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Pablo Peirano en acción en entrenamientos de Independiente Santa Fe.

Diego Baquero O. (@DiegoBaco23)

“Como un enamorado y apasionado del futbol”. A sus 40 años, Pablo Peirano, Asistente Técnico de Gerardo Pelusso en Independiente Santa Fe, tiene claro que así le gustaría ser recordado. Casado, padre de un varón de 2 años, criado “detrás de una pelota en la alfombra verde”, como suele llamar al campo de juego, este uruguayo -quinto entre seis hermanos (mellizo de una mujer)- hincha de Wanderers vive por y para el futbol. Siempre recuerda como de chico iba a la cancha en compañía de su padre quien era Director Técnico de un equipo de la Liga Universitaria de Uruguay, después como llegó a Primera División en Danubio F.C. y por último cuándo y por qué decidió ser entrenador, pues con tan solo 25 años empezó a ver otro tipo de cosas y a cuestionarse acerca de diferentes situaciones tanto dentro como fuera del campo (por ejemplo detalles en los que antes no se fijaba, trabajos que se realizaban, sucesos del vestuario, etc.) y además tenía decidido que quería seguir vinculado al que para muchos, incluido él, el deporte más hermoso del planeta.

Durante su carrera como futbolista profesional estuvo en Uruguay, Estados Unidos y Colombia. Se caracterizaba por ser un férreo volante central de corte defensivo, agresivo en marca y con mucha entrega, además se distinguía por ser un líder dentro de la cancha en todos los equipos en los que jugó. Ante la pregunta de con que jugador actual se siente identificado no duda en contestar: Rodrigo ‘El Chapu’ Braña, ex Estudiantes De La Plata y actualmente jugador de Quilmes de Argentina.

Fue ciertamente durante esta larga trayectoria de más de 15 años donde se cruzó en el camino de Gerardo Pelusso y Javier Carballo, sus actuales compañeros en el Cuerpo Técnico. A mediados del año 2000, y en Racing de Montevideo, se empezó a consumar “este matrimonio” –al que cita entre risas– que hoy cumple 2 años.


Sin embargo, antes de llegar a trabajar con Pelusso y Carballo, Pablo estuvo cuatro años –entre 2010 y 2014– viviendo y disfrutando de los momentos más lindos, hasta ahora, de su carrera deportiva. Para el jamás dejará de ser memorable la época en la que estuvo en el Complejo Celesta de la Asociación Uruguaya de Futbol trabajando con las divisiones menores Sub-15 y Sub-20 con las cuales participó en Torneos Sudamericanos y Copas Mundiales de estas categorías. A esta experiencia llego de la mano de Juan Verzeri, quien “un día cuando estaba todavía jugando profesionalmente el técnico que había tenido (Verzeri) en un equipo de Montevideo, Juventud, me llamo y yo pensé que era para jugar con él en Racing. Me dijo juntémonos para almorzar y me dice que va a dirigir en la Sub-20 y que le gustaría llevarme como asistente. Yo había terminado el curso en Diciembre del 2009 y esto fue en Mayo del 2010. Sin pensarlo tome la decisión, me saque los guayos, los puse en un costado y me puse de asistente con él. Además de Juan, en el Cuerpo Técnico también iba a estar Sebastián Tamarasco y la idea es que yo fuera el colaborador de ellos dos”. 

Año 2000. Jugando en Racing
conoció a Gerardo Pelusso
Después de esos cuatro maravillosos años, le llego la oportunidad de cambiar de aire. La buena relación que había quedado del paso de Pelusso por Racing ayudó a que su vinculación al Cuerpo Técnico fuera cuestión de un par de llamados. “Cuando estábamos en Racing, Gerardo vivía cerca de casa entonces a veces yo lo llevaba o el me llevaba y empezamos a charlar de futbol, cosas muy naturales y de ahí quedo una amistad bastante buena… el siguió su carrera, yo seguía la mía pero siempre teníamos un detalle y era que cada vez que terminaba un partido en que nos enfrentábamos el venia y me esperaba para saludarme”.

Cuando Mauricio Larriera ex–ayudante de Pelusso decide emprender su carrera como Director Técnico en solitario, Gerardo se contactó con Pablo. “Me llam para ver en que estaba, si quería dejar la Selección para empezar a trabajar en Nacional y le dije que sí. Él se encargó de hablar con el Maestro Tabarez y bueno, yo estaba dispuesto a dar un cambio también pues ya llevaba 4 años trabajando en las Selecciones de Uruguay y así fue como empezó este matrimonio.”

Pablo dentro del Cuerpo Técnico de Independiente Santa Fe cumple muchas funciones. “Nuestra rutina parte desde que Gerardo marca el trabajo y yo lo llevo a cabo. Muchas veces separamos los grupos, el agarra uno y yo agarro otro, siempre en cancha. Ayudo también a Javier con el grupo de jugadores que no les toca jugar… prácticamente todo el trabajo de campo. Y después toda la parte de scouting de análisis tanto de mi equipo, como del rival. Me encargo de toda la parte audiovisual, se la muestro tanto a los jugadores como a Gerardo. Hago distintos menús de lo que saco de cada partido, con las llegadas a favor, llegadas en contra, pelotas quietas, etc.”

No se guarda ningún comentario, opinión o crítica y esto porque su trayectoria en este plano le ha enseñado a que interactuar con los jugadores es parte de la clave del éxito. “Les comentamos a los jugadores lo que vemos; y es en esta parte donde como Cuerpo Técnico nos gusta mucho interactuar, ¿no? No somos cerrados en dar la clase y nada más sino que hacemos preguntas, ellos nos hacen preguntas a nosotros… nos gusta hacer pensar al deportista para que crezca. Les mostramos las cosas buenas, las cosas malas y más o menos por ahí funciona todo.”

Peirano en Juventud Unida en el año 2008.
Siempre fue un líder y muchas
veces capitán de su equipo
.
Cuenta Javier Carballo, no solo su compañero de trabajo sino su amigo, que Pablo desde su época de jugador ya se iba preparando para ser entrenador. Siempre fue un líder tanto dentro como fuera de la cancha e incluso llego a ser capitán en varios de los equipos en los que jugó. “Él no era de esos jugadores que solamente van y entrenan sino que él preguntaba por qué hicimos esto y lo otro, siempre fue alguien que se preocupó mucho por todo, por los detalles, por los trabajos que hacíamos… tenia adentro ser entrenador.”

Y es que la conexión entre ellos tres resulta ser muy curiosa y a la vez afortunada pues antes de que Pelusso llegara a Racing en el año 2000 y conociera a Pablo, Javier Carballo era quien estaba trabajando como preparador físico junto a otro cuerpo técnico (Roberto Zapata y Miguel Piazza) en ese mismo equipo de Montevideo. Ante la salida de aquel cuerpo técnico y la llegada de Pelusso se empezó a forjar una amistad que hoy se traduce en la admiración que se refleja en el día a día que estos tres uruguayos tienen con el equipo santafereño en Bogotá.

Él es Pablo Peirano. Un enamorado y apasionado del futbol que espera su momento para dejar de ser el asistente de Pelusso y dar el paso para convertirse en Director Técnico en propiedad. “Esas cosas se van dando y ahora estoy muy cómodo con Gerardo, aprendiendo muchísimo con mi primera experiencia en el exterior…ya va a llegar un momento en que la decisión se va a tomar, pero si es un deseo. Siempre aspiro a mucho más.”

Mientras tanto, disfruta de su nueva vida en Bogotá y por lo único que se preocupa es por el tráfico de la ciudad ya que confiesa sonriendo que es “el chofer del Cuerpo Técnico… me ponen la gorrita y soy el chofer”. Entretanto Pablo, además de seguir “conduciendo” siga estudiando, aprendiendo, trabajando, analizando, indagando y conjuntamente educando y enseñando, tanto a los jugadores que lo rodean como a su pequeño hijo de 2 años, presenciaremos el auge no solo de un gran ser humano sino también de un gran Director Técnico porque hoy, en sus primeros pasos, Pablo es algo más que un excelente asistente.








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