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Agustín Vigo (@agusvigo)
Los caminos al gol son múltiples, se puede llegar de forma ideal con un buen funcionamiento colectivo, combinaciones entre jugadores, desequilibrio individual, jugadas preparadas o errores defensivos. Todas estas oportunidades se le han negado a la selección argentina durante las Eliminatorias, pese al recambio de jugadores la falta de contundencia es el principal enemigo y preocupación.

Jorge Sampaoli llegó con el objetivo de modificar el estilo de juego que se desarrolló con Bauza, se buscó un entrenador con ideas ofensivas, que pregone ser protagonista en todos los estadios y adueñarse de cada partido. El objetivo se cumplió, las llegadas al arco rival contra Perú fueron múltiples, Argentina disparó 16 veces a la portería y muchas de esas chances mano a mano con el arquero Gallese. Sin embargo, no se logró concretar, ni Messi ni Benedetto ni Rigoni ni Di María ni Acuña aprovecharon sus oportunidades de gritar el tan deseado gol.

Mercado y Acuña fueron los laterales del equipo, ambos con una función ofensiva como prioridad, aunque sin descuidar el retroceso cada vez que Perú salió rápido de su campo para contraatacar. Cumplieron de buena forma con ambos roles, combinados con Mascherano y Otamendi en defensa, y con Biglia, que en el mediocampo colaboró para equilibrar al equipo en algunos momentos. Asimismo se ocupó de la salida del fondo junto con Banega y Mascherano, éste último jugó de central y salió con pelota dominada en muchas oportunidades ya que la presión del rival fue sobre los mediocampistas. Allí Argentina encontró espacios para avanzar con claridad, un punto positivo en el equipo de Sampaoli.


Hasta tres cuartos de campo rival, Argentina avanzó con cierta comodidad y en muchas oportunidades quedó mano a mano con el arquero peruano, sobre todo en los primeros minutos de cada tiempo, en donde encontró la tranquilidad necesaria para generar situaciones de gol, por afuera con Gómez y Di María o Rigoni, con Messi de lanzador o jugando individualmente, Benedetto por el centro y con varias chances de convertir. Sin embargo, no se concretó y entró en juego la desesperación, el público contribuyó con el clásico murmullo con el correr de los minutos, Sampaoli alterado al lado del banco de suplentes y los jugadores apurados por lograr el tan ansiado gol.


Distintas cosas cambiaron en Argentina de cara al partido contra Perú, el estadio fue el de Boca Juniors, con el objetivo que la gente presione al rival con sus gritos y por lo cercano de la tribuna con el campo de juego se sienta el aliento local.

Aquello se cumplió durante unos momentos, pero quedó demostrado que quienes definen los partidos son los jugadores. También se modificaron algunos nombres en el equipo, ya que Benedetto jugó en la delantera junto con Gómez y Messi, con la idea de buscar asociaciones que funcionen, pero parece que no se trata de nombres, sino de efectividad frente al arco rival.

Argentina es el equipo con menos goles a favor luego de Bolivia en la Eliminatoria (16), lo que demuestra cuánto se le dificulta encontrar el gol aunque genere muchas oportunidades claras. Ahora deberá ganar en Ecuador para asegurar el repechaje y dependiendo de otro resultado podrá ingresar a Rusia 2018 de forma directa.  Todo el pueblo espera con el corazón en la garganta y el llanto a punto de salir, desahogarse y lanzar el grito más hermoso del mundo, el grito del gol.

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