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Valentín Perezlindo (@valenp94)

Durante muchos años, el nombre de D’Alessandro sonó con fuerza en cada mercado de pases del fútbol argentino. Los simpatizantes de River Plate soñaron con su vuelta en más de una ocasión. Sin embargo, “el Cabezón”, muy cómodo en el Inter de Porto Alegre, nunca estuvo realmente cerca del regreso. Sorpresivamente, de un día para el otro, D’Alessandro decidió que era el momento de volver al club que lo hizo profesional, dejando atrás 8 años intensos en Brasil.

Andrés D’Alessandro nació el 15 de abril de 1981. Hizo todas las inferiores en River Plate, y debutó en Primera División el 28 de mayo del 2000. Ese día River cayó 2-1 en el Monumental ante Unión de Santa Fe. Campeón con River del Clausura 2000, empezó a contar con más oportunidades de la mano de Ramón Díaz, con quien salió campeón del Clausura 2002. En la temporada 2002/03, con el chileno Manuel Pellegrini como técnico (hoy en Manchester City), el enganche zurdo se hizo dueño de la 10 de River y del equipo, convirtiéndose en una verdadera figura y siendo pretendido por varios clubes europeos. Con 98 partidos y 23 goles, la única deuda de D’Alessandro en su paso por el Millonario fue obtener la Copa Libertadores, en una época en la que el clásico rival, Boca Juniors, se alzó con el trofeo hasta en tres ocasiones (2000, 2001 y 2003).


A mediados de 2003, D’Alessandro se marchó al Wolfsburgo alemán por 11 millones de dólares. Su paso por Europa fue irregular. En el conjunto alemán su rendimiento fue de mayor a menor. En enero de 2006 fue cedido al Portsmouth de Inglaterra, permaneciendo seis meses para luego recalar en Zaragoza de España, compartiendo plantel con los argentinos Diego y Gabriel Milito, Pablo Aimar y Leonardo Ponzio.


Comenzando el 2008, D’Alessandro se vio seducido por San Lorenzo. El Ciclón estaba armando un equipo competitivo para conseguir su primera Copa Libertadores de América. El paso del zurdo por San Lorenzo no fue bien recibido por los simpatizantes del Millonario, quienes lo consideraron como una traición. Encima, en una serie de copa apasionante, San Lorenzo eliminó a River de la Copa Libertadores y el resquemor se hizo más evidente. Finalmente, la Liga de Quito de Edgardo Bauza eliminó por penales al Ciclón, postergando el sueño de la copa una vez más.

Sin saberlo, a mediados de 2008 D’Alessandro iniciaría un ciclo en el fútbol brasileño que lo marcaría para siempre. Con la camiseta de Inter de Porto Alegre, “el Cabezón” salió campeón de la Copa Sudamericana 2008, la Copa Libertadores 2010, la Recopa Sudamericana 2011 y de seis campeonatos gaúchos. Ídolo y emblema del club, D’Alessandro anunció esta semana entre lágrimas y por conferencia de prensa que decidía marcharse para volver a River, el club de sus inicios.


Para River y el fútbol argentino, la vuelta de D’Alessandro aporta un salto de calidad. Se trata de un futbolista habilidoso, de talento, buena pegada, capacidad para asistir y hacer jugar a sus compañeros, además de una personalidad y un carácter únicos. El Millonario buscará defender el título de la Copa Libertadores, y la contratación del zurdo fue el as de manga de la dirigencia para romper el mercado de pases antes del comienzo de la competencia. River tendrá un semestre duro por delante, pero los hinchas pueden estar tranquilos: D’Alessandro está de vuelta en casa.

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