Luis Edgardo Aguilar (@LuisAguilar28)
En 1980 nuestra profesora de Literatura del cuarto año de bachillerato nos leyó
el alucinante cuento “Viaje a la semilla”, del escritor cubano-suizo, Alejo
Carpentier (mismas iniciales del protagonista de nuestra nota). Se trataba del
insólito relato en el que el personaje Marcial iba describiendo su asombroso
retroceso físico en el que el lector veía como “los muebles crecían” y cada vez
se iba haciendo más pequeño hasta el momento de su nacimiento.
Algo parecido vive Atilio Nicolás Castiglioni Balza que en el
2017 le ha tocado desandar el imaginario camino hasta sus raíces familiares y a
la misma simiente de este apasionante deporte que él abrazó como modo de vida.
Su papá Carlos, a quien desde su nativo Montevideo llamaban
“Lucho”, se vino hace 33 años a Venezuela donde hizo su núcleo familiar y como
ex futbolista siempre pensó que un hijo suyo lo hiciera su profesión.
Atilio comenzó a patear
balones en el Club Español pasando desde los 9 años por las manos de la gloria
de Peñarol Carlos "Toto" Peruena, antes de vestirse de blanquinegro en las
divisiones menores de Zamora FC. En el 2013 obtuvo el título nacional Sub16,
alternando de volante de marca y defensa central en un grupo que tendría hasta 3
finalistas de la Copa del Mundo juvenil 4 años más tarde. En el 2015 el
Campeonato Nacional ganado fue con el equipo Sub18. Un palmarés envidiable con
la “Furia Llanera”.
En el interín, su papá lo
había llevado a Montevideo y en casi dos meses de pruebas en el linajudo
Nacional había conseguido el visto bueno del Raúl Recoba y Álvaro
Gutiérrez para hacerse jugador de la
“séptima” de los “tricolores”.
Todo estaba listo para
quedarse hasta que saltó a la mesa una cláusula FIFA en la que un menor de edad
no puede ser transferido a otra Federación salvo tres excepciones entre las que
la única aplicable era la que reza: “Si los padres del jugador cambian su
domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas
con el fútbol.” No era viable la mudanza familiar y para Atilio fue una gran
frustración irse de Uruguay donde pensaba completar su formación con el balón.
Le tocó jugar un tiempo
con los juveniles de Potros de Barinas, aunque ya se adelantaban diligencias a
través de un ex Atlético Zamora, el “Pato” Antonio Martorano, quien facilitó el
primer contacto con el agente uruguayo radicado en Italia para ese momento,
Esteban Dutra, quien encauzaría para principios de este año su arribo
nuevamente a Montevideo, ya con la mayoría de edad.
El destino fue el Albion Football Club,
institución fundada en 1891, la más antigua en Uruguay dedicada exclusivamente
al balompié, deporte reglamentado por los ingleses, colonizadores del cordial
“paisito” del sur, industrializando la cría del ganado vacuno, extendiendo una
importante red ferroviaria y sembrando la práctica del fútbol.
Fue el Albion FC que
vestido de celeste hizo el primer encuentro internacional del que se tenga
referencia con sus vecinos del Río de La Plata en 1896, “venciendo a Retiro por
4 a 1 y al club Belgrano (uno de los más poderosos en aquel momento de Buenos
Aires) por 5 a 3.”
“En la actualidad Albión
milita en la Segunda “B” Nacional de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Preserva
como acervo de pasadas glorias dos docenas de copas y trofeos, junto con
fotografías de más de un siglo. Con un presente hoy modesto en lo deportivo
tiene sin duda un pasado de gloria que es un legado que preserva con orgullo.”
El Gerente de Relaciones
Institucionales Juan Alvarez, un ex futbolista hispano francés nos habla del
relanzamiento de la añeja casa del fútbol charrúa, que recientemente logró la
transferencia de uno de sus jugadores para un club español filial del Atlético
de Madrid. Es hacia allá dónde apunta el nuevo proyecto de Albión, que encabeza
su presidente Leonardo Blanco. Internacionalizarse promoviendo su talento
habiendo incluido de manera reciente futbolistas en preselecciones nacionales
juveniles.
A eso se suma la llegada
de Atilio a principios de año, causando muy buena impresión en la institución,
desde lo deportivo hasta lo personal. “Es muy educado y lo aprecian en el
grupo” señala Álvarez, quien también destaca su adaptación al fútbol uruguayo,
reconociendo que en estos ocho meses se ha encaminado profesionalmente, la
primera meta que traía el chico en su periplo al sur.
“Ha pasado de ver minutos
a hacerse dueño de la titularidad, bien como volante de marca o como defensa
central, además de salir de atrás con balón dominado y tener unos cambios de
frente interesantes”, resalta el dirigente de Albión.
Están convencidos en el
“Decano” que Atilio Castiglioni tiene con que jugar en primera y ya el
entrenador Ignacio Vega lo ha convocado al primer plantel que por estos días
lidera la tabla de posiciones camino a ganar el apertura en la Segunda “B”
Nacional.
“Para el año próximo
debemos tener acondicionado el hospedaje para recibir los talentos foráneos y
trabajamos en mejoras en la cancha en un proyecto a 5 años que incluye al
plantel principal y cinco categorías juveniles en las que procuramos logros
deportivos, formando jugadores de nivel internacional tanto en lo técnico como
en lo cultural”, dejan saber los dirigentes.
Como institución su visión
es ser un club modelo del fútbol uruguayo tomando como referencia los valores
del fútbol inglés para llegar a la excelencia deportiva como corporación
deportiva y social.
Recibir futbolistas
venezolanos, lo que se inicia con Atilio Castiglioni y otro chico nativo de
Valencia ha sido provechoso, dado el momento estelar que han experimentado las
selecciones juveniles Vinotinto, y más reciente el éxito de la de mayores en
territorio argentino, lo que seguramente redundará en el producto que Albión FC
pueda mostrar a Europa y en particular a España, donde los futbolistas de la
patria de Bolívar “están de moda.”
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