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Diego Baquero O. (@DiegoBaco23)
Se
comentaba que durante Diciembre, Ășltimo mes de competencia oficial de
Independiente Santa Fe, el equipo se jugaba el semestre con la Copa Sudamericana,
Ășnico torneo en el que estaba vivo y en competencia. La sensaciĂłn no podĂa ser
otra: que equivocados estaban quienes hablaban acerca de esa posibilidad. El onceno
cardenal de la capital no jugarĂa por salvar o pasar el semestre: JugarĂa por quedar
en la historia, jugarĂa por el honor y jugarĂa por ser eterno: jugarĂa los dos
partidos mĂĄs importantes de toda su historia.
La
noche del 2 de diciembre se empezĂł a labrar el camino que lo llevarĂa a la
gloria. Ante un Tomas Adolfo Duco lleno de hinchas del ‘Globo’, Santa Fe impuso
su inefable 4-4-2, esa soluciĂłn que Pelusso a lo largo del semestre fue
construyendo: equipo corto, compacto, prĂĄctico e inteligente. Con base en la
solidez defensiva, y a lo uruguayo, Santa Fe no tuvo mayores sobresaltos y
ademĂĄs tuvo las opciones mĂĄs claras y por esas cosas del futbol no se pudo
sacar ventaja ya que la eficacia, que al comienzo de todo este recorrido estuvo
presente, brillo por su ausencia en el Ășltimo tiempo. Con el empate obtenido en
Buenos Aires, todo se resumĂa a 90 minutos, que terminaron siendo 120, en el
Estadio Nemesio Camacho ‘El Campin’ de BogotĂĄ.
En
la previa se vaticinaba un partido parecido aunque ahora el peso recaĂa sobre
el equipo del uruguayo Pelusso. Y en un contexto absolutamente impensado hace
algunos años, el equipo saltó al terreno de juego no solo con 11 jugadores, ni
con 7 suplentes ni con los integrantes del Cuerpo TĂ©cnico: 35.000 almas
saltaron con ellos en busca del anhelado sueño. El tråmite del partido estuvo
marcado por la inseguridad, el miedo a no regalar ni un centĂmetro y la
ansiedad por encontrar un camino que llevara a la Copa. Aquel camino nunca
apareciĂł. Fueron pasando los minutos y cada vez era mĂĄs inevitable que todo se
iba a definir desde el punto blanco. Finalmente fue asĂ: tras 120 minutos con
pocas emociones, el tĂtulo de la otra mitad de la gloria se jugaba en penales.
A todo o nada.
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Y
en esa temida tanda desde los 12 pasos, tendrĂa que salir a relucir la
sabidurĂa de Pelusso, la calma de Carballo y el empuje de Peirano. AdemĂĄs, la
experiencia de Zapata serĂa fundamental, la entereza y paciencia de Castellanos
y las ganas de crecer y aprender de Leyton tambiĂ©n. Anchico tendrĂa que hacer
valer sus mĂĄs de 300 partidos con la camiseta cardenal y Otalvaro hacerle saber a todos que la lesiĂłn
del hombro estaba en el pasado. Mina y Meza debĂan seguir con la tranquilidad
pero a su vez maestrĂa a la hora de defender siendo la mejor pareja de
centrales de todo el continente, Arrechea buscarĂa aportar serenidad y Cummings
y ValdĂ©s su trayectoria internacional. Balanta tendrĂa que confirmarse como una
de las mĂĄs importantes apariciones de los Ășltimos años y Villarraga seguir
siendo una soluciĂłn por la banda izquierda. Roa, en silencio, tendrĂa que
seguir haciendo el trabajo que durante todo el año hizo magistralmente.
Gordillo seguir demostrando que estĂĄ hecho con el ADN cardenal y Salazar hacerle
saber a todos que ya no es mĂĄs una promesa sino una realidad. Baldomero tendrĂa
que imponer su simpleza y Seijas seguir escalando hacia la consolidaciĂłn.
Angulo tendrĂa que seguir trabando con los defensas centrales rivales y Morelo
demostrar que una gambeta vale mĂĄs que mil palabras. Por su parte, Borja
tendrĂa que seguir con su empuje e Ămpetu y Vargas aportar sus destellos de
calidad. AdemĂĄs, Urrego, Monroy, Soto, Arboleda, Miranda y RodrĂguez tendrĂan
que hacerle saber al continente que este equipo tiene un futuro inmenso y que
correr y luchar lo hace cualquiera, pero jugar bien no es para cualquiera. Finalmente,
Omar PĂ©rez tendrĂa que hacer valer su banda de capitĂĄn y ejercer como el lĂder de
todos ellos tanto dentro como fuera de la cancha.
Pero
ellos no iban a estar solos. Con todo ellos iba a estar la gente, la hinchada,
el jugador nĂșmero 12. Y es que a veces, solo a veces, las personas merecen ser
recompensados por su fe pero esa hinchada, esa gente con la que los jugadores
saltaron a la cancha, nunca ha buscado algo asĂ. DecĂa Coelho, “Quien ama esperando una recompensa estĂĄ
perdiendo el tiempo” y esas miles de almas que aguantaron y padecieron años
de amarguras saben que Santa Fe los consume y los forja. Saben que el equipo de
sus amores es mĂĄs que un signo del zodĂaco, es un calvario que ellos mismos
deciden pero que a su vez aman transitar y eso, justamente, hace que una gesta
como estas se disfrute el doble porque nunca esperaron un premio, un estĂmulo o
una recompensa para seguir colmando las tribunas cada domingo.
Transcurridos
4 minutos y 56 segundos desde el primer lanzamiento que Robinson Zapata le
ataja a Mauro Bogado, llegĂł el esperado momento. Y todo esto no podĂa tener
otro final. Pareciese que asĂ estaba escrito, que un mandato celestial querĂa
que todo se consumara de esta manera. Fiel a la historia santafereña y tras
siete lanzamientos, tres convertidos por Santa Fe y uno convertido y tres
errados por HuracĂĄn, a las 9:42pm del 9 de diciembre del 2015 el cielo bogotano
se tiñó de rojo por siempre y para siempre. Atrås quedaban años de sufrimiento
y un grito ensordecedor se oyĂł en todo el continente: Santa Fe, primer campeĂłn,
ahora serĂa el primer equipo colombiano en levantar la Copa Suramericana.
Imagen cortesĂa: V –DRONE. Servicios AĂ©reos: Santa Fe CampeĂłn de la Copa Suramericana. |
Fueron
mĂĄs de 40 partidos, miles de kilĂłmetros recorridos, salidas y lesiones de
jugadores importantes ademĂĄs de dificultades extra-futbolĂsticas marcaron un
semestre maratĂłnico. Fue solamente el excelente manejo de los dirigentes, la
trayectoria y sabidurĂa del cuerpo tĂ©cnico y el amor propio de los jugadores del
club, que hace 74 años nació en las entrañas del centro de Bogotå, lo que
permitiĂł que llegarĂĄ la gloria. Por el arduo trabajo y la cantidad de
sacrificios que realizaron, por tantos duros momentos que tuvieron que soportar
y porque nadie mĂĄs que ellos lo merecĂan. Para el jugador nĂșmero 12, ese que
jurĂł acompañar en el dĂa o en la noche, en la adversidad o en el triunfo,
también llegó la gloria. En definitiva, para Independiente Santa Fe llegó la eterna
recompensa.
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