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Por: Gustavo Laguardia (@AKD_Gustavo)

En la nota anterior (“Incertidumbre: el Rácing pos-Milito”), hicimos referencia a las lágrimas de Sebastián Saja el día de la despedida de Diego Alberto Milito, lágrimas que anunciaron lo que pocos días después, en ocasión de jugarse los 32avos de final por la Copa Argentina, sería también el “adiós” del arquero a la casaca ‘albiceleste’ de la institución de Avellaneda.
Sebastián Saja hizo en Rácing muchísimas cosas buenas, además de haber sido campeón y el capitán del equipo durante mucho tiempo. Si tuvo errores, los mismos pasaron rápidamente al olvido posteriormente al 25 de mayo de 2016, día en que jugó su último partido en ‘La Academia’. Pero, siempre hay un ‘pero’, lo ‘peor’ que Saja hizo en Rácing, fue haberse retirado 6 meses antes…
¿Por qué Sebastián Saja no atajó 6 meses más? ¿Por qué Diego Milito no jugó 6 meses más? ¿Por qué Diego Cocca no dirigió 6 meses más? ¿Por qué en Ràcing las cosas suceden 6 meses antes de lo que en verdad deberían suceder?
La crisis en el arco de Rácing no es otra cosa que ‘el dolor de ya no ser’ y ‘el dolor de ya no estar’. La crisis tiene que ver con la ausencia de Saja y no con la presencia de tal o cual…; la crisis se trata de la partida del “chino” y no de si Ibáñez o Musso lo pueden reemplazar. Fueron 5 años de Sebastián Saja en el arco de Rácing. Fueron 5 años de tener un arquero con personalidad, calidad y jerarquía. Un referente. Un distinto. Igual que Diego, quien también se retiró. Imaginemos el escenario para poder comprender. Pensemos salir a la cancha sin Diego y sin Sebastián. La crisis del arco de Rácing tiene que ver con estas cosas y no con otras. Cualquier hincha atento sabe que tanto Ibáñez como Musso son dignos de ocupar el arco, pero hace falta mucha agua para apagar tanto fuego, por eso comenzaron a sonar apellidos…, de todos los ‘gustos’ y para todos los ‘gustos’ (que no citaré por temor a olvidar alguno). Sin embargo ninguno de los apellidos en danza daban con la tecla. ¿Qué sería ‘dar en la tecla’? Ocupar el arco con un ‘peso pesado’, alguien que haya ganado algo, alguien con personalidad, calidad y jerarquía, alguien como él, alguien como “el chino” o un poco parecido al menos.
Y surgió el nombre de Agustín Orión. Ahora sí, este puede ser el que ocupe ese lugar gigante que ya no ocupará Saja, el arco,  el arco en crisis, como todas las cosas en Rácing que pasan por el corazón, la pasión y el compromiso de quienes alguna vez llegan a estar ahí, en ese lugar, en este caso el arco. El “Chino” fue todo eso para Rácing, corazón, pasión, compromiso, personalidad, calidad y jerarquía. Jugó e hizo muchísimas cosas demasiado buenas, pero, siempre hay un ‘pero’, cometió el ‘error’ de retirarse 6 meses antes. La única razón por la cual el arco de Rácing está en crisis.


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