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Diego Baquero (@DiegoBaco23


Decía Gabriel García Márquez que la vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir. Termina el mes de Septiembre, el tercero de Gerardo Pelusso al mando de Independiente Santa Fe y fue este el periodo en el cual se presentaron un cúmulo de chances para perdurar en la búsqueda de los tres torneos en los cuales el equipo sigue estando vivo. ¿Por qué sobrevivir? El equipo perdió a dos de sus mejores armas, Dairon Mosquera y Omar Perez –tanto en defensiva como en ofensiva- a mediados del mes de Agosto y precisamente fue durante Septiembre donde el equipo debía tirar del plantel y de la capacidad del Cuerpo Técnico para sobreponerse a estas sensibles bajas y sobrevivir. ¿Lo logro?

Durante este mes el equipo jugó 9 partidos en 27 días, arrojando un promedio de un partido cada 3 días exactamente. Con estos se acumularon ya 23 partidos en 79 días, es decir un juego cada 3,4 días. Los resultados no fueron los mejores pues de estos 9 partidos el equipo ganó solamente 2, empató 3 y perdió 4, convirtiendo 5 goles y encajando 8 con la salvedad de que 5 de ellos fueron desde el punto penal. Sin embargo, mirando el contexto general -y no específico- el equipo se mantuvo en pie en los tres torneos que está disputando llegando a las semifinales de la Copa Águila, manteniéndose entre los 8 mejores de Colombia y accediendo a los Cuartos de Final de la Copa Suramericana.

El equipo alterno entre el 4-4-2 y el 4-3-1-2 buscando encontrar soluciones que por momentos aparecieron y por momentos no. En la figura de enganche apareció Armando Vargas, en los papeles el sustituto ideal de Omar Pérez, sin embargo sus actuaciones y su poca actitud llevaron a Pelusso a pensar en Luis Quiñones como una alternativa para este puesto. Fue en el partido de vuelta vs Nacional de Montevideo que el uruguayo sorprendió con esta variante táctica y a pesar de haber perdido el juego, el equipo mostró cosas muy interesantes en cuanto al manejo del balón y de los tiempos del juego. No obstante, fue el módulo de 4-4-2 el que se mantuvo como el principal argumento futbolístico del equipo, con un doble cinco y dos volantes externos que tienden a buscar ganar la raya o bien a construir juego interno con los dos delanteros. La banda derecha se convirtió en el principal recurso ofensivo del equipo, pues el juego por el centro y la banda izquierda debido a las bajas, estuvieron en “reconstrucción”.

El fútbol es una cuestión de momentos. Aquello que resaltamos durante Agosto acerca de la eficacia en las áreas y saber aprovechar los momentos a favor brillo por su ausencia durante este mes. Durante los primeros 60 días de trabajo el equipo marcó 24 goles, 12 en cada mes, y en este último solamente fueron 5 las dianas conseguidas a pesar de haber logrado llegar al área rival creando ocasiones manifiestas de gol que no pudieron ser concretadas, incluidos dos tiros desde el punto penal. Al no aprovechar esos momentos el desarrollo de un juego se puede poner cuesta arriba y fue precisamente eso lo que sucedió en varios de los partidos de este mes en los cuales se perdieron muchos puntos en los minutos finales de los partidos. Además, a la falta de eficacia en el área rival se sumaron errores individuales –y no colectivos- en momentos claves que también hicieron que el equipo perdiera puntos y partidos. Decía Eduardo Lujan Manera, entrenador argentino que “una cagada es un gol, un gol es un partido y un partido es un campeonato” y justamente esos errores individuales aparecieron en momentos claves de los partidos y por supuesto opacaron el trabajo del equipo reduciendo el análisis a un marcador final desfavorable para el equipo, que a pesar de tener o no un buen rendimiento durante un determinado partido, veía como el análisis se veía mermado por la ceguera, afán y locura de fijarse solo un resultado.

El proceso de restauración ofensiva y defensiva del equipo parece haber llegado a su fin. La aparición de Leyvin Balanta parece ser una nueva y a su vez excelente alternativa para volver a utilizar las dos bandas para vulnerar a los equipos rivales. En el último encuentro se lo vio muy bien, acoplado al colectivo y aprovechando su buena salida al ataque. Lo importante con él será que logre mantener un nivel acorde a lo que exige el club y por supuesto, el Cuerpo Técnico. Además, el regreso de Omar Perez, símbolo e ídolo del equipo, da un nuevo aire y múltiples soluciones a la hora de encarar los partidos tanto fuera como dentro del campo ya que su simple presencia potencia a sus compañeros.


De todas maneras es importante resaltar que el equipo por momentos decide defenderse muy cerca de su propia área. Lo primero que viene a la cabeza del espectador es que es una orden que viene desde la raya, sin embargo hay que tener en cuenta varios factores: primero, el equipo rival también juega y sobretodo en la desesperación de la búsqueda de un resultado. Esto conlleva a que se acumule gente en ofensiva y sea inevitable tener que replegar líneas y apostar únicamente al contragolpe. Otro factor es el psicológico, pues no hay que olvidar que los jugadores buscan defender la ventaja obtenida e inconscientemente se retrasan en busca de obtener una solidez defensiva que permita solventar el envión del rival, más en momentos donde el equipo no viene obteniendo buenos resultados y el afán de ganar un partido para salir del ‘bache’ de malos resultados está presente en la mente de ellos. Una buena alternativa frente a esto se dio precisamente en el último partido del mes, vs Emelec, cuando con la entrada de Omar Pérez se buscaba mantener la posesión del balón lo más alejado posible al área propia sin desarmar la doble línea de 4 y buscando aprovechar la salida rápida del delantero punta, en este caso, Wilson Morelo. 

4 volantes + 1 enganche + 1 delantero. La fórmula para buscar defender lejos del propio arco

Sobreviviendo, así se puede resumir este mes de trabajo de Pelusso. Lo que tanto le gusta a los espectadores que son los resultados están: el equipo está entre los 8 mejores de Colombia, en la semifinal de la Copa Colombia y lo más importante, entre los 8 mejores de América. El funcionamiento y el juego se vieron mermados en algunos momentos pero sin embargo el equipo nunca dejo de competir, jugando bien, regular o mal. El tema físico empieza a pasar factura y a priori, el mes de Octubre tendrá 8 partidos en 24 días, razón por la cual la rotación será inevitable. Lograda la supervivencia viene el momento de perdurar en la lucha por los tres torneos: Ganar, ganar y ganar. Quien quiera espectáculo que vaya al teatro…

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