Por
Juan Pablo Gatti (@GattiJuan)
Sin lugar a dudas, este 2-4 que Boca
le propinó a River en el Monumental quedará enmarcado como uno de los grandes
clásicos de la década por el nivel que los equipos mostraron a lo largo de los
90 minutos.
Si bien para el conjunto de Núñez el
encuentro clave será la final de la Copa Argentina ante Rosario Central (el
ganador se quedará con el último cupo para disputar la renovada Copa
Libertadores) no puede negarse que tuvo todo para ganarlo y que esta derrota
podría llegar a influir de manera negativa en el partido del jueves. Para el xeneize
es todo lo contrario: con esta victoria finaliza una seguidilla de tres
clásicos consecutivos ganados, algo inédito (1-2 a San Lorenzo, 4-2 a Racing y
el triunfo ante el enconado rival el domingo) y que, además, gracias a la caída
de Estudiantes de La Plata en San Juan ante San Martin le permitió al conjunto
de la Rivera quedar como único líder del torneo.
Con la cabeza un poco más fría es
tiempo de analizar algunas claves del partido más visto del fútbol argentino:
·
Los goles hechos en el
mejor momento del rival.
River había comenzado como una tromba el partido. El conjunto de Marcelo
Gallardo se pareció más al de hace un par de años atrás, teniendo el balón a su
disposición casi todo el tiempo y cortando el eje Gago-Bentancur-Pablo Pérez
gracias al buen trabajo de Nacho Fernández y Leo Ponzio, provocando con esto que
Boca perdiese ese ritmo alcanzado con el retorno de Pintita. Pero cuando estaba
más cerca del primer tanto el que golpeó primero fue el visitante de la mano de
Walter Bou y luego de un exquisito pase “iniesístico” de Carlos Tévez. Aunque
luego el local reaccionó y en solo seis minutos (del 34 al 40) logró darlo
vuelta gracias a sendos tantos de Sebastián Driussi (el “pichichi” del torneo
con 9 dianas) y Lucas Alario. Y cuando el nivel de intensidad del Millonario
fue tal que la goleada parecía inminente, el que reaccionó fue Boca, que con un
doblete de Tévez y el restante tanto de Ricardo Centurión lograría llevarse un
triunfo que hasta principios del segundo tiempo parecía inalcanzable. Cuando la
cabeza está fuerte luego de una buena dinámica de victorias un equipo puede
lograr semejante hazaña.
· D´Alessandro, el
equilibrista.
El exhombre del Inter de Porto Alegre (está el fuerte rumor de que volvería a
aquel club para retornarlo a Primera) jugó 60 minutos, donde mostró un gran nivel,
a la altura de la camiseta que lleva puesta y del partido que se jugaba. Por
momentos se mostró como un enganche a “la vieja usanza” ya que por él pasaban
todas las pelotas en la fase ofensiva y gracias a él River alcanzó sus dos
goles. Metió 5 pases clave y tuvo una efectividad de los mismos del 90.4%. Fue
una de las claves del porqué River llegó a tener la pelota un 60% del tiempo en
el primer tiempo. Sin él el equipo se desorientó y dejó de controlar el
partido, cediendo la iniciativa, algo que era lo que Boca quería desde el
inicio. ¿Hubiera sido otro el partido si en vez de jugar desde el arranque lo
hacía como opción en el banco?
· Con las defensas bajas. Se dice que un buen
ataque gana partidos, pero una buena defensa campeonatos. Ayer fue una muestra
de que si los dos siguen defendiéndose así no podrán llegar muy lejos, ya que
en el fútbol no se puede depender siempre de las inspiraciones de los
atacantes. Gino Peruzzi venía de hacer buenos encuentros ante Central y
Gimnasia, pero su aporte fue de regular a deficiente en la seguidilla de
clásicos. A este no lo ayudó el colombiano Frank Fabra, que no tuvo su mejor
tarde yendo al ataque, a la vez que erró muchos pases y no estuvo rápido a la
hora de recuperar las pelotas en la presión en el mediocampo. Y del arquero
Axel Werner poco se puede decir: fue su debut oficial y en medio de uno de los
partidos de mayor relevancia internacional. Le costó mostrar sus condiciones y
se lo observó por momentos nervioso, aunque ninguno de los goles vino por su
culpa sino por crasos errores de la línea de cuatro plantada por los mellizos
Barros Schelloto. Pero en el lado opuesto las fallas quedaron todavía en mayor
evidencia por el flojo encuentro del juvenil Augusto Batalla, quien salió mal
dos veces y lo pagó con dos goles en su propia portería (el primero de Tévez y
el de Centurión). Pero también hay que decir que no solo él falló -y que no se
lo puede martirizar por estas fallas, ya que está en plena etapa de
aprendizaje-, sino que su defensa no lo ayudó (solo el paraguayo Jorge Moreira
ha tenido un buen partido), por lo que Gallardo deberá tener en cuenta esto si
no quiere volver a sufrir ante el duro ataque de Central.
· El mejor Tévez…¿en su
último clásico?.
Si bien Boca tuvo a Bou nuevamente como goleador, a Cristian Pavón ayudando más
en la segunda mitad, a un picante Centurión, a un Pablo Pérez que cuando se
preocupó más por jugar que por pelearse fue importante y a un Fernando Gago que
luchó más de lo que jugó pero que también mejoró en la segunda mitad, es innegable
que todas las palmas se las ha llevado el hombre de Fuerte Apache. 6 pases
clave (80.6% de efectividad), 2 remates a puerta (y 2 goles), una gran
asistencia y hasta 9 duelos ganados de 15 disputados hablan un poco de lo que
generó Carlitos durante el encuentro. Cuando Boca estaba para el KO apareció él
para dar vuelta la historia, con garra, sí, pero también con mucho fútbol. Fue
el capitán que sostuvo el timón cuando el barco amagaba con hundirse y lo llevó
a aguas tranquilas luego de un gol devenido en presión alta (y error de
Batalla, aunque forzado por Tévez, valga decirlo) y otro de exquisita factura.
Se hablaba de una deuda de él en los superclásicos desde su regreso y con este
cumplió con creces, justo en el momento en el que se especula con su salida a
China. Guillermo hizo bien en cambiarle el puesto al 10, ya que se lo notaba
incómodo cuando era falso 9 o atacante atacante principal. Ahora, jugando por
detrás de los delanteros y ayudando al mediocampo -y teniendo encima a un gran
aliado en Gago- Tévez se ha visto fortalecido y ha demostrado lo mejor de su
repertorio justo en los partidos más importantes de este final de año. ¿Habrá
sido su último River-Boca o se encargará él de decirle que no a los cuantiosos
dólares orientales?
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