Hay
que retroceder hasta el 11 de junio del 2015 para entender por qué la capacidad
de reacción del DT de la selección ha sido la clave para llegar a estar hoy en
zona de clasificación para el Mundial a disputarse en Rusia el próximo año. Y
es que la Copa América ha sido el talón de Aquiles para Markarián y Gareca. Sin
embargo, uno murió en su ley, y el otro cambió con el tiempo.
LA PRIMERA ETAPA DEL PROCESO
Hay
dos etapas muy marcadas en el proceso de Ricardo Gareca al mando de la
selección, que estas tienen como común denominador los torneos cortos que se
realizaron, es decir, la Copa América 2015 y Copa América Centenario 2016. En
el primero, consiguió un tercer lugar nuevamente. Y en el segundo llegó hasta
los cuartos de final, donde perdió ante Colombia por penales. Pero esta forma
de ver estas copas no ha resultado del todo bien. El resultado opacó el
análisis táctico de la selección en los partidos que jugó. Se creyó que por ser
el tercero de América podíamos afrontar los partidos de igual a igual y sin
desarrollar una idea de juego sólida como hoy la tenemos. Gareca se mareó por
tener a todos los jugadores en buen momento y se olvidó de las formas.
Repasemos
quiénes conformaban el ‘11’ en la primera etapa: Gallese; Advíncula, Zambrano,
Ascues y Vargas; Ballón, Lobatón; Carrillo, Farfán, Cueva; Guerrero. En la
banca esperaba gente como Yotún, Pizarro, Reyna, Hurtado, entre otros.
Ahora
vamos por posición. En la defensa predominó la velocidad, ya que Zambrano y
Ascues son rápidos y la táctica era anticipar más que aguantar al delantero rival.
La anticipación permitió el robo rápido de balón y, en consecuencia, la salida
rápida también de la misma. Eso sí, generó mucho desorden. Son dos defensas que
sienten que también pueden atacar. Y en la bandas se tenía a un Advíncula en
modo avión y a un Vargas en modo tráiler.
En el medio se generó el problema. Si se le pregunta a Ballón y a Lobatón de qué
juegan, ninguno te va a decir qué es un volante neto de marca. Por eso
apareció un tal Tapia contra Paraguay en Lima. Al no tener marca y a dos
centrales versátiles con anticipación, se iban a crear espacios para que el
rival generase ocasiones de gol (Chile les metió cuatro y Brasil tres). Y así
es como se tiró las primeras seis fechas de las Eliminatorias a Rusia 2018
(contando la victoria ante Paraguay aquí) a la basura.
BENDITA COPA AMÉRICA
CENTENARIO
La
segunda etapa del proceso está marcada por la Copa América que se jugó en
Estados Unidos el año pasado, motivo del Bicentenario de la Conmebol. Gareca
anunció por esas fechas: “vamos a llevar chicos nuevos para probarlos”. Y
parece que las pruebas fueron muy buenas. Pero, antes de llegar al análisis,
cabe precisar lo que quizás en otras partes se ha podido leer, no solo se
trabajó lo táctico, sino lo mental y sobre todo lo grupal. Esta idea de grupo
también es parte de la táctica. Venir mal de unas seis fechas de las
Eliminatorias que te dejaban casi último y asumir que serás el recambio a
partir de la siguiente jornada es una presión poco fácil de sobrellevar. ¿Qué
hacer? Ahora sí generar una forma de juego que convenza al jugador que este es
el camino. ¿Cuál fue?
El
arquero se mantuvo, aunque aparecieron dudas en algún momento. La defensa
cambió completamente, y no solo de nombres. Un Corzo que defiende más, pero se
proyecta menos que Advíncula. La zaga central modificó su idea. Sumó a la
anticipación un poco de presión al delantero. A Ramos le gusta más que el
delantero esté cerca de él que anticiparlo, y a Rodríguez le puedes pedir que
lo aguante o que lo anticipe. Tiene ese poder de elección, lo cual hace difícil
al ‘9’ decidir qué hacer cuando llegue el balón, por ejemplo. Y apareció Miguel
Trauco, un lateral nada tráiler y sí más socio de jugadores.
En
la zona de volantes apareció la marca. Tapia siente más la necesidad de marcar
que los mencionados anteriormente y complementó a un distribuidor que creció
con el paso del tiempo y de los partidos como Yoshimar Yotún. A estos se ha
sumado Aquino, Cartagena y Peña, que ni en la órbita de la primera etapa del
proceso estaban. Y arriba Cueva dejó la banda izquierda y se hizo dueño del
funcionamiento del equipo. Pausa, gambeta, pase gol, asociación. Le dejó la
banda izquierda a un todo terreno como Flores y aquí me detengo. Edison le tira
flores a todos sus compañeros, y esa humildad que demuestra la asume y se la
comparte al equipo rival, esto hace, en sentido figurado, que bajen la presión
con él y es ahí cuando pasan cosas.
Cada
entrenador tiene su jugador, y creo que Flores es para Gareca eso, al igual que
Cueva. Por el otro lado Polo trataba de llenar el vacío que un inactivo
Carrillo dejó, hasta que lo recuperó. Paolo siempre el punta y a la espera
Ruidíaz.
¿QUÉ CAMBIÓ?
El
toque en corto apareció con más intérpretes. Trauco te da esa cuota desde la
defensa, luego que el balón pase por Yotún y este tiene tres opciones: o la
sigue rotando por las bandas, o se junta con Cueva para mover al otro equipo y
así se abran espacios, o el balón bien puesto al ‘9’. Perú ha desarrollado el
juego colectivo en base a la dinámica de tenencia de pelota sumado a la
triangulación y combinado al intentar ser directo cuando es necesario. Variantes se le
llama. Tiene mucho gol y eso no cambia: 26 goles en las Clasificatorias, y le
meten mucho también (25 en contra). No es un equipo perfecto, es uno en
crecimiento porque desarrolló la capacidad de reacción y no solo en el
entrenador.
Perú ha sabido reaccionar a partidos duros y en contra que ha
tenido, ha volteado marcadores y ha comprendido que un gol no hace gran
diferencia en el fútbol, por eso hay que seguir jugando igual para seguir
buscando el segundo. Seguramente Bielsa diría que “Gareca tiene capacidad de
adaptación”, porque eso demostró.
Ese
es Perú, así está antes de ir a La Bombonera ante Argentina. ¿Mostrará todo su
arsenal en la batalla más dura? Si lo hace, es digno de ganar la guerra.
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