Ads (728x90)






Diego Sancho (@SanchoDiegoo)


Existe un gladiador venezolano rondando por Europa. Entró desde España, ganando batallas que le crearon cierto renombre en el gremio; hazañas inéditas para su legión. Luego fue a Rusia, donde se rumorea que se volvió más fuerte y peligroso. Los comerciantes más poderosos del este del continente desean exportar su talento a los grandes escenarios para que la gente lo conozca. Todo indica que esta a la altura del combate del primer nivel. Para confirmar el secreto a voces, Salomón Rondón llega a Chile a saldar cuentas con la historia.

 Su perfil no de un killer del área, pero impone cuidado y referenciación de los centrales durante los 90 minutos. Sabe recibir con ambos pies y bajar servicios de pecho. Juega de espaldas al arco, concepto que dominan pocos goleadores. Con este recurso puede aguantar la posesión para que las camisas vinotinto puedan recibir frente al arco. Usa el cuerpo para escudar el esférico. Le sirve mucho a Josef Martínez, que puede penetrar el espacio con mayor rapidez.

Receptor de memoria de los saques de meta, con su altura puede aclarar la jugada peinando el pase aéreo a un compañero por lado. Por el juego aéreo es espinoso y tiene gol, puede defender en los córners de su equipo. Su descomunal poderío físico le permite un disparo fuerte. En los contragolpes desequilibra más por empuje que por hábiles movimientos. Rondón es todo lo que un ariete del juego directo debe hacer. 

Se ha ganado el apodo de “gladiador” es por ser aguerrido y no dar tregua. Su jerarquía va más a allá sobre estadísticas y anotaciones, este delantero conoce varias funciones de su posición y hace uso de ella. La última línea rival suele sufrir su pressing, no intercepta balones en demasía, pero exige máxima concentración. Esta preparado para el choque, su fuerza y tamaño le dan la ventaja. Muchos equipos suelen evitarlo saliendo con superioridad numérica. 

Esta presión que exige Noel Sanvicente sirve para que el rival quede aminorado en un contragolpe. Cuando hay desorden en el rival; no puede pasar lo mismo en Venezuela. Por eso los movimientos coordinados suelen tener como finalizador a Salomón. Con Alejandro Guerra como armador y la velocidad de Martínez en el área, se pueden dar distintos circuitos de pase de sagaz elaboración entre este triángulo. También “Salo” puede retener el balón para abrirle espacio Juan Arango, quien desenfundaría su conocido zurdazo.

Lo más seguro es que su participación en la Copa América le dé réditos suficientes para emigrar a gigantescos coliseos, donde el graderío sea menos paciente que público ruso. Pero en la mente de nuestro corpulento criollo solo hay sed de gloria por el presente. Sus habilidades serán exigidas ante lo mejor del continente, y cada pelea será distinta a la siguiente. Sanvicente no quiere soldados débiles, y ante cada oportunidad de liquidar al oponente bajará el pulgar para que se le ejecute. La misión de Rondón será no perdonar.

Publicar un comentario