Por: Luis Ortega (@luisger94)
El fútbol en los Estados Unidos siempre ha sido
considerado un deporte de segundo plano para la afición norteamericana. Sin
embargo, el auge que ha venido tomando el balompié en ese país es notorio.
Constantes expansiones, cambios de formato e inversiones multimillonarias evidencian
la voluntad para mejorar. Hoy, la MLS y las divisiones inferiores
pertenecientes a la federación de fútbol norteamericana han logrado esa
mejoría, convirtiéndose en uno de los torneos más organizados del continente.
Este modelo deportivo es también visto en el resto de los deportes y competencias
realizadas en Estados Unidos. Pero el éxito gerencial y monetario no se aplica
solo a las ligas profesionales, las
ligas colegiales y universitarias gozan también de un sistema envidiado inclusive
por ligas “top” del continente.
La liga de “soccer” se rige por el sistema de la NCAA,
National Collegiate Athletic
Association por sus siglas en inlgés (Asociación Nacional Atlética
Universitaria). El sistema divide las universidades de todo el país en 3
divisiones. Las distintas universidades son situadas en cada división dependiendo
del número de estudiantes, tamaño del presupuesto para su programa deportivo y
número de becas deportivas que ofrecen por año. También, éstas son separadas
dentro de cada división en diferentes conferencias. En el caso de la primera
división de fútbol, 26 conferencias. Cabe destacar que este formato se realiza
en ambas ligas, masculina y femenina.
La División I de la
NCAA es la más famosa y prestigiosa. Partidos de fútbol americano y baloncesto
en esta división pueden llegar a contar con más de 60 mil espectadores por
partido. Si bien ya se ha mencionado que el fútbol se encuentra en un segundo
plano, su penetración en la sociedad cada vez es más grande a nivel colegial. Hoy
en día las universidades con más espectadores por juego promedian más de 3 mil
aficionados por partido. Además de esto, las inversiones para los programas son
multimillonarias, incluyendo construcción de nuevos estadios, becas completas y
hasta inclusive vuelos chárter para llegar a los partidos.
Este sistema
organizativo influye directamente de manera positiva en la formación y desarrollo
de los jugadores. Es importante mencionar que los jugadores universitarios
tienen prohibido recibir algún tipo de remuneración monetaria o alguna forma de
pago distinto a las becas deportivas, algunas que pueden equivaler hasta 500
mil dólares en educación. La meta de la mayoría de los jugadores que juegan en
las distintas universidades de la NCAA es ser elegidos en el Draft de la MLS.
De este proceso han surgido varias estrellas del fútbol norteamericano y mundial,
tales como: Alex Morgan (Universidad de California), Alejandro Bedoya (Boston
College), Jordan Morris (debutó en la selección mayor mientras aún pertenecía a
la Universidad de Stanford) y Graham Zusi (Universidad de Maryland).
Graham Suzi y Alex Morgan |
El fútbol colegial de los Estados Unidos sirve como un programa base para la formación de futuros jugadores profesionales, completando al mismo tiempo una carrera universitaria. Es un ejemplo de organización y administración (quizás una utopía) para cualquier federación de fútbol o gobierno del continente americano. Es sinónimo de avance y oportunidad. El fútbol en los Estados Unidos es cada vez mejor y la clave de esto es el desarrollo del deporte en todos los niveles.
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