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A sus 34 años de edad es capitán y máximo referente de su club

Miguel Mea Vitali logró debutar con tan solo 18 años de edad en la primera división del fútbol venezolano con el Caracas Fútbol Club. Un año más tarde se convertiría en internacional con la selección de Venezuela

Foto de Miguel Mea Vitali entrenando en Cocodrilos Sports Park


Por: Gabriel López (@Gabriel_1021)

En la época de los 90´s donde el fútbol venezolano no soñaba ni con acercarse a lo qué es hoy día, era muy difícil imaginar algún jugador que pudiese brillar. Aun así, en la Escuela de Fútbol de Montalbán, participaba un pequeño y extrovertido niño que más adelante se convertiría en uno de los grandes jugadores que tiene nuestro país: Miguel Mea Vitali. Estudió bachillerato en el Colegio San Agustín del Paraíso, donde continuó su buen desempeño en las canchas, esta vez en los torneos colegiales. A medida que pasaba el tiempo, Mea Vitali, era constantemente convocado a los diferentes módulos de la selección nacional en sus inferiores. En el año de 1995, participó en un Mundialito, en el Estadio Brigido Iriarte, en el cual destacó por sus asistencias y marcaría su llegada a las inferiores del Caracas FC.

“Miky” –apodo del jugador- nunca vio como ventajoso tener a su hermano mayor Rafael Mea Vitali en el mismo equipo, pero sí reconoce qué fue un gran plus a la hora de convertirse en un profesional del balompié y además afirma que siempre fue su modelo a seguir: su referente. “Yo me acercaba a los entrenamientos de mi hermano cada vez que podía, incluso muchas veces fui recoge pelotas del Caracas FC a nivel nacional e internacional –partidos de Copa Libertadores- en la antigua sede del equipo, en El Brigidio Iriarte”. La constancia y disciplina que mostraba aquel muchacho desde tan temprana edad, ya marcaba lo que podía depararle en un futuro.

Debut como profesional

Luego de tanto insistir e insistir, Miguel Mea Vitali, debutó como profesional en 1999, con el equipo que le daría su primera oportunidad y la postre sería el de sus amores: Caracas FC. “Recuerdo mucha emoción y a la vez un gran nerviosismo. En la actualidad está la regla de que los equipos deben tener de un juvenil de forma obligatoria, para ayudar al desarrollo del futbolista en las selecciones sub 17 y sub 20. Fue un partido de local ante Zamora que ganamos 1-0, con gol del Jorge “El choco” Giraldo y jugué los últimos 5 minutos del encuentro”.

El fútbol siempre fue primero en la vida de Miguel Mea Vitali. Solo su familia era más importante que el deporte. La madurez que tenía el caraqueño dentro y fuera del campo no reflejaba su corta edad.

Debut en la selección de Venezuela

La selección venezolana para el año de 1999 estaba comenzando a jugar fútbol de forma competitiva. Éramos la cenicienta de Sudamérica y aunque para todo jugador era un sueño ser convocado, a su vez ir a jugar radicaba en ponerle más corazón que juego para poder representar al país.

A los 19 años de edad, luego de su debut con el Caracas FC, Miguel Mea Vitali logra vestir la camiseta de su país. Lo hace de la mano del ex entrenador argentino, José Omar “El Pato” Pastoriza, quién fue una de las figuras más importantes y relevantes en la historia de nuestro fútbol. “Fue algo muy atípico para mí porque me tocó debutar en una posición que no era la habitual. Entré a ocupar el lateral izquierdo, puesto dejado por la expulsión de David McIntosh. Siempre agradezco a Pastoriza, que en paz descanse por darme la oportunidad de cumplir mi sueño como Internacional”.

Partida al exterior

‘Miky’ tenía un nexo con su familia muy fuerte. Era muy difícil pensar que él “abandonara”, por decirlo así a su gente –familia- por el fútbol. Miguel estaba estudiando Administración, en la Universidad Católica Andrés Bello, cuando en un día cualquiera se le presentó una gran oportunidad. “Llegó un momento difícil. Yo ya era profesional con el Caracas FC y con la selección. Se me dio la oportunidad de ir a jugar 2da división en España y gracias a dios mi familia –mis padres y mi hermano- me ayudó a tomar esta decisión y vivir esta linda aventura que me ofrecía el fútbol”.

Para ése momento era algo impensado que un futbolista con pasaporte venezolano tocara tierras extranjeras y mostrara su calidad. ‘Miky’ comenzó una larga pasantía por Europa, en donde fue ficha de varios equipos como el UE Lleida de la 2da división España, el Levadiakos de Grecia, el AS Sora y el SS Lazio de Italia (todos pertenecientes a la 1era división de sus respectivo país). “De cada etapa aprendí muchísimas cosas, pero más allá de lo futbolístico me quedo siempre con los valores y el respeto que uno se fue ganando con su esfuerzo. La forma de vivir en cada país es muy distinta. Eso son los recuerdos más lindos que me llevo, sumado a la experiencia que tuve de jugar grandes partidos, enfrentar grandes rivales y visitar grandes estadios en Europa”.

Un hombre de familia

Cuando no está entrenando y jugando, es decir, cuando no está trabajando porque el fútbol es su profesión… Miguel Mea Vitali comparte con su familia. Él se describe como una persona muy hogareña y familiar. Le gusta estar con su esposa, sus hijas y su perro. “Soy muy tranquilo. Tengo 3 hijas a las cuales les dedico mucho tiempo”.
Quizás podría sonar un poco redundante pero se confiesa fiel admirador y observador del fútbol en general. Ve muchísimos partidos de todas las ligas del mundo cuando está en su hogar descansando. “Ver partidos te ayuda a seguir creciendo y saber qué puede mejorar uno mismo”. Asimismo, reconoce que ve mucho béisbol y en ocasiones baloncesto porque en algún momento de su vida como la mayoría de los niños venezolanos jugó algunos de estos deportes como hobby.

El fútbol no representa un tiempo perdido para él, pero si considera que hay muchas oportunidades en las que el viajar le quita tiempo con su familia. Con autoridad afirma que no le gusta viajar con su familia cuando le toca partido en el interior porque el trabajo necesita 100% de concentración, pero cuando le ha tocado viajar a jugar Copa Libertadores o con la selección en el exterior, ha llevado a sus hijas para que vean a su papá en un terreno de juego. “En otras épocas era más fácil viajar y podía darle esos regalos a mi familia. Hoy por hoy es más complicado y por ende no lo hacemos muy a menudo”.

Miguel Mea Vitali quiere que lo recuerden como una persona humilde, sencilla y trabajadora. Él siempre tendrá una palabra de apoyo para cualquier compañero de equipo y sobre todo para su familia porque eso demuestra su gran respeto y valor sobre las demás personas.
Los días más memorables de su vida fueron: cuando se casó y el nacimiento de sus hijas. Además, le gusta sacar a pasear a su perro Bimbo. “Yo lo conseguí en las calles de Roma, en el año 2004 y desde ahí ha viajado conmigo a todos lados donde he jugado”.

La relación con su hermano Rafael es lo más lindo que ha podido tener en la vida aparte de su esposa e hijas. No solo son hermanos de sangre sino que además fueron en varias oportunidades hermanos de equipo. “Lo más lindo que me ha pasado en el fútbol fue estar con mi hermano en el mismo vestuario y estoy seguro que para él y mis padres igualmente: es realmente lo más hermoso. De más está decir que aparte de los clubes, estuvimos en la selección y fue algo mucho más grande”.

La vida y el fútbol para ‘Miky’ van de la mano. Si tuviese que volver a nacer haría las coas exactamente cómo las hizo y solo reharía algunos aspectos y decisiones que en algún momento pudieron afectar su progreso tanto como jugador y persona.

Caracas, mi segunda casa

Miguel Mea Vitali todos los días de su vida agradece al Caracas Fútbol Club por haberle brindado la oportunidad de ser reconocido en el mundo del fútbol. “Gracias a Caracas me convertí en jugador profesional y pude ser llamado a la selección. Es mi casa”.
Jugar, vestir la camiseta y representar esta institución para Mea Vitali ha sido lo más lindo de toda su trayectoria. A pesar de haber estado en equipos extranjeros, nada se compara con pertenecer al equipo más grande del fútbol venezolano.

Esta es su quinta temporada en el club capitalino (1999-2000, 2002, 2004 Y 2014 hasta el momento). Es el club donde ha militado más veces y además, acaba de renovar contrato con la entidad hasta diciembre de 2017 para seguir alargando su trayectoria. Así lo dio a conocer la web del club en un comunicado.

El crack de origen italiano a pesar de no estar con el club en temporadas consecutivas en sus inicios, siempre dejó su huella marcada. Para la directiva del equipo siempre fue especial verlo irse y triunfar en el exterior y luego volver con mucha más experiencia a su hogar. En el Caracas FC siempre tuvo y tendrá las puertas abiertas.

Actualmente, Miguel Mea Vitali, ya dejó de ser un jugador importante. En estos momentos es el jugador más importante y significativo del club. A sus 34 años de edad, ‘Miky’ es el capitán del Caracas FC, lo que no es solamente es ser un líder dentro del campo si no un líder afuera de él. “Es una linda responsabilidad, lo cual estoy muy agradecido por la confianza del cuerpo técnico, tanto el anterior como el presente y también la confianza de la directiva y por supuesto de mis compañeros. La comunicación es muy sencilla porque estoy rodeado de grandes seres humanos y me han ayudado a llevar esa banda de capitán. Ellos se apoyan en mí y yo me apoyo en ellos, y esto ha facilitado mi responsabilidad de ser capitán de la institución. Más allá de yo llevar la banda, sé que hay muchos capitanes y líderes que han sabido llevar el camerino de una excelente manera”.

Un jugador de fútbol normalmente luego de los 30 años ya es considerado “pasado de edad” por algunos críticos de la disciplina deportiva, por todo el sacrificio que requiere estar dentro del campo. Mea Vitali, ha demostrado que la edad no es una dificultad para él. ‘Miky’ es como el vino, mientras más viejo y añejo, mucho mejor es. En estos momentos se encuentra en una fuerte y dura rehabilitación debido a su operación en su rodilla, pero asegura que pronto volverá más fuerte. Para ‘Miky’ lo más importante, aparte del profesionalismo, es el comportamiento fuera de los terrenos de juego. “Es más importante lo que haces en tus actividades ajenas al deporte. Dentro del campo todo es vigilado y controlado por el equipo. Pero si fuera de la cancha te portas mal lo vas a terminar pagando muy caro. Es por ello que hoy día ves a muchos futbolistas que a pesar de su edad siguen marcando diferencias”.

Ricardo Andreutti, mediocampista central que hace dupla en el presente con ‘Miky’, lo ve como un ídolo desde siempre y ahora en su nuevo rol de capitán, le considera mucho más importante dentro del club. “De niño fue un referente  para mí. Cuando fui creciendo y dedicándome a esta profesión, tuve la dicha de enfrentarlo y ahora lo tengo como compañero. Es mi amigo y cada aspecto dentro y fuera de la cancha sigue siendo de admirar. Es un ser humano espectacular y un hombre de familia dedicado a sus hijas”.

En enero de 2016 continuará el trabajo del equipo en su preparación para los partidos de clasificación de la Copa Libertadores y para Miguel Mea Vitali solo hay una cosa qué hacer: trabajar duro. “Sería muy lindo volver a estar en Libertadores y por ello afronto este reto con mucha responsabilidad”. Asimismo, el Caracas FC se encuentra en una etapa de transición debido al despido de su anterior técnico y la llegada del nuevo director técnico Antonio Franco.


El técnico del Caracas FC enfrentó a Mea Vitali en sus tiempos en las inferiores y ahora los está dirigiendo. Para el DT, Mea Vitali será fundamental en esta nueva etapa del equipo. “Tiene mucha calidad  y muchas cualidades, sumado a su experiencia y liderazgo. Yo jugué contra él cuando éramos apenas unos chamos y ahora es mi jugador, así es la vida. Es una retroalimentación de ambas cosas. Podemos tener la misma edad  pero en el ámbito futbolístico tiene la experiencia y eso es fundamental. Yo le daré otro tipo de experiencia y yo sé que cree en mi trabajo como yo creo en el de él”.


Acá le compartimos un gran gol de tiro libre, que para Miguel Mea Vitali es uno de los mejores de toda su carrera. El partido terminaría en empate 1-1 ante el vigente campeón Boca Juniors, en un encuentro correspondiente a la Copa Libertadores del año 2008. 


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