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En la antigua Grecia se les castigaba a los infractores con técnicas particulares. Una de ellas era el ostracismo: consistía en la exclusión de la polis al individuo para fuese olvidado por sus pares y desapareciera de toda actividad cultural, religiosa y política. Extrapolando el concepto, al menos al fútbol, esto se asemeja a la cada vez más común y polémica decisión de algunos futbolistas de viajar a territorios exóticos para ganar dinero, sacrificando su posible lugar en portadas de diarios y convocatorias a selecciones nacionales.


Por: Luis Suárez (@Luije77)

El mercado de fichajes del fútbol venezolano ha sufrido en 2015 una revolución (entiéndase el término "revolución" alejado de lo que significa el mismo políticamente en Venezuela). Nunca se había movido tanto la venta de jugadores al exterior como ha sucedido hasta ahora. Jóvenes prometedores han sido los protagonistas del salto a Europa. Del otro rincón del espacio, otros futbolistas han hecho maletas para jugar en una liga de nivel bajo, pero donde se gana muchísimo si se compara con la pésima situación económica y de seguridad venezolana.

Yohandry Orozco y Gelmin Rivas ahora son jugadores Al-Ittihad de Arabia Saudita. El delantero y el volante ex Deportivo Táchira gozan de un buen cartel en el fútbol de Venezuela, y mucho más luego de conseguir la estrella con el Aurinegro. Para Rivas, este será su primera experiencia en el exterior; para Orozco será una cierta reinvindicación después de fracasar en el Wolfsburgo de Alemania. 

¿Qué les ofrece Arabia Saudita y el Al-Ittihad a ambos?

Lo más atractivo de jugar en el club atigrado es una notable garantía económica. Por Rivas se pagó 3 millones de euros, una cifra récord en el pobre balompié venezolano. Los petrodólares son una fuente poderosa de ingresos para Arabia Saudita, lo que se traduce en ser el principal líder regional del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (Cceag), a pesar de que 50% de su población viva en la pobreza por la desigual distribución de los recursos en manos de grandes jeques. El país sigue renuente a la influencia cultural extranjera y eso se reafirma al momento de solicitar visado. Sin embargo, millones de turistas visitan Arabia Saudita por ser referencia islámica.

26 títulos locales y 8 continentales ha ganado el club de la ciudad de Jeddah, por lo que es una de los clubes con mejor estructura en la región circundante al Mar Rojo. Juega en la Pro League (terminó 4to en el último torneo). Si se toma como referencia Transfermarkt.es, el jugador mejor valorado del equipo, antes de la llegada de Gelmin, es el polaco-alemán Lukasz Szukala, con 2.7 millones de euros en el mercado.

¿Qué pierden al irse a un fútbol exótico?

Rivas y Orozco deben saber que salen del radar del fútbol mediático. De Riad, la capital, a Caracas hay 11.840 km. Jugar en la liga saudí no es un trampolín porque poco se sabe y se ve en el mundo. A pesar de que el fútbol venezolano es atractivo al nivel del colombiano o el argentino, está inmerso en una región que hace mucho ruido en el fútbol mundial y que ha sacado a gran parte de los mejores jugadores de la historia. Además, participa en la Copa Libertadores, el mejor torneo de clubes después de la Champions League. 

Este caso podría parecerse mucho a lo ocurrido con Macnelly Torres. El exquisito volante "10" colombiano gozaba de un puesto titular en la nacional cafetera por su buen estado de forma en el Atlético Nacional de Medellín. El Al Shabab propuso una oferta que Torres no rechazó y viajó rumbo a Asia. Luego de firmar, Marcenlly fue borrado de las convocatorias colombianas y más nunca volvió. Otro ejemplo es Mario Rondón, quien no pudo disputar la Copa América por diferencias entre la Selección y el Shijiazhuang Yongchang chino.

Las actuaciones de los propios futbolistas y la opinión de Noel Sanvicente decidirán el futuro vinotinto de Gelmin Rivas y Yohandry Orozco. Los dos son muy jóvenes todavía, habrá que esperar.


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