Jorge Carrasco Cadena (@Elgranxorxes)
Después de ver resultados
‘increíbles’ como el 1-7 entre Brasil y Alemania en el pasado mundial 2014 o el
que ha escandalizado al mundo entero últimamente, de 7-0 entre Chile y México,
(sólo por nombrar unos de tantos casos peculiares) me sigo haciendo la siguiente
pregunta:
¿Por
qué en el futbol no se trabaja en forma la parte mental?
De una vez me disculpo con
ustedes por si esperaban obtener una respuesta contundente a esta pregunta,
lamento decepcionarlos pero es algo que hasta la fecha aún no obtengo una
respuesta concreta.
En estos dos partidos se
presentaron situaciones muy puntuales en donde el factor físico, técnico y
táctico quedaron desamparados y con un misterio sin resolver, el cual le da pie
a refugiarse en el factor mental para hallar una explicación más lógica.
Sin ahondar mucho en estos
partidos, en el primero vimos a un Brasil derrotado desde antes de iniciar el
juego por toda la presión que llevaba a cuestas al ser “su mundial” estando en su país y con su gente, cargándole una
historia pesada y exitosa a jugadores con poco peso específico y reconocimiento
en el futbol mundial, y por si fuera poco, le tocaba recibir a una selección
consolidada, con grandes figuras y con sed de revancha del pasado mundial 2010
como lo es Alemania, con una mentalidad ganadora no sólo en lo futbolístico
sino en cualquier ámbito donde se presente.
Recibir 5 goles en los
primeros 45 minutos y 4goles en 6 minutos (22″, 23″, 25″, 28″) no es
casualidad, habla de una carga emocional y mental muy grande, pérdida de paciencia, mala comunicación, un
pobre liderazgo y mucha desesperación, entre muchas otras cosas.
A diferencia de los
brasileños, es digno de destacarse que los alemanes se mostraron molestos entre
ellos al recibir el gol en contra casi al final del juego, lo que habla de una
mentalidad ganadora muy poderosa.
Por otro lado, en el
partido de México vs Chile en los cuartos de final de la Copa América
Centenario, tenemos similitudes.
Vimos a un equipo
aguerrido, con visión, hambre de triunfo
y profesionalismo, contra un equipo sin identidad, sin una presencia de
liderazgo, con nula comunicación desde el banquillo hacia el campo de juego,
con poca o nula tolerancia a la frustración y con una actitud derrotista, entre
otros puntos.
Si con estos ejemplos no
se justifica el trabajo mental dentro de los equipos deportivos, ¿entonces qué lo hará?
No encuentro un motivo
coherente por el cual los clubes deportivos no opten por añadir elementos que
se encarguen específicamente de la parte psicológica dentro de sus equipos,
cuando en los últimos tiempos, la ola emocional ha sido la que ha movido al
futbol mundial tanto para grandes hazañas como para derrotas estrepitosas, evidentemente sin explicación alguna basada
en un trabajo mental previo.
Dentro de los integrantes
de un Cuerpo Técnico convencional se tiene en primera instancia al Director Técnico, encargado de
coordinar y dirigir las funciones del equipo, al Preparador Físico (en algunos
casos hasta dos o tres si sumamos a un rehabilitador) que se encarga del
aspecto físico del equipo, a un Entrenador de Porteros que como su nombre lo
dice, se enfoca específicamente al entrenamiento de los guardametas con una
metodología totalmente distinta a la del resto de jugadores de campo, también se cuenta con dos o hasta tres Auxiliares
Técnicos que se encargan de la parte técnico-táctica en los entrenamientos y
como apoyo para el entrenador en los partidos y en algunas ocasiones también se
tiene a un elemento dedicado exclusivamente al análisis del rival, pero… ¿y el entrenador mental?
La cuestión mental termina
convirtiéndose en una responsabilidad compartida por todos y asumida, de manera
obligada, por el entrenador, dejándolo en muchas ocasiones sin argumentos para
encontrar una razón lógica de lo que sucede y frecuentemente se ven obligados a
recurrir a justificaciones absurdas.
¿Cuántas veces hemos
escuchado en rueda de prensa después de algún fracaso deportivo el discurso del
entrenador en donde menciona que “asume
la culpa” cuando muchas veces no sabe ni cuáles fueron los motivos que lo
llevaron a fracasar a nivel mental?
Últimamente he sabido de
cosas inverosímiles, tales como las exigencias de un entrenador de élite como
lo es Jorge Sampaoli para convertirse en el seleccionador de Qatar, el cual
solicitaba conformar su cuerpo técnico por 13 integrantes, incluyendo a
Sampaoli y a Desio, más un ayudante, otro preparador físico, cuatro
entrenadores auxiliares, un encargado de scouting, preparador de arqueros y
auxiliar para “maquetación de videos”. Un administrativo y ¡un taxista!
completan el nutrido equipo.
¿Es coherente contar con
tantos elementos que miren hacia un mismo sector y no consideren a uno que se
encargue específicamente del factor determinante en el futbol, es decir, el
factor mental? Y en serio, ¿un taxista?
Lo más cercano al trabajo
mental que se presenta hoy en día ha sido la función del Coaching, lo cual veo
que va más por moda que por funcionalidad. El
Coaching es únicamente una de las tantas herramientas que podemos emplear los
psicólogos.
Aquí enumero algunos
puntos que he visto como los motivos principales por los cuales los clubes de
futbol no consideran el trabajo psicológico como una herramienta viable -ya ni
siquiera llamémosle indispensable.
PREJUICIOS
Hasta el día de hoy se
sigue manejando la absurda idea de que “el psicólogo es únicamente para los
locos o para cuando tienes problemas”, y en el futbol no es la excepción.
El psicólogo en el futbol
es alguien que está capacitado para mirar “la sombra del árbol”, es decir, para mirar a
través de una perspectiva más amplia y objetiva la situación que se está
viviendo en el entorno para hallar respuestas y trabajar en posibles soluciones
a aquello que se va presentando en cada entrenamiento, cada partido y en todo
el entorno en general.
Pensar que “el psicólogo
es solo para los locos” es limitarse a una perspectiva muy reducida y no querer
mirar más allá de lo que ven sus ojos para así aprender de lo que la vida les
presenta. Es preferir cargar situaciones que ni siquiera les corresponden,
creyendo que podrán cargar con todo el mundo… y eso sí que suena bastante loco.
DAN
POR HECHO – OBVIAN
Un error grande que la
mayoría de los altos mandos y entrenadores cometen es que dan por hecho que el
jugador debe pensar como ellos.
Una cosa es que compartan
la misma mentalidad ganadora y otra muy diferente es que el jugador tenga sus
propios intereses y el directivo o entrenador, obviando, espere que el jugador
responda acorde a los intereses como institución.
Para ello, la intervención psicológica es una
herramienta muy práctica y útil que puede emplear el entrenador para filtrar la
idea del jugador y poder trabajar de manera más objetiva con cada uno, llevándolos
poco a poco a empatar sus intereses personales con los del equipo, todo esto
sin tener que desgastar la imagen del estratega ante sus pupilos.
EL
RESULTADO LO ES TODO
En el futbol, es muy
marcado que los resultados marquen la pauta de un proyecto y esto se da por el
simple hecho de que no existe una solidez, basada en algo esencial para
cualquier organización: IDENTIDAD.
Si en la institución no se
ha desarrollado una identidad sólida
como organización, difícilmente podrá existir una identidad como equipo
y exigir a cada elemento un compromiso será totalmente un calvario. Si dicha identidad
no ha sido desarrollada desde las bases y no es pregonada desde los altos
mandos hacia toda la organización, la relación entre el jugador y la autoridad
se verá en constante conflicto, lo que hará casi imposible alcanzar la
trascendencia.
El psicólogo puede
aportar, a través de su visión, las herramientas necesarias para captar la
información necesaria de una sociedad y con ella desarrollar una identidad no
sólo que vaya de la mano con los ideales del consejo directivo sino que
armonice en todos los ámbitos, principalmente en el ámbito social en donde sus
aficionados se sientan parte de la ideología del Club para así lograr que la
identidad sea cada vez más fuerte y logren ganar más seguidores.
EL
PSICÓLOGO ACTUAL SE LIMITA A LO DEPORTIVO
El término “psicólogo deportivo” es una etiqueta
muy pesada que termina por limitar el enfoque de la labor psicológica.
Las funciones del
psicólogo realmente van más allá de la parte deportiva, pudiendo tener un campo
de acción más amplio como en lo mediático con prensa y lo social con la afición
sin descuidar su rol principal que es lo deportivo y la esencia de la persona.
Muchos aspectos que
trabaja el psicólogo deportivo actual van enfocados más a rendimiento y
motivación, las cuales ha llevado a cabo el preparador físico a lo largo de los
años.
La persona se proyecta a
través del jugador, no el jugador a través de la persona, ya que la persona es
primero.
La labor del psicólogo va
más allá del rendimiento, de la motivación, del ya famoso ‘empoderamiento’; el
psicólogo tiene la facultad de llegar a donde ningún otro elemento del Cuerpo
Técnico puede: a la esencia de la persona y por ende, del jugador.
También hay casos en donde
se muestra que trabajar la parte mental puede hacer que un proyecto se
solidifique a pesar de no contar con una plantilla de gran renombre; un claro
ejemplo es el que se acaba de presentar con el Leicester City, campeón de la
Liga Premier.
El psicólogo debería ser
el ‘fichaje estrella’ de cualquier equipo, fungiendo como ‘el comodín’.
Es aquel elemento del
equipo que tiene la particularidad de transformar a través de la parte mental a
toda una plantilla de perfil bajo en un equipo sólido, unido y aguerrido,
descubriendo y potencializando sus fortalezas para unificarlas hacia un fin
común. Casi como un ‘alquimista’.
Es un elemento que se
encarga de trabajar con la fuente de inspiración máxima del futbolista, su
propia mente; aquel que tiene las herramientas necesarias para recuperar
jugadores con bajo rendimiento o que han perdido la confianza en sí mismos o en
cualquier elemento del equipo, es aquel que puede ser un elemento de apoyo para
los encargados del área física para recuperar elementos lesionados y prevenir
lesiones futuras.
Es aquel elemento que
‘mirando la sombra del árbol’ puede prevenir situaciones conductuales de manera
grupal o individual que posteriormente, sin ser atendidas de forma adecuada y
puntual, se ven reflejadas en el
ambiente del equipo o inclusive, en el terreno de juego y que puede significar
resultados en contra.
El día que se trabaje en
forma la parte mental, se tendrá una enseñanza más profunda de lo que la vida
nos otorga a través del futbol y probablemente se resolverán muchas situaciones
actuales que hasta el momento son incógnitas y que la mayoría de las veces al
no hallar una respuesta concreta, se termina respondiendo la pregunta inicial
de este texto con una muy pobre y mediocre frase: “… porque así es el futbol”.
Agradezco que me hayas
leído en este extenso texto y como siempre, me encuentras en Twitter como @elgranxorxes.
¡Y que siga la buena vida!
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