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Diego Sancho (@SanchoDiegoo)


Al fútbol chileno parte el mejor volante ofensivo del venezolano. Luego de años de crecimiento, idolatrías y especulaciones, Rómulo Otero eligió su destino para continuar su prometedora carrera. Acá evaluamos si su decisión va en consonancia con la forma en la que un profesional debe abandonar su cuna deportiva y si Huachipato –club chileno que en el cual jugará a préstamo en la 2015/2016- le ayudará a mejorar su trayectoria.

Lo cierto es que en Caracas dejó su impronta. Sus crecientes cualidades le convirtieron en piedra filosofal de un conjunto que busca hacer daño a pelota parada. Su presencia en ambas bandas, preferiblemente por la izquierda, con desbordes hacia adentro causa que muchos oponentes prefieran detenerlo con faltas. Varias de sus conversiones de tiro libre anteceden de infracciones que recibía cuando hacía este movimiento. Como no es de sacrificios defensivos, su posición suele ser adelantada y puede anotar un gol diestramente solo una vez que el balón cae en sus pies. En la última temporada Eduardo Saragó le dio libertades ofensivas que demostraron la efectividad del sistema en base al crack.

Su camino siguió brillando con participaciones por Copa Libertadores y en la selección nacional. En la vinotinto anotó en su segundo compromiso oficial ante Perú. Cuando esta cayó en ese oscuro limbo en el que no tenía un director técnico fijo, anotó un golazo de tiro libre en un amistoso frente Honduras. Fue el único que aprobó el examen en aquel accidentado encuentro. Con un Juan Arango menguado por los años y pensando en colgar los botines, Otero parece ser el designado a colocarse delante de la barrera de otros combinados nacionales.

¿Porque un jugador así no se había ido antes del país?

Cuando nos pagan nuestro primer salario soñamos con ganar millones en poco tiempo, un deseo juvenil por defecto. Lo mismo pudo pasarle por la cabeza a este chamo. Muy fácilmente pudo irse tempranamente a cualquier rincón del mundo en busca de la jugosa moneda extranjera. Un futuro asegurado a corto plazo, pero con incertidumbres a la vuelta de la esquina. Podía haber sido un Darwin Machís, que luego de media docena de goles en un semestre se fue apurado a Europa donde tres temporadas después sigue estancado en categorías inferiores.

Antes, 20 años atrás, el futbolista sudamericano llegaba a Europa con años de competencia encima. Para que le tomasen en cuenta en el Viejo Continente debía viajar por certámenes internacionales y jugar en sus mejores clubes. Y Venezuela no pertenece a esta élite, por mucha calidad que pueda tener el de El Tigre. Medirse ante Mineros de Guayana o Deportivo Táchira no requiere el acervo cualitativo como hacerlo ante Colo Colo o Universidad Católica. Demostrar progreso y entendimiento de una idea de juego en latitudes mayores esgrime la bandera de la adaptación y madurez. Chile es la tierra donde puede ostentar si es capaz de congeniar fuera de su zona de confort.


Un jugador con buenos recuerdos en el pasaporte, recursos interesantes, joven –más no adolescente- y titular en su selección esta listo para dar el salto. Lo más importante es que emigra a una institución que prácticamente le dará la titularidad y disputará Copa Sudamericana 2015. Lo que más necesita en este momento de su carrera, en el que su talento va floreciendo, es demostrar que, sea en Huachipato o en Caracas, es ese escurridizo imán de faltas que fusilará al guardametas si consigue el perfil deseado. Desde Europa estarán monitoreándolo.

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