Carlos Beltrán (@beltrancarlos6)
El
Fútbol a través de su larga historia ha tenido metamorfosis en todos su
ámbitos, en el último siglo de lo más destacable tal vez ha sido la inclusión
de la tecnología en este deporte, para bien o para mal tanto jugadores como
aficionados nos hemos venido acostumbrando a su papel preponderante en el
terreno de juego. Pero no solo de tecnología vive el hombre, para materializar
esta idea hace falta ‘$/£/€’, es el
común denominador de las últimas épocas y que ha incursionado dando un giro de
360° al mundo del fútbol. Los Jeques con sus valijas llenas de ‘petrodolares’
no sabiendo en que más invertir sus ‘ahorritos’, irrumpen no sé tal vez si por
capricho, hobbie o mera casualidad en el deporte rey, buscando la nueva ilusión
de un club en pro de optar por cosas importantes o en su defecto por continuar
reforzando la hegemonía en los respectivos torneos nacionales/internacionales.
A
raíz de estas inversiones multimillonarias es que el fútbol - en parte - se ve
desde otra perspectiva, los clubes ‘chicos’ sucumben en sus aspiraciones ante
el poder del dinero, la balanza en el mayor de los casos se nivela para el lado
de los que tienen más y siempre van a querer más.
Fiel reflejo de estas cifras estratosféricas,
es lo ocurrido el pasado 05 de Agosto de 2015 cuando ya estaba más que
‘cocinado’ el fichaje de Angel Dí María
(El Fideo) por parte de la
institución que precede el Qatarí Nasser
Ghanim Al-Khelaïfi Casas, si señores el equipo de la ‘Ciudad Luz’, el todopoderoso de las ligas y copas del país ‘Galo’ en los últimos años, el Paris Saint-Germain depositaba la módica suma de 63M€ al Manchester United para hacerse con sus servicios, convirtiéndolo en
la segunda adquisición más costosa desde que inició el mandato de los de
Qatar luego de la realizada en el año
2013 por el ‘yorugua’ Edinson Cavani proveniente del SSC Napoli por 64.5M€ y ubicando al ‘Fideo’ en el umbral de los futbolistas que
más dinero acumulan en transferencias para un total de 179M€, una barbaridad.
Si
a día de hoy traemos a colación cuando un muchachito ‘larguirucho’ jugaba a la
pelota en el club Torito de su
barrio a tan solo unos metros de su humilde hogar, aquel ‘flaquito’ dejaba
perplejos a propios y extraños con la facilidad que tenía para gambetear
rivales y mandar a guardar la pelota al fondo de la red. En la final de un
torneo infantil enfrentando a Rosario
Central el ‘Fideito’ con tan solo 6 años de edad por aquel entonces la
descoció, lo que motivó a los directivos ‘Canallas’ a mover ficha para
comprarlo, el presidente del Torito pidió
26 balones a cambio para poder aumentar los ya escasos recursos con los que
contaba el club, a día de hoy aún están esperando por las pelotas que nunca
llegaron. Su vida cambio totalmente al momento de ser ‘comprado’ por el club de
la otra mitad de rosario, su humildad siguió vigente tal cual como lo es en la
actualidad. Según anécdotas de aquella época, Angelito llegaba a sus
entrenamientos con las manos sucias de repartir carbón, el negocio familiar con
el que se sostenían económicamente. Todo tiene su premio en esta vida y más si
se hace con el corazón, el Rosarino con todo el sacrificio realizado tendría
unos años después el reconocimiento necesario para sacar a delante a sus
viejos.
Desde
el barrio obrero de ‘La Cerámica’,
en la calle ‘Perdriel’ donde aquel
flaquito hiperactivo jugaba a la pelota (recomendación del médico a su mamá o
sino le destrozaría toda la casa), es en la actualidad de este mercado de
verano uno de los fichajes más rimbombantes a nivel mundial, luego de un paso
efímero por los ‘Diablos Rojos’ de Manchester, recala en un club donde
predomina el afán por continuar reinando en Francia y sentar un precedente a
nivel Europeo (deuda pendiente).
Quien
iba a pensar que esas 26 pelotas por las que supuestamente fue comprado el
‘Fideo’ hoy lo conviertan en el jugador que más dinero ha recaudado en
transferencias. Si hacemos cuentas, cada balón costaría aproximadamente 6.88M€, una locura. Mientras tanto Ángel Fabián Di María va a seguir
moviéndose con su singular gambeta por los terrenos de juego franceses y
europeos, tal cual como lo hizo en sus inicios en Torito y Rosario Central el
equipo de sus amores.
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