Los caminos al gol son múltiples, se puede llegar de forma ideal
con un buen funcionamiento colectivo, combinaciones entre jugadores,
desequilibrio individual, jugadas preparadas o errores defensivos. Todas estas
oportunidades se le han negado a la selección argentina durante las
Eliminatorias, pese al recambio de jugadores la falta de contundencia es el
principal enemigo y preocupación.
Jorge Sampaoli llegó con el objetivo de modificar el estilo de
juego que se desarrolló con Bauza, se buscó un entrenador con ideas ofensivas,
que pregone ser protagonista en todos los estadios y adueñarse de cada partido.
El objetivo se cumplió, las llegadas al arco rival contra Perú fueron
múltiples, Argentina disparó 16 veces a la portería y muchas de esas chances
mano a mano con el arquero Gallese. Sin embargo, no se logró concretar, ni
Messi ni Benedetto ni Rigoni ni Di María ni Acuña aprovecharon sus
oportunidades de gritar el tan deseado gol.
Mercado y Acuña fueron los laterales del equipo, ambos con una
función ofensiva como prioridad, aunque sin descuidar el retroceso cada vez que
Perú salió rápido de su campo para contraatacar. Cumplieron de buena forma con
ambos roles, combinados con Mascherano y Otamendi en defensa, y con Biglia, que
en el mediocampo colaboró para equilibrar al equipo en algunos momentos.
Asimismo se ocupó de la salida del fondo junto con Banega y Mascherano, éste
último jugó de central y salió con pelota dominada en muchas oportunidades ya
que la presión del rival fue sobre los mediocampistas. Allí Argentina encontró
espacios para avanzar con claridad, un punto positivo en el equipo de Sampaoli.
Hasta
tres cuartos de campo rival, Argentina avanzó con cierta comodidad y en muchas
oportunidades quedó mano a mano con el arquero peruano, sobre todo en los
primeros minutos de cada tiempo, en donde encontró la tranquilidad necesaria
para generar situaciones de gol, por afuera con Gómez y Di María o Rigoni, con
Messi de lanzador o jugando individualmente, Benedetto por el centro y con
varias chances de convertir. Sin embargo, no se concretó y entró en juego la desesperación,
el público contribuyó con el clásico murmullo con el correr de los minutos,
Sampaoli alterado al lado del banco de suplentes y los jugadores apurados por
lograr el tan ansiado gol.
Distintas cosas cambiaron en Argentina de cara al partido
contra Perú, el estadio fue el de Boca Juniors, con el objetivo que la gente
presione al rival con sus gritos y por lo cercano de la tribuna con el campo de
juego se sienta el aliento local.
Aquello se cumplió durante unos momentos, pero quedó
demostrado que quienes definen los partidos son los jugadores. También se
modificaron algunos nombres en el equipo, ya que Benedetto jugó en la delantera
junto con Gómez y Messi, con la idea de buscar asociaciones que funcionen, pero
parece que no se trata de nombres, sino de efectividad frente al arco rival.
Argentina es el equipo con menos goles a favor luego de
Bolivia en la Eliminatoria (16), lo que demuestra cuánto se le dificulta
encontrar el gol aunque genere muchas oportunidades claras. Ahora deberá ganar
en Ecuador para asegurar el repechaje y dependiendo de otro resultado podrá
ingresar a Rusia 2018 de forma directa.
Todo el pueblo espera con el corazón en la garganta y el llanto a punto
de salir, desahogarse y lanzar el grito más hermoso del mundo, el grito del gol.
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