James solo mantiene el
apellido de su padre, Wilson Rodríguez, antiguo futbolista colombiano, pero él
les abandonó. A él y a su madre, Pilar Rubio Gómez. Ella vivió desde los tres
años con Juan Carlos James Restrepo, que ha sido el padrastro, el mentor del
nuevo jugador madridista y de quien hereda el nombre. El hombre que desde los
cinco años impulsó la carrera del chaval colombiano. Juan Carlos James era
quien lo llevaba a los entrenamientos y le eligió las mejores escuelas de
fútbol para que adquiriera la técnica que hoy le llevado al Real Madrid.
Restrepo y Pilar Rubio
llevaron a su hijo a la Academia Tolimense. Entrenaba por las tardes y en toda
su evolución tenía sesiones extraordinarias de disparo y tiro de faltas. Pilar
recuerda como si fuera hoy aquel partido en la Pony Fútbol disputada en
Medellín, donde el capitán del equipo infantil Academia Tolima se consagró como
el mejor jugador del torneo y el máximo goleador, con nueve dianas.
Cuenta Pilar, que ese
campeonato fue decisivo para cerrar los ojos y apostar hasta la casa por la
carrera de su hijo. «James David nunca quiso ser futbolista, el desde que nació
ya fue futbolista». Lo dice por las patadas que le dio a lo largo de los nueve
meses de embarazo. Lo primero que la mamá preguntó era si su bebé había nacido
completo, si tenía todas sus extremidades. ¡Y vaya que si salió con dos buenas
piernas para el fútbol!.
Pilar lo trajo al mundo en
Cúcuta porque el papá natural de James, Wilson Rodríguez, jugaba en el equipo
de la ciudad. Tres años más tarde, la madre regresó con su hijo a Ibagué, su
ciudad natal. Acostumbrada desde los cuatro años a ir al estadio Manuel Murillo
Toro, para alentar al Deportes Tolima, la mamá también comenzó a llevar a su
hijo de brazos a la cancha. Por esos días fue cuando Pilar conoció a Juan
Carlos James Restrepo y se enamoró de él.
Restrepo no pudo evitar
que el inocente niño se le metiera en su corazón. Fue quien matriculó a James
en su primera escuela de fútbol. Y ya jugó de diez. Tras ganar la Pony Fútbol
con doce años le fichó el Envigado, equipo de Medellín. Allí destacó, ascendió,
hasta que el Banfield argentino le hizo ser conocido en el mundo. El Oporto le
fichó en 2010. triunfó. Ganó tres Ligas, una Europa League y una copa
portuguesa. En 2013 le cazó el Mónaco. Y en un año está en el Real Madrid, su
sueño. Es el comienzo de una gran amistad.
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