Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
- Mineros es uno de los pocos equipos en el balmpoié criollo que se desplaza en bloque luego de un pelotazo, recurso suficiente para competir en un torneo internacional como representante venezolano. Su tridente ofensivo con Valoyes-Blanco-Pérez cambia constantemente dificultado labores de marcación personal, Blanco y Valoyes son funcionales por la derecha o de 9.
-La segunda zaga de los universitarios se mantuvo atrasada para que el hombre libre no fuese una opción de espaldas al arco de Robles, en el fondo esto se tradujo siempre ventaja numérica en ventaja posicional. El camino era hacer daño por los costados, usando a los extremos.
-Aparecieron entonces las diagonales lideradas por el "exquisito" Edgar Jiménez, con Peña y Valoyes como sus receptores favoritos. Con estas transiciones horizontales se renunció a los balones filtrados y Mineros perdía verticalidad. El profesor Baldivieso había orientado el comportamiento ofensivo local a conveniencia.
-Poco podían hacer los rojos con este hermetismo en su mitad de cancha, nunca encontraron una salida limpia exitosa . La línea de presión minerista fue una muralla dejando el ataque visitante infecundo a partir de la medular. Richard Mercado, el gigante ariete ecuatoriano, estaba fastidiado.
-Con la llegada de Marcos Mathias a Puerto Ordaz, los guayaneses fijaron un claro 4-3-3 como idea madre de la identidad táctica desde el año pasado. Sin embargo para este cotejo salió con Luis Vallenilla proyectado como carrilero. A sus 40 años fue un pilar en la conducción y avance a la altura de la Copa Libertadores. Por desgracia no pudo contextualizar a sus compañeros para ser más concluyentes de cara al gol.
-Ante el transcurrir de los minutos y lo inllevable que se iba haciendo la progresión para Mineros, el "docto" salió en manada al ataque. La única ocasión en la que una triangulación se completó, causó un remate desde la medialuna que fue rebotado por Romo a los botines de Castro, que empujó la diferencia.
-Si la parte potencial de un equipo no aparece, el colectivo se resiente. Mucho más cuando el gol en contra cae al final y de forma inesperada. Esto no justifica la autoexpulsión de Zamir Valoyes, en un gesto claro de tedio al pisar el tobillo de un rival. Este factor, aunada a la merma física y cognitiva de los de Mathias, fue el que verdaderamente dejó a Mineros sin reacción cediéndole tres puntos claves a Universitario que aterrizará en Sucre como líder de su grupo.
Foto: Balonazos
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