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Diego Baquero (@DiegoBaco23)
Cuando Carlos Tevez parte a China, Ricardo CenturiĆ³n se erige como la gran apuesta para remplazarlo. No obstante, debido a sus comportamientos fuera del terreno de juego, emigra a Italia y el apuntado por la dirigencia y el cuerpo tĆ©cnico es el colombiano Edwin Cardona.

Y cuando parecĆ­a que habĆ­a encontrado el once, pero ademĆ”s el funcionamiento ideal, Fernando Gago, capitĆ”n y sĆ­mbolo futbolĆ­stico del equipo quien sufrĆ­a una lesiĆ³n de ligamentos cruzados que lo alejarĆ­a de las canchas hasta mediados del prĆ³ximo aƱo.

Ante ese escenario, Guillermo Barros Schelotto, director tĆ©cnico del Club AtlĆ©tico Boca Juniors, tuvo que rearmar el equipo una y otra vez, demostrando que el buen funcionamiento nunca dependiĆ³ de un jugador. Primero, finalizando el 2016, de la mano de Tevez, alcanzĆ³ lo mĆ”s alto del campeonato y desde ese momento nadie consiguiĆ³ bajarlo. DespuĆ©s, ya sin Tevez; pero sĆ­ con CenturiĆ³n, consiguiĆ³ el campeonato a mediados del 2017. Finalmente, ya sin CenturiĆ³n, aunque sĆ­ con Cardona, empezĆ³ la SuperLiga con un triunfo tras otro hasta que llegĆ³ la lesiĆ³n de Gago y empezaron a surgir muchas dudas.

No obstante, se las ingeniĆ³ para recomponer el equipo y hoy, un mes despuĆ©s de la lesiĆ³n del elegante volante central, Boca sigue ganando todo. Frente a River alcanzĆ³ el octavo triunfo (de ocho posibles) consecutivo.

Y es que cuando la estructura de un equipo no cede al momento de perder uno o varios jugadores, es porque hay un equipo, no una suma de individualidades. Eso demostra este ilustre alumno de grandes figuras como Carlos Timoteo Griguol y Carlos Bianchi, amante del 4-3-3 y del vĆ©rtigo ofensivo que siempre lo caracterizĆ³ cuando era jugador. 

El dibujo tƔctico no se negocia: 4-3-3.

Su figura tĆ”ctica es el viejo conocido 4-3-3. LĆ­nea de cuatro defensores, un volante de marca, dos volantes interiores, dos wings y un centro delantero. Uno de los wings, Cardona, mĆ”s volante que delantero, a pesar de arrancar en posiciĆ³n de alero por izquierda, tiende a tirarse al centro a distribuir el juego y convertirse en el cuarto volante que a veces el equipo xeneize requiere para generar la superioridad necesaria en el medio campo.

Ahora bien, lĆ­nea por lĆ­nea, el equipo se compone de la siguiente manera. Los dos laterales, Fabra por izquierda y Jara por derecha, ademĆ”s de su obvia obligaciĆ³n de marca, pasan constantemente al ataque para dar la mayor amplitud posible a los ataques del equipo xeneize. No obstante, esto es posible al triangulo defensivo que es el sostĆ©n del equipo cuando estĆ” atacando. Goltz y Magallan (los dos centrales) mĆ”s el colombiano Wilmar Barrios son los encargados de hacer todas las coberturas y dar el equilibrio al equipo cuando este se vuelca al ataque.

Por lo general, la Ćŗltima lĆ­nea del equipo se para a 30 o 40 metros de su arquero, dejando a sus espaldas mucho espacio que puede llegar a ser aprovechado por los equipos rivales. Sin embargo, la marcaciĆ³n en ataque - viejo concepto tĆ”ctico - de referenciar a los delanteros rivales mientras el equipo propio ataca sumado a la velocidad de Goltz, Magallan, Jara y Fabra, permiten que Boca pocas veces quede mal parado y mĆ”s bien, pueda atacar con muchos jugadores.

 El triĆ”ngulo defensivo, con mĆ”s de 40 metros a su espalda, sostiene al equipo tras la pĆ©rdida del balĆ³n. Los dos laterales, aprovechando su velocidad, retroceden para completar la lĆ­nea de 4. 

Sumado a ello, uno de los rasgos mĆ”s caracterĆ­sticos del Boca de Guillermo es la asfixiante presiĆ³n que ejerce sobre el rival. Por momentos son entre 5 y 7 jugadores los que presionan la Ćŗltima lĆ­nea del contrario y muchas veces recuperan el balĆ³n sin dejar que el equipo rival pase de mitad de cancha.

PresiĆ³n asfixiante en el Ć”rea rival.

Sin embargo, cuando el equipo no tiene la pelota, se reagrupa muy bien y pasa a la figura 4-1-4-1 con Barrios como conexiĆ³n entre las dos lĆ­neas de cuatro. Los wings, Pavon y Cardona retroceden para formar junto a PĆ©rez y Nandez la lĆ­nea de contenciĆ³n y ante cualquier recuperaciĆ³n, buscan atacar la espalda de los laterales o centrales aprovechando al mĆ”ximo la velocidad de jugadores como PavĆ³n o Benedetto.

4-1-4-1. Cuando no se tiene el balĆ³n, los dos wings retroceden a formar la doble lĆ­nea de cuatro sostenida en Wilmar Barrios. 

Ya en la faceta ofensiva, debido al funcionamiento del “triĆ”ngulo defensivo”, los laterales pueden estar constantemente en ataque permitiendo que los wings (PavĆ³n y Cardona jueguen por dentro) y los volantes interiores puedan llegar y pisar el Ć”rea. Sumado a ello, el excelente presente de Dario Benedetto, que tiene un escandaloso promedio de 0,8 goles por partido desde su llegada a Boca, hacen que el poderĆ­o ofensivo de Boca sea abrumador. Y es que los nĆŗmeros no mienten: en lo que va corrido de la SuperLiga ha marcado 21 goles (promedio de 3 por partido) y tan solo ha recibido 2.

El triĆ”ngulo defensivo permite que los dos laterales se lancen al ataque y el tridente ofensivo juegue por dentro. 

Este es el Boca de Guillermo, que tuvo que rearmarse una y otra vez pero que se ha logrado sobreponer a todos aquellos imprevistos que se le han presentado. Su gran objetivo, la Copa Libertadores de 2018. El camino recorrido hasta ahora da a entender que, de seguir por Ć©l, va a estar aĆŗn mĆ”s cerca de obtener la anhelada sĆ©ptima de la mano del “Siete bravo”.  

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