Miguel Peña (@Migueltals)
En
el fútbol como en la vida hay que aprender a tener liderazgo alguno, ser el
cabecilla de un grupo que jóvenes que hizo soñar a todo país tiene un nombre,
el más aclamado en un estadio Olímpico por lo que lograron en Corea del Sur
2017 tiene un valor importante: ser el líder.
Como
lo explica Julian Mantle en el libro “Las
8 claves de liderazgo del monje que vendió su Ferrari” que un entrenador
debe ser un líder y que el liderazgo se gana con respeto y con cariño.
Existe
algo fundamental en la premiación y precisamente no es monetaria, es el del
afecto, el de aprecio, el estar orgulloso de cada jugador, y así lo dejaba
saber Rafael Dudamel en cada rueda de prensa, que cada día se sentía más
orgulloso de sus jugadores.
Rafael
Dudamel los motivaba –junto al Coach Jeremías-. En cada momento se podría
observar que el DT decía: “Vamos muchachos, estamos haciendo el juego que
queremos, sigamos así y vamos a la final” y algo que es fundamental cuando
dijo: “Sé que llevábamos tiempo fuera de casa, pero esto es por Venezuela”,
haciendo referencia a los días previos que tenía la selección concentrada.
“Estoy
muy orgulloso de ustedes” así alababa Rafael a sus jugadores, ¿Qué mejor manera
que motivar alabando? ¿Recibiendo cariño?, ninguna, el cariño es fundamental en
el día a día.
En
zona mixta luego de que Venezuela perdiera la final en Suwon frente a
Inglaterra, Ronaldo Peña se expresó ante las cámaras de DirecTV Sports y dijo:
“Él es un padre, una magnifica persona, es el padre de todos, ha sido
fundamental para todos nosotros” haciendo referencia al liderazgo que tenía
Rafael Dudamel en el vestuario vinotinto.
Que
un jugador que dejaste fuera de una Copa del mundo (Emiratos árabes 2013 u17)
se exprese así de él, lo deja muy bien parado, en su momento Rafael tuvo que
corregir a Ronaldo Peña y no lo pensó, el castigo fue duro, pero de mucha
enseñanza para el nativo de Acarigua.
Un
entrenador de categorías formativas debe tener actitudes de padre y hasta de
madre, tener a jóvenes de corta edad fuera de su hogar no es fácil, pero Rafael
Dudamel cumplió completamente, dejó claro lo que podrían ser, dosificó el
grupo, los hizo creer, los motivó, los alabó y sobre todo le dio el cariño que
ellos podrían necesitar.
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