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Carlos Beltrán (@beltrancarlos6


Han pasado varios días desde aquella definición por penales que le entregaba en definitiva el primer título de Copa América a Chile en detrimento de Argentina, aún siguen intactas las secuelas que desató en un fracaso más para esta generación actual de grandes jugadores que tiene la selección “Gaucha”, encabezada por el mejor futbolista del mundo Lionel Andrés Messi Cuccittini, es precisamente sobre él, que han recaído toda clase de críticas, reprobaciones y juicios de propios y extraños. Increíble la forma en que se han desencadenado en los señalamientos al “Crack” Rosarino, sencillamente van a llegar al punto de cansarlo, puesto que su propio país se ensaña en recriminarle la falta de éxitos con la absoluta, de tildarlo hasta de “pecho frío” y desaparecer de las instancias más importantes. No me cabe en la cabeza las injurias atribuidas hacia Lio, el grande.

Justo al momento de presenciar el penal cobrado a lo “panenka” por parte de Alexis Sánchez que desbordaba en la felicidad del pueblo austral, a través de la red social Twitter fui testigo de infinidad de trinos teledirigidos a Messi como el principal culpable de seguir extendiendo la sequía por 22 años sin consagraciones (Ecuador 1993 fue el último título), perdiendo la sexta final en ese lapso de tiempo. Se llegó al punto de criticar hasta el gesto que tuvo de despojarse la medalla que lo acreditaba como subcampeón, en el que hicieron analogías con la imagen de un desconsolado Maradona portando dicha medalla en la final del Mundial de Italia 1990. Los medios definitivamente crucifican a un futbolista, pero no saben que dentro de ellos está primero el ser humano, la impotencia de sentir que has claudicado en darle una alegría a un país, lo que no ven es que así Messi sea el referente, primero está el colectivo, ese colectivo falló en momentos claves, ese minuto 90´ con monedas en el que Higuaín tuvo en sus pies el título pero de forma inexplicable erró, luego en el cobro desde los 11 metros lo mandó a la luna. Sin irnos tan lejos un año atrás en una ocasión clara “El Pipita” solo frente a Neuer definió de manera horrible y nada que hablar la que tuvo Palacio (Era por abajo, Palacio), que hasta canción en homenaje a esa jugada le compusieron. Así queda demostrado que a Lionel no se le pueden achacar todas las frustraciones sufridas en el último tiempo.

Hace poco tuve la fortuna de ver la película de Messi, narrando entre su historia el amor por la pelota, las vivencias de las personas que lo rodean desde pequeño, las anécdotas de sus maestros de escuela, amigos de barrio, etc. Entre ese cúmulo de hechos, hubo en particular dos que me llamaron la atención, la primera fue del Flaco Menotti en la que previo a un partido de la selección Argentina, lanzó esta pregunta:
  • Flaco al plantel: "¿ustedes saben cuántas pelotas hay que darle a Maradona?"
  • *nadie contestó* 
  • yo les voy a decir: TODAS".
Si esto se traslada a la actualidad, en un análisis que hicieron a través de video sobre la incidencia de Leonel en el partido de la final contra Chile, definitivamente sus compañeros no le pasaron la pelota, no lo buscaron, en más de una ocasión estuvo libre, desmarcado para recibir y empezar a encarar con su gambeta endemoniada, pero no lo aprovecharon. Lo anterior contrasta con lo que ocurre en el Barcelona, todas las bolas pasan por él, es el constructor del juego blaugrana, cuando recibe solo hay que estar atentos que va a sacar de la chistera.

La otra apreciación que se me quedó grabada de la película, fue la de Sabella:

  • Sabella: “Messi no está, pero está”.
Messi puede estar desaparecido en un partido, pero en un abrir y cerrar de ojos con una jugada te desequilibra hasta la defensa más férrea. Lo critican porque en ocasiones camina la cancha, pero por favor, él mientras deambula por el gramado ya tiene en su cabeza lo que va a hacer, analiza el panorama, piensa y actúa mucho antes que todos, por eso es el mejor.


Para finalizar este texto, no me quiero ir sin antes dejar sobre el tintero algo que a día de hoy es muy cierto, a figuras de la talla de Messi en el fútbol, Federer en el tenis, no les podemos pedir que ganen campeonatos, títulos, premios, etc, al contrario tenemos que ser agradecidos por verlos jugar. Que los que se crean dueños de la verdad absoluta sigan hablando, en ocasiones denigrando del buen nombre de este tipo de deportistas, mientras tanto yo solo le digo a Messi,que los perdone porque no saben lo que dicen”.

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