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Hovannes Marsuian (@HMarsuian_)

Sale Casemiro del cine luego de ver “Hacksaw Ridge” diciendo que él se siente dentro del terreno de juego como Andrew Garfield en la película, quien interpreta a Desmond Doss, un joven cristiano, que se niega a llevar armas en el frente durante la Segunda Guerra Mundial; pero que salva la vida de 75 hombres en la brutal batalla de Okinawa. Carlos Henrique asegura un parecido, porque él cada partido lo juega como si estuviera en un campo de combate, donde él tampoco posee armamento. Simplemente busca cumplir su rol y salvar a su equipo a su manera. Obviamente, este relato es una suposición, porque no sé cuál es el pensamiento del brasileño sobre el filme; pero algo sí tengo claro: Casemiro es el Desmond Doss del Real Madrid.

Desde que Zinedine Zidane es el técnico del Real Madrid se puede entender que el equipo se ha construido con Casemiro en el campo, ante cualquier rival o contexto del juego, el brasileño ha sido titular y con un peso importante en el sistema del conjunto blanco.

Casemiro se convirtió en una pieza que potencia el sistema del Real Madrid por su dos mayores virtudes: juego aéreo y capacidad para robar. Y a partir de la llegada de Zidane, el sudamericano amplió su repertorio de juego; ya que protege más su zona, convirtiéndose en un jugador más ordenado tácticamente, manteniéndose fijo, para conseguir intercepciones, debido a la mejora de su lectura. Además, con balón, no es ambicioso y juega simple, con calma y paciencia, conociendo sus limitaciones. Cada día va a más. Hay una evolución notable en él.

A Casemiro se le puede comparar con Harvey Dent, porque, en situaciones, posee dos caras. Por un lado, está el brasileño pasivo, el que espera al contrario y domina. Y por el otro, el mediocampista activo, que busca meter el pie sin sentido, donde no vemos la mejor versión del sudamericano, porque sale de su zona, falla en el 1vs1 y se pierde tácticamente.
Aunque Casemiro es un futbolista con constante impaciencia posicional, su evolución más el sistema de juego, lo ha obligado a mantener una posición fija, sobre todo cuando el Real Madrid presiona la salida del rival, porque ahí el conjunto blanco toma riesgos, donde Kroos y Modric no se resguardan, sino que exprimen al contrario arriba. Y en tal caso que el recurso del alemán y el croata no funcione, ahí está Carlos Henrique – en la “zona Casemiro – esperando al rival para enfrentarlo en un 1vs1.

Para entender por qué el brasileño es titular en el Real Madrid de Zidane es fácil, simplemente porque el técnico francés quiere un futbolista que de “5” tome riesgos, pero sin perderse totalmente. Aquí recae importancia dos puntos: Casemiro, por su físico, llega a tiempo para robar o llega tarde a la acción; pero, en comparación a Kroos o Kovacic, sabe cómo correr para atrás para recuperar el espacio.
En los encuentros emocionales, el Real Madrid necesita al Casemiro – el del primer lado de su cara – más consciente de sus virtudes, de sus limitaciones y de su rol en el equipo. Contra el Atlético de Madrid es un día donde debe proteger, por sobre todas las cosas, su zona y no dejar un espacio entre la defensa y él, porque el conjunto colchonero puede hacer mucho daño ahí con Griezmann.

Lo que ocurre es que Casemiro – aunque tenga un bajón – es un futbolista que debe estar en la eliminatoria contra el Atlético, porque sin él, no hay un jugador en el centro de campo, como se menciona anteriormente, que retroceda correctamente y a tiempo para recuperar su posición, y contra Carrasco, Correa, Koke, Griezmann, Saul y más, en las transiciones ofensivas, no puedes conceder nunca espacios.

Para eso Casemiro debe controlar su entusiasmo al instante de meter el pie para intentar recuperar el balón, porque cuando posee amarilla es un peligro para el conjunto blanco. Y para días así se requiere un futbolista con pausa e inteligencia defensiva – recursos que todavía no maneja completamente; pero que en unos años seguro los controlará –.


La eliminatoria contra el Atlético de Madrid es un momento clave para él; ya que debe demostrar una actuación sólida, después de los dudosos encuentros contra el Bayern (vuelta) y, en Liga, versus el Barcelona, donde se le ha observado un bajón físico, que lo ha hecho fallar a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, estos dos partidos son exigentes e importantes, como le gusta al brasileño. Casemiro es un guerrero y la Champions League para el Real Madrid es la guerra. El hambre por ganar otra batalla lo llamará. No querrá defraudar. 

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