Agustín Vigo (@Agusvigo)
Hace
algunos meses sorprendió al mundo del fútbol el inicio del torneo de Lanús, con
muchos triunfos y una gran diferencia futbolística con el resto de los
integrantes de la zona 2 del Torneo de Primera División en Argentina. En ese
entonces la incógnita era saber si el equipo dirigido por Jorge Almirón podría
mantener su nivel durante todo el campeonato, hecho que sucedió y además lo
hizo en su máxima expresión durante la final.
Los
grandes equipos juegan mejor en los momentos más complicados, eso sucedió con
el “granate”, que alcanzó su mejor rendimiento durante el partido contra San
Lorenzo por la final del torneo. Es
difícil encontrar un jugador que resalte sobre el resto, uno que haga
diferencia con sus compañeros, lo cual significa que el equipo en conjunto
juega bien y está articulado de manera tal que sus individualidades se
complementan para formar un conjunto muy poderoso.
La
propuesta del equipo es ofensiva pero sin dejar de lado el arco propio
(contabilizó 32 goles a favor y 10 en contra). Monetti ha mostrado seguridad
durante todo el torneo, al igual que los centrales Diego Braghieri y Gustavo Gómez, firmes en la
marca, precisos para anticipar cada vez que Lanús se adelantaba para atacar y
ordenados para retroceder. Los laterales acompañaban en ataque y sorprendían
cada vez que pasaban la mitad de la cancha, sin dejar de lado el retroceso para
acompañar a sus compañeros en la fase defensiva.
Aquella
fue la idea futbolística propuesta por
Almirón y llevada a cabo de forma inmejorable por los jugadores. El juego
vistoso del equipo quedará grabado en la memoria de cada hincha, que reconoce
el trabajo del entrenador con el cantito “Oy Oy Oy Oy es el equipo de Almirón”.
Ha sido, desde los resultados y el planteo futbolístico, un torneo grandioso
del “granate”. Se lo disfrutó cada
partido y hubo fútbol del bueno, un campeón indiscutido y reconocido por todos
sus rivales.
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