Andrés Carrillo (@DonAndrés17)
Si bien muchos conocedores del fútbol tienen la teoría
de que el dorsal de un jugador no tiene ningún tipo de significado, también hay quienes afirman que el número 10 en el
balompié siempre ha representado algo especial. No en vano los Pelé, Maradona,
Platiní o Figo portaron este dígito en su camiseta a lo largo de su carrera.
Ser el diez en ámbito futbolístico es sinónimo de magia,
improvisación, creatividad y de ser el que siempre genera la expectativa cada
vez que el esférico pasa por sus pies. En toda la historia del fútbol
venezolano no hubo futbolistas que se asemejaran a estas características antes
descritas, quizás Luis Mendoza o Stalin Rivas eran los que más se acercaron.
Sin embargo, años después, apareció un joven llamado
Ronald Vargas de poca contextura física pero con una gambeta y calidad que se perdía de vista. Su carrera como
profesional comenzó en el 2006 cuando su gran mentor y actual seleccionador nacional de Venezuela,
Noel “Chita” Sanvicente, le dio la oportunidad de debutar en ese Caracas que lo
ganó todo. Allí comenzó a deslumbrar a la fanaticada del fútbol venezolano. Ese
mismo año debutó en la Copa Libertadores, donde sus regates y goles se
convirtieron en lo más destacado del conjunto avileño en esa competición.
Estas actuaciones obligaron a Cesar Farías,
seleccionador de la Vinotinto en ese momento, a convocarlo para el partido amistoso ante el
seleccionado de Haití, en febrero del
2008. Este sería su primer juego con el combinado nacional. No obstante, es en junio
de ese año cuando el diez vinotinto
pasaría a la historia. Venezuela derrota por primera vez a la selección
absoluta de Brasil, y Ronald se queda con el papel protagónico de tal
hazaña: una asistencia y un gol con bicicleta incluida dejó a los espectadores
con la boca abierta.
Esta gambeta, al mejor estilo brasilero, fabricada por un venezolano, fue noticia
mundial. Quizás muchos dudaron del talento de este joven criollo, pero quien
haya seguido su trayectoria desde sus inicios en el Caracas estaba seguro
que “el de Guatire” sacaría un as bajo
la manga, como nos había acostumbrado y volvería a sorprender.
La carrera de “Ronita”,
como también se le conoce, parecía pegar
un salto enorme; sin embargo, desde que llegó al Club Brujas, equipo que lo
fichó meses antes del partido histórico contra la Canarinha, las lesiones opacaron
su carrera y el jugador que prometía ser
la gran estrella vinotinto termino alejado de las canchas durante varios
años, después de ser sometido a dos
operaciones de rodilla.
Quizás el diez vinotinto ya dejó de ser una promesa
pero a sus 28 años se encuentra en Turquía tratando de alcanzar su mejor
nivel. En lo que va de temporada lleva ya cuatro tantos y es el segundo máximo
goleador de su club, el Balikesirspor, equipo que forma parte de la primera
división turca.
Hoy, los minutos recibidos en su equipo y los goles
anotados llamaron la atención de su gran maestro, Noel Sanvicente, quien lo
convocó para los partidos amistosos que disputará Venezuela ante Jamaica y Perú
este mes de marzo. Aunque entiendo que detrás de esta convocatoria “Chita” está
buscando lo que todos los fanáticos venezolanos quieren, el retorno del diez.
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