¿Por qué tiene éxito el discurso de Fox? Se aprovecha de la
falta de memoria o, en el mejor de los casos, de la vagancia de todos los
sectores del fútbol ecuatoriano por tener una identidad fuera de la cancha
Esteban Ávila (@EstebanAvila)
Dentro de la cancha, estoy convencido que
el fútbol ecuatoriano goza de una identidad. Basta con preguntar afuera, a
aquellos que no tienen interés determinado. Ellos sabrán decir que,
efectivamente, nuestros equipos más representativos y la Selección se caracterizan por un
despliegue físico respetable, la velocidad de sus elementos por las bandas y el
uso, habitualmente, eficiente que se hace del valor agregado que significa
jugar en la altitud de
Quito.
Eso es en la
cancha. Afuera, decididamente, no
ostentamos ningún rasgo que nos distinga.
Y, a falta de
disfrutar de una identidad institucional, periodística, social, nos hemos visto forzados a
adaptar otras, totalmente ajenas a nuestra idiosincrasia. ¿Por
qué ha sucedido esto? Nada menos que por el poder y penetración de los medios
“transnacionales”.
No hay otra opción para ver la
Libertadores y la Sudamericana que Fox Sports. Hace un par de
años, también era la única opción para seguir la Champions League. Fox es
producida por Torneos
y Competencias (TyC), una empresa que hace 30 años y más empezó
como una modesta realizadora de TV y que, con el paso del tiempo, se convirtió en uno de los amos
del fútbol sudamericano. A toda escala.
TyC es argentina.
Eso no se pudo obviar nunca. Por eso, han hecho lo obvio: imprimir el sello característico del fútbol
y el periodismo de este país como una suerte de fórmula que se divulga 24 horas al día, “de
Canadá a Tierra del Fuego” como ellos ostentan
Lo que hasta
finales de la década de 1990 hizo la revista El Gráfico (con menos
espectacularidad, por su condición de medio escrito) ahora lo hace Fox,
aprovechando su alcance. Su línea editorial es clara: la sublimación del fútbol
argentino como el santo grial de América. Los jugadores de ese país, los
técnicos, son los mejores. El resto de países, o está en capacidad de
contar con su sapiencia y capacidad, o aténgase a las consecuencias de fracasar
y perder.
Caso aparte es la
actitud editorial frente al gran rival de Argentina en el continente. En el
2013, el
discurso en la final de la Libertadores fue abyecto, inmoral y vergonzoso. No jugaban argentinos, estaban Olimpia
(Paraguay) y Atlético Mineiro (Brasil) y el embanderamiento a favor de los
guaraníes cayó en las prácticas más cuestionables de la actividad. No ahondo en
detalles, ustedes mismos vean y recuerden.
Y buena parte del posicionamiento de Fox y
de su discurso argentinizante ha tenido que ver con menospreciar al fútbol
brasileño. Para
darnos cuenta de esta actitud, solamente caigamos en cuenta cuál fue el discurso cuando el
azar obligó a que River y Boca. “El Clásico Sudamericano”.
Para
decir que River – Boca (partido importante y llamativo,
si los hay) es el Clásico de Sudamérica, tienes que pasarte por el
fundillo la enorme historia del fútbol brasileño. Abjurar
de Sao Paulo, Corinthians, Flamengo, Vasco, clubes tan o más grandes que sus
pares argentinos, pasar por alto su gigante aporte a la actividad a escala
mundial. Eso
hace, sistemáticamente, Fox.
Y la lección no pudo ser más
oportuna. El que fue vendido
como “El Partido del Siglo”, “La Madre de todas las Batallas” y demás
obscenidadesterminó siendo, en su primer
chico, un partido inmamable, horrendo y que se definió por un penal.
Ese
sería solamente el punto de partida. Y lo que sucedió el jueves pasado, en el
partido de vuelta, nos
terminó por mostrar la cara más impresentable del fútbol argentino. Todas sus miserias, truculencias y
ripios quedaron expuestas con el escándalo de La Bombonera. Fox se vio en medio de una
situación embarazosa: su producto bandera, el “clásico de
Sudamérica”, se
desarrolló como un espectáculo cavernario y delictual.
¿Qué hacer? Defenderlo. El discurso fue
claro desde el comienzo: no nombrar nunca a la dirigencia del equipo local,
evitar las menciones a la Confederación Sudamericana de Fútbol y buscar, hasta
el final, la aséptica solución de que el resto del partido se siga jugando uno,
dos días después. Como
si nada hubiera pasado.
#CentralFOX ¿El Superclásico se termina el fin de semana en cancha de Vélez? Boca y River, en la dulce espera. http://t.co/krPAm3Utqc
— FOX Sports Sur (@FOXSports_sur) May 15, 2015
Detrás de esto, existe, al menos en Ecuador, una gran audiencia que cree y
asimila este modelo. Están
futbolistas (varios copian hasta la forma de vestir de sus pares gauchos),
hinchas (que creen que escándalos como el del jueves son un ejemplo digno de
copiar) y periodistas (que asimilan frases, dichos y mueren por fotografiarse
con Niembro, Closs y demás).
Así, la argentinización del fútbol
ecuatoriano va a todo vapor. Estar
dentro de ella es ser parte del sistema. Se ostenta haber pasado por la escuela
de Niembro y Araujo (centro educativo que, por otra parte, cerró en medio de
cuestionamientos a su calidad académica) como si eso significara un valor
agregado equiparable a
otros más importantes, como el crecimiento profesional en base a méritos y
cultura. Ser
parte de este sistema implica copiar formatos, puestas en escena. Es decir, alienar con versiones criollas
(muchas de ellas no muy bien logradas) de lo que Fox hace a su escala.
Lo de las barras es
un tema más profundo y grave. A su alcance está la estética, el despliegue de
sus pares argentinos. Los ven, semana a semana, y los imitan. No podría hablar de que copian lo
bueno porque, simplemente, las
barras bravas no tienen nada de positivo. Son grupos delictuales, que viven en
absoluta complicidad con poderes de todo tipo. Sin embargo, acá son epítome de
“pasión, aguante”. Y por eso tienen llegada.
¿Qué hacer? Ser más genuinos. Creo que detrás nuestro (hinchas,
periodistas, dirigentes) existe
una cultura futbolística propia, con la que nacimos y nos desenvolvemos. Debemos asumirla con decoro y
proyectarla. Está el caso de Chile, donde
el discurso de Niembro y compañía cayó en un pozo insalvable de rechazo y la cadena no tuvo otra opción que
vincular periodistas locales.Eso, siendo objetivos, no podría pasar acá, pues no
somos un mercado del tamaño del araucano. Pero, de alguna forma, habrá que
empezar a tomar con pinzas y desinfectante todo
lo que viene de este vehículo alienante, que ha colonizado el fútbol
ecuatoriano.
Extraído del blog de Esteban Ávila
Extraído del blog de Esteban Ávila
excelente analisis amigos! al puto de niembro no se lo banca nadie aca en argentina, asique quedense tranquilos jaja...
ResponderBorrar"¿Qué hacer? Ser más genuinos." exelente propuesta! que vuelva la originalidad de los pueblos latinoamericanos. un abrazo