito de gol, habrá un argentino…

Por: "El Flaco" Rodríguez


¿Qué moviliza a los jugadores a emigrar?  En los casos más importantes, la búsqueda de seguridad económica. En otros más humildes, la ilusión de profesionalizarse. Y en otros, simple espíritu aventurero.


En esos derroteros, hay episodios gloriosos, oscuros y curiosos. Y como los avatares de la pelota son caprichosos e imprevisibles; muchos argentinos se afianzaron lejos de su tierra y terminaron jugando para las selecciones nacionales de sus países de adopción. Las investigaciones más serias encontraron más de 200 compatriotas de Messi con experiencia internacional vistiendo casacas extranjeras. Entre ellos, hay dos grandes grupos. Por un lado, los que comenzaron sus carreras en Argentina y, luego, emigraron. Por el otro, aquellos que desarrollaron íntegramente sus trayectorias profesionales más allá de las fronteras de su patria. Repasemos la historia de la diáspora argentina, año por año y país por país.


El antecedente más antiguo data de 1911, cuando Paul Romano jugó para Francia. Un par de años más tarde, lo siguió su hermano Félix. Este también jugó para Italia. Otros argentinos que defendieron la casaca gala fueron Miguel A. Lauri (miembro de “Los Profesores”, mítica delantera de Estudiantes de La Plata en 1931) que también jugó para la Albiceleste; el famoso entrenador Helenio Herrera (aunque existen dudas sobre este dato) y Ángel Rambert. En el Mundial ’66, integraron el equipo francés Héctor De Bourgoing y Néstor Combin. Este estuvo detenido unas horas por desertor cuando visitó Buenos Aires con el Milan para jugar la Copa Intercontinental contra Estudiantes. En total, se registran 9 argentinos en Les Bleues.


En 1914, llegó el turno de la Squadra Azzurra. Eugenio Mosso fue el precursor de 35 argentinos. Al mencionado Félix (o Felice) Romano, agregaremos nombres rutilantes. El autor del gol con el que Argentina ganó su primera Copa América, Julio Libonatti, jugó para Italia. Fue el primer sudamericano transferido a Europa. Renato Cesarini nació en Ancona, migró a la Argentina y se inició allí como futbolista. Jugó para la Selección. Más tarde, Juventus adquirió su pase y jugó para la Nazionale. También lo hicieron Alejandro Scopelli, integrante de “Los Profesores” y mundialista en 1930 con su país natal y Alfredo Devincenzi, mundialista en 1934 con Argentina. Luis Monti nació en Buenos Aires, jugó 16 veces para la Selección Gaucha y con ella fue subcampeón en Amsterdam ’28 y Uruguay ’30. Es el autor del primer gol argentino en los Mundiales. En 1934, fue campeón del Mundo con Italia. Pero no es el único que alcanzó el máximo galardón. Lo acompañaron Raimundo Orsi (Medalla de plata en Holanda), Atilio Demaría y Enrique Guaita, tercer miembro de “Los Profesores” que mencionamos. Antes había jugado para su país natal. Fue Capocannoniere en 1935 con 28 reti. Salió de Italia cuando lo llamaron a filas para combatir en Etiopía. Retornó a La Plata y jugó otra vez para Argentina.


Humberto Maschio, Antonio Angelillo y Enrique Sívori, los Carasucias de Lima, vistieron la maglia italiana. A Sívori se lo consideró el mejor jugador de Europa en 1961. Junto a Maschio participaron del Mundial ’62. Humberto sufrió la fractura de la nariz en la Batalla de Santiago. Retornó a Argentina y fue la figura del Equipo de José. Gabriel Paletta, campeón mundial sub 20 en 2005 junto a Messi, estuvo en Brasil 2014.


Otros argentinos destacados son Rinaldo Martino, recordada estrella de San Lorenzo, el goleador Eduardo Ricagni, Miguel Montuori que fue capitán azzurro y Francisco Loiácono. Jonathan Ferrante que jugó también en Barbados, Oscar Massei, Cristian Ledesma y Daniel Osvaldo, de agitada vida extra futbolística.


Entre los oriundi, Mauro Camoranesi es el de mayor presencia con 55 internacionalidades. Fue campeón del Mundo en 2006 y acudió en 2010 a defender el título.


España contó con su primer argentino nacionalizado en 1921. Se llamaba Eduardo Arbide. Varios se desempeñaron con la Furia en la Copa del Mundo. En 1962, integró el plantel nada menos que Alfredo Di Stefano, aunque una lesión le impidió jugar. Lo curioso es que la Saeta Rubia, además de lucir la casaca albiceleste, jugó para Colombia en 1949, solo que los Cafeteros estaban desafiliados de FIFA. Otros argentinos mundialistas por España son Rubén Cano (1978), Juan Pizzi (1998) y Mariano Pernía (2006).

Extraído de curiosidadesdelfutbol.wordpress.com






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