Luis Ortega (@LuisOrtegaVzla)
La gente lo pidió y, aunque muy
tarde, Noel Sanvicente llegó a la selección venezolana como el nuevo director
técnico. Todo el proceso de su llegada estuvo lleno de críticas, tanto a favor
como en contra, pero sin duda alguna llega como el elegido por la afición
venezolana. Su comienzo ha sido algo problemático, y es que aún no ha
conseguido la primera victoria. Sin embargo, los partidos han servido para
mostrar el tipo de juego que busca implementar el “Chita” al mando de la
vinotinto. Sanvicente llega como el sucesor de Farías, pero ¿qué tan distinto
es el planteamiento táctico del “Chita” con respecto al de César Farías?
La
tenencia de pelota.
De lo poco que se ha visto de
Sanvicente al mando de la selección, se puede decir que lo que se busca como
esquema táctico es el toque de pelota en corto y ganar la posesión ante el
rival durante el partido. En otras
palabras, se busca ser el equipo que proponga y no darle la pelota al
contrario. Esto se tradujo a goles, 5 en 4 partidos, algo que desde hace tiempo
le hace mucha falta al combinado sudamericano. En comparación a Farías, es un
método de juego completamente distinto al famoso “pelotazo largo efectivo” que
consistía en la verticalidad total al atacar, muchas veces no “efectivo”.
La
presión y marcación hombre a hombre.
Incluso al momento de defender,
el esquema de Sanvicente muestra a una Venezuela que quiere tener la pelota a
todo momento. Para ello, se realiza una presión intensa a la salida del cuadro
contrario, obligándolos a un posible error o salida rápida por medio de un
balón largo. Si esta presión es superada, casi siempre se ve a los laterales
prácticamente con una marca personal hacia los jugadores que van por las bandas
en el equipo contrario, ya sean los volantes o algún delantero que se abra más
hacia los lados en una línea de 3 atacantes. Sin embargo, a lo largo de los
partidos la línea defensiva del “Chita” se ha visto muy desorganizada y
fácilmente superada por los rivales, siendo quizás hasta ahora el punto más
débil del nuevo entrenador. Farías optaba más por esperar al rival, dejarlo
jugar con libertad hasta los tres cuartos de cancha. Una marcación de zona en
su propia área. Fue efectiva en varios partidos, sin embargo meterse atrás y
esperar al contrario genera muchas opciones de peligro, que en muchas ocasiones
le costó varios goles a Venezuela.
La
pelota parada.
Sin duda alguna los tiros libres
y los tiros de esquina son unos de los aspectos más fuertes que tiene la
selección vinotinto a su favor, utilizados de gran manera por Cesar Farías. Y
es que con jugadores de tan buena pegada como Arango, Otero e incluso el propio
Salomón Rondón, Venezuela posee una gran ventaja. Además, se tiene la estatura
de jugadores como Vizcarrondo, Rondón y Amorebieta, ya conocidos por ser
grandes cabeceadores. Farías siempre utilizó los balones parados como su mejor
arma, sobre todo los tiros libres diagonales al área rival. Sanvicente ha
mostrado excelente uso de los tiros de esquina, ganando un gran porcentaje de
estos en los partidos que ha tenido hasta ahora. Queda ya por parte del “Chita”
saber aprovechar las oportunidades en los partidos y lograr que sus jugadores concreten para
anotar.
El
precio del cambio.
Ninguna victoria conseguida en
este nuevo proceso, ese ha sido el precio de implementar un nuevo esquema. Y es
que muchos quizás ya ven al “Chita” como un posible fracaso por los resultados
obtenidos. Pero la realidad es que los resultados no son más que una
explicación clara al proceso de adaptación y transición hacia el nuevo
planteamiento táctico. Es muy difícil lograr que un grupo de jugadores que se
reúne cada 2 o 3 meses cambie de manera exitosa el estilo de juego en tan sólo
3 o 4 módulos de entrenamiento. Y más cuando el cambio en la propuesta táctica
es tan radical.
Lo
que se debe mejorar.
Sin tener que pensarlo mucho,
hasta ahora la mayor debilidad es la línea defensiva, incluyendo el trabajo
defensivo de los volantes. Sanvicente tendrá que analizar sus errores con
respecto a lo que quiere en la defensa. También, los partidos amistosos son
para probar jugadores, sin embargo el técnico venezolano insiste mucho en
jugadores que ya no tienen el nivel suficiente para ser titulares indiscutibles
en la selección como es el caso de Gabriel Cíchero, elegido como el indicado
para ser titular por Cesar Farías.
Otro aspecto a tomar en cuenta es
la quizás excesiva confianza de Noel y el combinado venezolano con respecto a
su juego. Tomando en cuenta que Venezuela forma parte de la confederación más
exigente y competitiva del mundo, Venezuela no puede salir a jugarle “de tú a
tú” a todos los rivales. Si bien Farías logró que Venezuela tomara un nombre y
respeto en la CONMEBOL, Venezuela no es un grande del fútbol, y no lo será
hasta que los resultados reflejen lo contrario. Por ello, a veces hay que
decidir jugar a neutralizar al rival y no a proponer lo tuyo cuando
sencillamente no eres superior. El perfecto ejemplo es el partido contra la
selección de Chile. Venezuela salió a proponer y a presionar, tuvo 10 minutos
perfectos, pero después la superioridad chilena, compuesta por varios jugadores
de máximo nivel, logró resolver el partido y encajar una goleada. Venezuela
debe plantear cada partido de manera exclusiva y realista, y no es meterse
atrás y despejar la pelota, es buscar la mejor manera de contrarrestar lo que
se proponga en la cancha por parte del rival.
Tiempo
y paciencia.
Es un nuevo proyecto, un nuevo
esquema, una nueva idea. Las cosas no van a salir de la noche a la mañana. El
fútbol es fácil, sí, pero también es de inteligencia y planteamiento, no solo
de saber pasar y patear una pelota. Se podría decir incluso que se está
empezando de cero. Noel Sanvicente no está al mando de la selección solo porque
la gente lo haya pedido, sino porque ya ha demostrado que sus ideas funcionan y
muy bien. Hay que esperar, no importa si todos los amistosos se pierden, a
final de cuentas lo que valen son los puntos y la meta es el mundial. Es muy
pronto para decir algo del “Chita”, ya se dirá si se logró o no la meta a
finales de 2017.
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