Luis Suárez @Luije77
Antes de comenzar a hablar
sobre este tema, se debe aclarar que la emotividad futbolística no determina el
talento o la seriedad con la que cuenta un equipo o país en cualquier lugar de
los 5 continentes, sino que es un aspecto que juega en la psiquis de los 22 en
cancha y los miles que se sientan en las gradas o tras el televisor.
Mario Vargas Llosa,
principal exponente de la literatura latinoamericana, define al fútbol como: “Ritual que desencadena en el individuo instintos y pulsiones irracionales que le permiten
renunciar a su condición civilizada y conducirse, a lo largo de un partido,
como parte de la horda primitiva”.
Ahora, partiendo de esta
premisa, tenemos dos maneras (principales) de ver el fútbol a nivel mundial: Europa y Suramérica. El jugador europeo es tildado de frío, calculador y poco
emotivo con las emociones que puede significar ganar un torneo importante. Por
otro lado, el del sur es un deportista cercano al público, que grita casi todos
los goles y que cada vez que juega frente a su gente, los sentimientos aflora
(ejemplo, David Luiz y James llorando al quedar eliminados de la Copa del
Mundo).
¿Por qué esto es así? ¿Qué
aspectos sociales determinan estas situaciones? Por un tema histórico,
Sudamérica ha sido un espacio de rebeldía, en donde los aborígenes lucharon
contra unas costumbres importadas y una evangelización obligada. Esas tradiciones
se fusionaron con aquellas que tenían los africanos traídos como esclavos y
derivaron en lo colorido de la samba de Brasil, la felicidad del huayno de Perú
o el ritmo de la cumbia colombiana. El cálido clima es otro factor que influye
en el comportamiento sureño.
El europeo es un individuo
con sufrimiento. ¿Por qué? El fútbol profesional
comienza a dar pasos firmes en la Europa de las primeras décadas del siglo XX,
al mismo tiempo ascendían al poder personas que destruyeron vidas y generaron
odio en todo el continente: Lenin, Mussolini, Hitler y Franco. Por ello, en
aquel lado del charco se ha tenido que trabajar para reconstruir lo dañado, no
han tenido tiempo de festejar y esto, junto a sus frías temperatura, se refleja
en la actitud de su gente.
Publicar un comentario