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Rubén Guerrero A. (@RubenGuerreroA)

Con 29 años de edad, recorrido en distintas Ligas del mundo (prestó sus servicios en el fútbol español e incluso en Rumania), el uruguayo Juan Ángel Albín goza de estabilidad arraigado en el balompié mexicano. Formando parte de las filas del Veracruz, equipo en el que es el orquestador ofensivo, el atacante comanda el aparato ofensivo de un club humilde, cercano a su afición y con metas altas, que se ilusiona y aspira a cosas grandes.

En la cancha es un futbolista polivalente; lo mismo juega bien pegado a la banda, que detrás del centro delantero y hasta como enganche, y es aquí, donde Carlos Reinoso, su entrenador, ha conseguido ubicarle en beneficio del conjunto jarocho. Albín también ejerce de líder anímico: “Este es un cuadro grande, un club con el que se disfruta jugar y ganar; nuestra obligación es cerrarle espacios a cualquier rival, complicarles la vida”, aseguró después de su primer semestre en la Liga MX.

Surgió del Nacional de Uruguay, conjunto del que emigró en 2006. Su talento lo llevó a Getafe, donde estuvo hasta el 2011; luego fue transferido al Espanyol de Barcelona. Su carrera vivió momentos de inconsistencia por entonces: en 2012 regresó al Nacional y meses más tarde emigró al Petrolul Ploiesti rumano, hasta que a finales del año pasado fue transferido con los Tiburones Rojos. En el Puerto de Veracruz, ha recuperado la confianza de antaño y el nivel de juego dinámico y vertical de sus mejores partidos.

Sus actuales socios en el campo son el argentino Gabriel Peñalba, contención de mucha salida y esfuerzo defensivo, que inicia los embates al rival, uno de sus mejores confidentes en la cancha; adelante, Julio Furch y Daniel Villalva completan la baraja de atacantes importantes. Albín, ha ganado con argumentos en la cancha el cariño de su afición y la confianza del plantel y su entrenador. Es su ‘10’.

“Es un buen chico, que se ha esforzado por sumar con el equipo; siempre está con la disposición de aportar algo al grupo”, así define el chileno Carlos Reinoso a su pupilo. Y es que, más allá de lo futbolístico, Juan Ángel se ha tenido que acoplar a las condiciones climáticas de Veracruz, a jugar a más de 30 grados centígrados de local, además de la inseguridad que reina en el Puerto. Hasta ahora, Albín suma 18 encuentros de Liga disputados, una asistencia y seis goles. Es uno de los eslabones más importantes en un esquema (4-4-1-1) en que su presencia es relevante.  

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