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Matías Sabini (@SabiniMaty


Fue una tarde distinta. No tuvo al italiano Andrea Pirlo como compañero ni al español Álvaro Morata bajándole pelotas para crear una situación de peligro. Tampoco compartió equipo con Arturo Vidal, el chileno inalcanzable recuperador de pelotas ni con Stephan Lichtsteiner, el suizo que pasa por el lateral derecho como un avión para brindarle otra opción de pase y complicar a los rivales.

"El fútbol argentino es otro, me va a llevar tiempo hasta que agarre la costumbre del roce", dijo Carlos Tevez en conferencia de prensa luego de la victoria 1-0 ante Quilmes. Además agregó que “a medida que vayan pasando los partidos” se irá adaptando mejor a la cancha y a sus compañeros. Sin embargo, el ex Juventus hizo de las suyas.

A los 40 segundos de juego se dio el lujo de mostrar su clase nuevamente en el verde césped de la Bombonera. Recibió una pelota de Fernando Gago, la durmió y continuó con un sombrero exquisito para el hincha Xeneize. Crack.



Muchas veces se encontraba solo por la zona media del campo de juego y obligaba a Jonathan Calleri a jugar sobre el lateral izquierdo. Cuando cambiaron los roles, Tévez usó su fuerte: el contacto y la calidad. Recibió el balón, encaró al defensor y le ganó con el cuerpo. Al frenarse, amagó a dar el pase y salió con categoría pegadito a la línea final. Hubo aplausos para el 10.





Lo minutos transcurrieron y Boca ya ganaba. El partido se conectó en modo “un gol de Carlitos” y todos hacían fuerza para que eso ocurriera. Lamentablemente, el travesaño le quitó el grito de gol a Tévez.



El Apache fue el jugador de mayor precisión en pases en campo rival con 82,8%. Un dato no menor.  Ya en los últimos minutos, se lo pudo percibir aislado y cansado. El desgaste del partido lo llevó a participar menos en el juego. Nada para preocuparse.


Boca logró ganar y, con 37 puntos, se mantuvo en la cima del Torneo de Primera División del fútbol argentino. Luego de 3865 días, Carlitos, como dice su camiseta, volvió a su casa para seguir haciendo historia. Al retirarse del estadio, el Apache invitó a todos sus compañeros y al cuerpo técnico a cenar. Tévez muy bien…

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