Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
Roger Machado, entrenador de Atlético Mineiro, tiene a disposición una
plantilla con nombres de lujo para competir este semestre en la Copa Libertadores.
Fred, Robinho, Fabio Santos, Elias, Rómulo Otero y Juan Cazares son algunos de
ellos. Estos dos últimos no han podido compartir dentro de la cancha un lapso
considerable de tiempo. Parece que Cazares es una opción para cuando la
velocidad de Otero disminuya. Para Machado parece un dilema agradable: decidir
a cuál de los dos alinear según las circunstancias.
Para disecar bien el tema, debemos evaluar a qué juega el Galo. La cultura
de laterales ofensivos de Brasil no caduca en su idea. Fabio Santos, un lateral
zurdo eléctrico, regateador y ávido de mostrar su velocidad cuando consigue
espacio. Dice Panzeri que para correr con el balón hay que hacerlo “atléticamente
mal, pero futbolísticamente bien”. Una de las razones los que los velocistas
que compiten por metros planos en los Juegos Olímpicos no tiene cabida en el
fútbol es esa: no saben correr con el balón en el pie.
El otro lateral es Marco Rocha, de corte más defensivo. Por lo menos ese
rol ha tenido en la gestión de Machado, que llegó para solventar falencias
defensivas de otras gestiones, cayendo quizá en cierta falta de sorpresa
ofensvia a cambio. De modo que solo Santos ayuda desde la primera línea a los
involucrados en el juego ofensivo. Con el zaguero ex Mónaco constantemente
ayudando a colapsar el costado izquierdo junto a Marlone o Carioca, Robinho
escorado y algún otro participante. El problema es la descompensación del
costado derecho, en el que Rocha poco
participa y Elias trata de enlazar con algunos desplazamientos de Otero o
Maicosuel para causar cierto desborde.
A Cazares y Otero se les puede decir que no han sido lo suficientemente participativos
en el equipo, pero es que incluso cuando Mineiro presiona alto, lo hace con
pluralidad de efectivos por el costado izquierdo. De modo que los extranjeros necesitan
moverse con soltura por el frente de ataque para colaborar. La acción más
edificante de su registro puede ser apoyar o devolverle parece a Santos cuando
desdobla.
En ese sentido el ex Caracas cumple. Sin embargo es por la derecha el sector
en el que expone mejor su juego. Regates, vértigo para el cambio de ritmo en conducción
y una pegada de larga distancia privilegiada. Es una señal globalizante
positiva el hecho de que en uno de los doce grandes de Brasil, el que cobra la
mayoría de pelotas quietas sea un venezolano. Esos atributos le merecen la titularidad,
más ahora que cumple el rol del lesionado Luan. Se trata de un jugador más para
buscar la ventaja, buscar desbordes y sacar faltas. Con cobro peligroso incluido.
En lo que Otero no cumple es quizá en la pausa y la serenidad con la que
juega el ecuatoriano. Uno tiene varios atributos que el otro no. Cazares es el 10
del equipo. Y en Sudamérica, eso todavía significa magia. Un jugador que va por
el carril central tranquilo, porque sabe que tiene buen pie para descargar con precisión
a los costados o rematar al arco. Es más útil por el lado izquierdo, con mejor
pase raso que su compañero venezolano. El futbolista ideal para gestionar
ventajas y enfriar el ritmo competitivo Con una periferia de juego mayor desde
adentro, puede ser más ventajosa para tirarle el último pase a Fred o cambiar
de frente la jugada, algo que Mineiro hace muy poco justo por no involucrar lo
suficiente a Marcos Rocha.
Hemos visto cuántas referencias ofensivas y alternativas hay detrás del muy
criticado ex “9” de Brasil en el Mundial de 2014. En aquella ocasión solo Neymar
era el que hacía casi de falso 9 para compensar el ataque. Muchos goles del
crack azulgrana con su fueron por apoyos invisibles (o arrastre de marcas).
Pero en Belo Horizonte, hay tantos hombres de con llegada que Fred ha terminado
aprovechando tantos recursos para seguir viviendo de hacer goles.
Pasa lo mismo en Mónaco con Falcao (saltando las complejidades y las
diferencias de juego) al estar tan comprometidos desde ambos laterales hasta
los extremos que lo rodean, él como punta de lanza deja de ser el elemento más
obvio de ataque. Sería excelente, ahora que la semifinal de Champions League se
juega a un partido por día, que Roger Machado vea al equipo francés sensación y
cómo dos laterales ofensivos hacen más daño que uno sin dejar de presionar ni sufrir
cuando pierden el balón. El fútbol brasileño lo agradecerá.
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